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Algunos californianos contratan equipos privados para defender sus hogares, pero los bomberos no están muy contentos con eso

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Cuando el incendio de Woolsey llegó al exclusivo vecindario de Bell Canyon, la residente Yen Hsieh tomó el violonchelo de 200 años de antigüedad de su fallecida maestra de música, algunas pertenencias, el pez Sparky de su hijo y huyó sin saber si su casa quedaría destruida.

Más de 30 propiedades en la comunidad cerrada del condado de Ventura resultaron quemadas, pero la de Hsieh sobrevivió. Bell Canyon estuvo protegido tanto por los bomberos del condado como por un equipo privado, cubierto por su póliza de seguro de hogar.

Para Hsieh, no está claro cuáles de los bomberos, los privados o los financiados con fondos públicos, fueron responsables de salvar su hogar, pero está agradecida. “Solo quiero abrazar a cada uno de ellos”, aseguró.

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Mientras California experimenta dos años de incendios forestales sin precedentes, que han dejado más de 20,000 hogares destruidos y decenas de muertos, el negocio privado de la extinción de incendios florece. Estas brigadas trabajan independientemente de los bomberos del condado; su misión es proteger casas específicas, bajo contrato con compañías de seguros.

Su trabajo puede variar desde hacer retroceder las llamas a medida que se acercan a las propiedades, hasta llegar al sitio antes que el fuego y rociar las casas con productos ignífugos.

Pero algunos departamentos de bomberos se quejan de las fuerzas privadas; dicen que no siempre se coordinan con los equipos locales y que representan una preocupación más mientras ellos intentan evacuar a los residentes y combatir el incendio.

“Desde el punto de vista de los servicios de emergencias, no son vistos como activos para desplegar. Son una responsabilidad”, sentenció Carroll Wills, director de comunicaciones de California Professional Firefighters, un sindicato que representa a los bomberos en el estado.

Lo que comenzó hace más de una década como un servicio de guante blanco para propietarios de viviendas en barrios acomodados, se ha expandido en los últimos años a medida que aumenta el peligro de incendios forestales, expuso Michael Barry, portavoz del Insurance Information Institute, una organización sin fines de lucro que educa al público sobre la industria de los seguros.

Las cuadrillas privadas de extinción de incendios que trabajan en nombre de compañías de seguros, como Chubb y USAA, dicen que brindan una capa adicional de protección para los propietarios que optan por el servicio como parte de sus pólizas. El costo de éstas varía desde varios miles hasta decenas de miles de dólares al año, dependiendo del valor asegurado de las casas y otros factores.

Aproximadamente una docena de compañías de seguros contratan a Wildfire Defence Systems para proteger sus propiedades aseguradas. Cuando estallaron los incendios de Woolsey, Hill y Camp, en noviembre, la firma movilizó un batallón que incluyó 53 camiones hidrantes, más de 100 bomberos y 50 trabajadores de apoyo, detalló David Torgerson, presidente de Wildfire.

La empresa funciona en 18 estados y es una presencia familiar en California. En los últimos 11 años ha combatido más de 100 incendios en todo el estado, que representa un tercio de sus respuestas totales.

Durante un incendio forestal, las cuadrillas privadas podrían no visitar todas las viviendas aseguradas en el marco del programa, sino basar sus decisiones de ubicación en donde avanzan las llamas y donde las casas tienen una alta probabilidad de quedar destruidas sin su ayuda.

Wildfire Defence Systems no brinda cobertura para propietarios individuales que no cuentan con el servicio incorporado en sus pólizas de seguro. Sin embargo, los propietarios pueden llamar a otras flotas privadas para proteger sus hogares, un servicio que tiene un costo considerable pero es relativamente poco común. Esos acuerdos representan aproximadamente el 5% de la industria, destacó Torgerson.

Kim Kardashian agradeció por Instagram a los bomberos que salvaron su propiedad de Hidden Hills, y le dijo a Ellen DeGeneres en una entrevista que contrató a un equipo privado para protegerla. “Nuestra casa está justo al final de un gran parque; todo el parque se incendió y, por lo tanto, si nuestra casa se hubiera incendiado, entonces también lo habrían hecho las demás”, dijo. “No doy nada por sentado; fue una gran bendición poder hacerlo”.

Los equipos desplegados por las compañías de seguros no atienden exclusivamente a los propietarios adinerados, sino también protegen hogares de clase media en áreas rurales, como los que fueron amenazados durante el fuego en la zona vinícola en 2017, y el incendio de Camp, en el condado de Butte, este noviembre, destacó Torgerson.

No está claro cuántos equipos privados lucharon contra el incendio de Woolsey, que ardió en algunas de las áreas más prósperas del sur de California, como Malibú, Calabasas y Westlake Village. “Estamos respondiendo a las direcciones”, dijo Torgerson. “No lo hacemos en base a los valores de los hogares”.

Para los funcionarios de seguros, los beneficios son obvios porque es menos costoso enviar bomberos privados para salvar una propiedad de lo que sería reemplazar una casa entera y todo su contenido.

El Departamento de Seguros de California informó que las reclamaciones por los incendios forestales que devastaron California durante el final de 2017 alcanzaron casi los $12 mil millones, lo cual convierte a la temporada de incendios del 2017 en la más costosa de la historia. Los números para el año en curso no se han calculado, pero según analistas, la situación no parece estar mejorando.

El incendio de Camp diezmó la ciudad de Paradise y convirtió más de 13,000 casas en escombros. En los condados de Los Ángeles y Ventura, el incendio de Woolsey destruyó 1,500 estructuras, incluidas muchas casas.

“Está claro, desafortunadamente, que justo cuando creo que esto no podrá empeorar en términos de estructuras destruidas, se vuelve mucho peor”, afirmó Chris Anthony, asistente del jefe del Departamento de Bosques y Protección contra Incendios de California.

“Si estas compañías de seguros intentan mitigar el riesgo y la responsabilidad, las tendencias son bastante claras, las cifras aumentarán a medida que los incendios empeoren. Desde un punto de vista económico, tiene total sentido lo que quieren lograr”, añadió Anthony.

Chubb trabaja para Wildfire Defence Systems desde 2008, y ofrece el servicio como parte de la política estándar para propietarios de casas en áreas expuestas a incendios forestales. Aproximadamente 50,000 clientes están inscritos en todo el país, informó Frances O’Brien, jefa de la sucursal de los servicios de riesgo personal en Norteamérica de la compañía.

Si una flota privada llega a un hogar asegurado antes de que se dañe, su enfoque es en gran medida preventivo. “Buscan cualquier cosa alrededor de la propiedad que pueda alimentar un incendio, como madera apilada o vegetación sin control”, explicó O’Brien. “Los cojines de los muebles de patio pueden ser muy inflamables”.

Los equipos rastrillan la vegetación alrededor de la casa, cierran ventanas y conductos de ventilación, pulverizan retardante —la misma sustancia de color rosado que se deja caer de los aviones durante los incendios forestales—, sobre la maleza y, en algunos casos, pulverizan una sustancia gelatinosa que protege las casas de las brasas que caen. Los camiones de la flota también almacenan agua para apagar llamas o puntos calientes alrededor de las propiedades.

El capitán de bomberos del condado de Ventura, Brian McGrath, indicó que las flotas privadas no se coordinan bien con los comandantes de incidentes, que pueden ser una responsabilidad para los bomberos en la línea del frente y también dificultar su trabajo. Aunque McGrath nunca se ha encontrado personalmente con una situación en la que un bombero privado necesite ser rescatado, dijo que tenerlos en la zona puede ser un peligro para las tropas profesionales.

La presencia de equipos en grandes incendios se convirtió en un punto de disputa en 2008, que llevó a Firescope, una organización que administra el Sistema de Comando de Incidentes de Incendios Forestales de California, a desarrollar directrices sobre cómo deben funcionar las empresas privadas.

Esos estándares, que incluyen la disposición de que las flotas privadas se registren con los comandantes para que los departamentos de bomberos sepan dónde planean desplegarse, se convirtieron en ley mediante un proyecto de de la Asamblea estatal firmado por el gobernador Jerry Brown en septiembre.

“Nuestra prioridad número uno es siempre la seguridad de la vida”, remarcó McGrath. “Si pensamos que un área ha sido evacuada y ellos están allí, tendríamos que regresar e intentar sacarlos. Es un asunto de responsabilidad y seguridad”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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