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Cada año se duplican las muertes por sobredosis de fentanilo en EE.UU

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Si quiere saber qué significa que algo crezca exponencialmente, considere la cantidad de muertes por fentanilo. Este poderoso opioide sintético que al parecer salió de la nada, ahora mata a decenas de miles de estadounidenses al año.

Un nuevo informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) detalla el aumento meteórico de un medicamento que fue aprobado por primera vez por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) en 1968. El documento muestra que el papel del fentanilo como impulsor de la epidemia de opioides se remonta a finales de 2013.

Investigadores del Centro Nacional de Estadísticas de Salud de los CDC registraron las muertes cobradas por el fentanilo entre 2011 y 2016. Las cifras se tomaron de los certificados de defunción emitidos por médicos forenses y examinadores médicos en todo el país.

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Y si bien algunos de estos funcionarios tardaron en reconocer la nueva amenaza, los investigadores de los CDC explicaron que, a medida que se extendían los casos, los médicos forenses y examinadores comenzaron a notar más fácilmente cuándo el fentanilo jugaba un papel en el deceso de una persona.

En total, los registros revelaron que más de 36.000 estadounidenses murieron con fentanilo en sus cuerpos durante el período de estudio. La mayoría de esos fallecimientos -18.335- ocurrieron exclusivamente en 2016.

Los expertos de los CDC utilizaron esas cifras para calcular las tasas anuales de mortalidad por sobredosis de fentanilo. Después de ajustarlas por edad, descubrieron que, efectivamente, está creciendo de manera exponencial: se duplica cada año.

En 2011 y 2012, hubo 0.5 muertes por sobredosis con fentanilo por cada 100.000 estadounidenses. Después de eso, la tasa de mortalidad comenzó a ascender precipitadamente.

Entre 2013 y 2014, saltó de 0.6 a 1.3 decesos por cada 100.000 estadounidenses. En 2015, ascendió a 2.6 muertes por cada 100.000 personas, y para 2016, hubo 5.9 muertes relacionadas con fentanilo por cada 100.000 estadounidenses.

El fentanilo es entre 50 y 100 veces más potente que la morfina. Cuando es consumido en concentraciones no controladas por usuarios desprevenidos, o por aquellos cuya tolerancia a los opioides no se ha incrementado con el uso a largo plazo, el fármaco puede suprimir la respiración y causar la muerte, incluso más que los opioides recetados.

Para alimentar a una creciente población de estadounidenses adictos, estas empresas chinas envían sus productos directamente a este país y algunas veces a los cárteles en México, Canadá y el Caribe. Una vez en el hemisferio occidental, los químicos son mezclados con heroína, cocaína y otras drogas, y con frecuencia manufacturados como píldoras falsas para ser vendidas en línea, o en la calle como opioides recetados.

El resultado es tan rentable como mortal.

Knierim, el subjefe de operaciones de la Oficina de Control Global de la DEA, aseveró ante los legisladores que, como que el fentanilo es muy poderoso y puede aumentar la potencia de tantas drogas ilícitas, un sólo kilogramo comprado en China con precio entre $3.000 a $5.000 “puede generar más de $1.5 millones en ingresos en el mercado negro, y con el potencial de ser letal para 500.000 personas”.

El nuevo informe de los CDC muestra que las muertes de mujeres por fentanilo han aumentado considerablemente, pero el número de víctimas entre los hombres es mucho más pronunciado.

La tasa de sobredosis fatales que involucran fentanilo también aumentó exponencialmente para los estadounidenses de casi todas las edades. Pero en 2014, los los adultos jóvenes de entre 25 y 34 años tenían la tasa más alta de sobredosis fatales y el mayor aumento en este tipo de muerte.

La epidemia letal por fentanilo ha devastado Nueva Inglaterra, se extendió por la costa atlántica hasta Virginia, ingresó tierra adentro en las hondonadas de Virginia Occidental y se extendió por el Cinturón Industrial y el Medio Oeste del país. Las muertes por esta droga también aumentaron desde Arkansas a Alaska y en todo el oeste de Estados Unidos, aunque en esas áreas crecieron con mayor lentitud.

Algunos expertos estiman que la tasa de mortalidad pronto comenzará a aminorar su crecimiento en lugares como Massachusetts, donde el fentanilo se afianzó de manera temprana y fue especialmente mortal. Sin embargo, dicen que la costa oeste aún no llegó a la cúspide de esta epidemia en expansión.

El nuevo informe también documenta un cambio que resultó evidente para los servicios de emergencia y las autoridades de salud pública en 2016: si bien las tasas de mortalidad por opioides recetados y opioides sintéticos ilícitos han sido más altas entre los estadounidenses blancos de zonas rurales, la expansión del mercado ilegal está creando nuevas comunidades de usuarios en centros urbanos, y entre las minorías. De hecho, entre 2011 y 2016, la tasa de sobredosis letales de fentanilo creció más rápidamente entre los afroamericanos y los latinos.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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