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Vendedores ambulantes lanzan un esfuerzo de limpieza para que los dejen trabajar

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Natalia García tenía frío. Sus lentes de contacto secaban e irritaban sus ojos, mientras el smog que dejaba el tráfico en las horas pico no ayudaba. Enseguida, la luz de los rayos del sol aparecieron e hicieron que el vendedor ambulante de 87 años parpadeara, la limpieza de las calles estaba comenzando.

-Me gustaría tener mis gafas de sol -dijo García, secándose el ojo con una servilleta-.

El lunes, García y otras dos docenas de vendedores ambulantes limpiaron aceras en cuatro vecindarios de Los Ángeles.

En una ciudad donde su ética de trabajo es elogiada, pero al mismo tiempo criticada por aquellos que consideran que su trabajo es simplemente ilegal, los vendedores querían hacer algo sobre lo que todos podían estar de acuerdo: ayudar a mantener las aceras de L.A seguras y limpias.

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El evento, llamado ‘Caravana de limpieza de aceras’, llegó mientras los vendedores esperan un informe de la ciudad que propondrá una ordenanza que legalizaría la venta ambulante, todo en medio de temores a la administración Trump que ha dicho que usaría incluso delitos menores para arrestar y deportar inmigrantes que estén en el país ilegalmente. Pocos trabajos en la gran economía informal de Los Ángeles son realizados por los inmigrantes, como el ser vendedor ambulante.

En febrero, el Ayuntamiento votó unánimemente para despenalizar la venta ambulante. Todavía es ilegal, pero ya no representa un delito menor. La medida fue tomada antes de que el secretario de Seguridad Nacional, John F. Kelly, instruyera a los oficiales de inmigración para ampliar la red como parte de la orden ejecutiva sobre inmigración ilegal que el Presidente Trump firmó durante su primera semana en el cargo.

Carla De Paz, organizadora de la campaña ‘Legalizar a los vendedores ambulantes’, dijo que los trabajadores están ansiosos por trabajar con las autoridades, y esperan que la ordenanza se aplique en toda la ciudad en lugar de en vecindarios específicos.

“No queremos límites arbitrarios, pero si es lo que aprueban, algunos distritos especiales serán de gran ayuda porque hay mucha venta”, dijo De Paz.

La idea de la limpieza del día de hoy lunes provino de una coalición de vendedores ambulantes de toda L.A., en respuesta a las constantes críticas de que los vendedores no limpian la basura del lugar donde trabajan ni la de sus clientes.

El grupo visitó y limpió aceras en cuatro vecindarios prominentes: Panorama City, MacArthur Park, South L.A. y el Distrito de la Piñata en el centro de la ciudad.

Mientras barría la basura, Marcus Hart, de 46 años, dijo que luchó durante años por encontrar un trabajo estable luego de haber sido puesto en libertad hace ocho años.

“Nadie quiere contratar a un ex convicto, apliqué en varios empleos, hice trabajos difíciles, reciclé”, dijo Hart, el único vendedor afroamericano en el evento. “Básicamente tiene dos opciones, puedes tratar de vivir trabajando legal o ilegalmente”.

La venta ambulante siempre resultó mucho más atractiva para Hart que otras alternativas.

Hace dos años, Hart empezó a vender en el MacArthur Park y aunque no era latino, o un inmigrante, como la mayoría de los otros vendedores, Hart dijo que enfrentó con muchos de los mismos problemas que los trabajadores sin documentos.

“Lo que les afecta nos afecta a todos, vendedores afroamericanos, vendedores blancos”, dijo. “Es importante que nos unamos”.

Si desea leer la nota en inglés, haga clic aquí.

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