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Aumenta 12% el número de desamparados en el condado de L.A y 16% en la ciudad

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En un duro revés a los multimillonarios esfuerzos del condado de Los Ángeles por combatir la escasez de vivienda accesible, las autoridades informaron el martes que el número de personas que viven en las calles, vehículos y refugios, aumentó un 12% desde el año pasado.

El conteo anual entregado a la Junta de Supervisores, arroja el número de personas sin hogar justo por debajo de 59.000 en todo el condado. Dentro de la ciudad de Los Ángeles, el número se disparó a más de 36.000, un aumento del 16%.

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Y como en años anteriores, la mayoría -alrededor del 75%- vive en el centro de la ciudad, alimentando la especulación de una creciente crisis de salud pública por las ratas y basura cerca de los campamentos de personas sin hogar en esa área.

Los hallazgos en L.A forman parte de una serie de conteos similares en todo California, a medida que los funcionarios del gobierno luchan por responder más enérgicamente a la falta de vivienda asequible en el estado. La escasez está haciendo subir los precios de alquiler, lanzando a mucha gente a las calles.

“En este momento de riqueza sin precedentes en el condado de Los Ángeles, nos enfrentamos por igual a una pobreza incomparable que se manifiesta en forma de falta de vivienda”, dijo el supervisor Mark Ridley-Thomas a The Times.

En una declaración, el alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, calificó de “desgarrador” el aumento en el número de personas sin hogar, pero dijo que tenía esperanzas en la reciente labor de la ciudad para aliviar la crisis, incluyendo una inversión de 42 millones de dólares para responder a las preocupaciones de salud pública e intensificar los servicios en las calles.

“No podemos permitir que una serie de cifras alarmantes nos desalienten o debiliten nuestra determinación”, dijo Garcetti en una declaración a The Times.

Los resultados del conteo aplastaron el optimismo del año pasado, cuando se registró una modesta disminución en el número de personas sin hogar. El aumento dejó a los funcionarios luchando por entender cómo era posible que la cifra hubiera incrementado tanto en un año en el que se habían gastado millones de dólares en nuevas iniciativas para trasladar a la gente a refugios y viviendas permanentes.

Los fondos del impuesto sobre las ventas de la Medida H de 2017 alcanzaron su plena vigencia el año pasado y la ampliación de los servicios para desamparados sacó a más personas de la calle como nunca antes - un poco más de 20.000, según el condado. Sin embargo, el número de individuos que se quedaron sin hogar superó esos logros históricos.

“En el conteo del año pasado, sentimos que estábamos haciendo las cosas bien”, dijo Ridley-Thomas. “Sin embargo, este año estamos muy confundidos por estos datos”.

Preparándose para lo que parecen ser años venideros difíciles, los funcionarios de la ciudad y el condado de Los Ángeles han dejado de lado su antiguo lema de “acabar con la falta de vivienda” y están vinculando plenamente la crisis que hay en las calles de la región, con una vicisitud mayor de alojamiento que está fuera de su control.

“Si no cambiamos los fundamentos de asequibilidad de la vivienda, este va a ser un camino muy largo”, dijo Peter Lynn, director ejecutivo de Los Angeles Homeless Services Authority en una sesión informativa con The Times. “Si no avanzamos, vamos a estar muy presionados para resolver el problema de la falta de vivienda”.

Tanto Lynn como Ridley-Thomas rechazaron la idea de que los nuevos programas y recursos para abordar el problema de las personas sin hogar no habían sido efectivos.

“Los programas sobre la salud mental, uso de sustancias, vivienda, subsidios de alquiler, son importantes y debemos mantener el rumbo”, dijo Ridley-Thomas. “Donde tenemos que trabajar más duro es en el área de la vivienda asequible”.

Sin el flujo de nuevos recursos para los servicios, dijo Lynn, el conteo habría sido peor y más parecido a los aumentos dramáticos en los condados vecinos del sur de California y en el área de la bahía de San Francisco.

El condado de Orange cambió la forma en que llevó a cabo su conteo y registró un aumento del 43% con respecto a su último cálculo en 2017. Los condados de Ventura, San Bernardino y Kern reportaron aumentos del 20% o más.

Lynn señaló dos grupos vulnerables como prueba de que los recursos funcionan. A pesar de que casi 3.000 veteranos más fueron reportados sin hogar el año pasado, no hubo un cambio notable para ellos en la cifra de los que viven en la calle. Las familias desamparadas crecieron un 8% y casi 8.000 de ellas recibieron viviendas.

Sin embargo, uno de los mayores aumentos se produjo entre las personas de 18 a 24 años de edad. Lynn dijo que el salto del 24% fue en parte el resultado de un cambio en la metodología del conteo. Pero aún así, dijo, “hubo un incremento significativo, mucha más gente sin protección. Pudimos alojar a más jóvenes este año en comparación con el año pasado, pero esta es una población que se ha desbordado”.

También excediendo la cifra promedio del condado hubo un aumento crónico del 17% en el número de personas sin hogar - personas con un impedimento mental o físico que han estado en la calle o en un refugio por más de un año.

Lynn dijo que el efecto que se tuvo en esa población, con la transición de casi 5.000 personas a viviendas permanentes se desvaneció ante el fenómeno de las personas “antiguas”, es decir, las que fueron contadas el año pasado pero que, en ese momento, no eran “habituales” porque habían estado sin hogar durante menos de un año.

El crecimiento de los desamparados también fue desigual en todo el condado de Los Ángeles. El Lado Oeste experimentó el mayor aumento con un 19%, después de un año en que su número se redujo aún más. El Valle de San Gabriel estaba muy cerca, con un aumento del 17%, marcando el segundo año consecutivo en que su población de personas sin hogar había crecido.

Dos puntos relativamente positivos fueron Pasadena y Long Beach, que junto con Glendale llevan a cabo sus propios censos. Pasadena experimentó una caída del 20%, mientras que Long Beach se mantuvo relativamente estable, con un aumento de sólo el 2% desde 2017.

El alcalde de Long Beach, Robert García, acreditó la afluencia de fondos del condado y del estado para ayudar a ejecutar un plan con el cual llevarían a más gente a los refugios. Pero dijo que cerca del 52% de la población sin hogar de la ciudad, estaba sin alojamiento por primera vez. “Las autoridades necesitan entender la relación entre la falta de vivienda y la asequibilidad de la vivienda”, dijo.

Los efectos de un mercado de alquiler sumamente caro y el aumento del costo de vida en Los Ángeles fueron palpables en el refugio temporal recientemente inaugurado en el distrito del concejal Gil Cedillo, cerca del lago del Parque MacArthur.

Garcetti se comprometió a abrir refugios en todos los distritos del consejo, pero los resultados han sido lentos. Sólo se han abierto tres. El del distrito de Cedillo comenzó a atender a 28 mujeres solteras y cinco familias el mes pasado.

Dentro, Anna Gray observa a sus dos hijos Patrick, de 5 años, y Harold, de 9, jugando en la habitación mientras narra su vida. Gray había vivido en un estudio durante cinco años y se atrasó en el pago del alquiler. Cuando el propietario quiso aumentarlo según la tarifa del mercado, se dio cuenta de que no podría pagarlo.

Desde entonces, ha estado pasando de un refugio a otro.

“En un momento dado tuve dos empleos, trabajaba, tenía un auto y aun así no podía encontrar vivienda”, dijo Gray. “Seamos realistas, soy madre soltera”.

El dramático aumento de este año en el número de personas sin hogar ha estimulado a United Way of Greater Los Angeles, la mega organización sin fines de lucro que proporcionó apoyo financiero, voluntarios y publicidad para el incremento de impuestos de la Medida H y el bono de vivienda para personas sin hogar (Proposition HHH de la ciudad), a reevaluar sus esfuerzos, dijo la presidenta y directora ejecutiva Elise Buik. Durante una década, la agencia se ha centrado en el problema de las personas sin hogar, pero ahora está tratando de ampliar su agenda para incluir el tema de la vivienda.

“No nos habíamos concentrado tanto en la vivienda asequible, pero ahora sí”, dijo Buik. “Tenemos que empezar a conseguir más alojamiento accesible en la región”.

De manera similar, organizaciones sin fines de lucro como People Assisting The Homeless, o PATH, que construye viviendas módicas y administra refugios, han comenzado a pedir cambios a nivel estatal para ayudar a abordar lo que está sucediendo en la calle.

El condado de Los Ángeles necesita casi 517.000 unidades más de viviendas de alquiler asequibles para satisfacer la demanda, y un inquilino necesita ganar $47.52 por hora, que es más del triple del salario mínimo, para pagar el alquiler mensual medio de $2.471, según un informe recientemente publicado por California Housing Partnership.

“A medida que el alquiler continúa aumentando y los salarios permanecen estancados, las posibilidades de las personas para caer en la falta de vivienda aumenta”, dijo Joel John Roberts, director ejecutivo de PATH. “Para contrarrestar este desequilibrio, debemos seguir invirtiendo en soluciones como el alojamiento de apoyo permanente y presionar para que se legisle en Sacramento”.

“Somos la red de seguridad de último recurso”, dijo Lynn. “No puedo solucionar la pobreza, la asequibilidad de la vivienda, arreglar el sistema de justicia criminal, resolver el sistema de acogida. Pero la tasa de pobreza aquí está aplastando a muchos angelinos, y la economía que está prosperando a pasos acelerados, está dejando fuera a un gran número de personas”.

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