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La forma correcta de derogar y sustituir Obamacare

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Más de seis años después de la aprobación de la Ley de Cuidado de Salud Asequible, hay Republicanos todavía que están tratando de elaborar un plan viable para derogarla y reemplazarla. El último intento lo dieron a conocer en mayo el congresista Republicano Pete Sessions de Texas y el senador Bill Cassidy de Luisiana. Esta iniciativa proporcionaría a cada adulto estadounidense $2,500 dólares para comprar un seguro de salud, abandonando de arriba a abajo el enfoque de la regulación impulsada en Obamacare.

Como un Republicano que cree que Obamacare no ha arreglado los problemas de salud nacional existentes desde hace mucho tiempo, y como profesional de la asistencia médica que cree que la verdadera reforma es una de las cuestiones más importantes en la política, apoyo los principios subyacentes del plan de Sessions-Cassidy. Quiero reformas que permitan a los pacientes una mayor capacidad de elección, proteger la relación médico-paciente, disminuir los costos y aumentar la calidad de la asistencia médica.

Pero también creo que los intentos Republicanos que buscan arreglar el sistema de salud, incluyendo la medida Sessions-Cassidy, no va a funcionar sino hasta que el partido cambie fundamentalmente la forma en que aborda este tema.

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La barrera más grande del GOP es convencer al pueblo estadounidense de que realmente se preocupa por los pacientes. Ahora mismo, los votantes simplemente no confían en el partido respecto a la asistencia médica. Una encuesta de abril conducida por la Universidad George Washington encontró que el 51% de los posibles votantes confían en los Demócratas para arreglar las cuestiones de salud, en comparación con sólo el 43% de quienes confían en los Republicanos. Es revelador que exista esta brecha de 8 puntos, incluso a pesar de los problemas bien documentados de Obamacare.

A fin de vencer este hueco, los Republicanos deben traer a las personas que son los mensajeros más eficaces en la asistencia médica: Encuesta tras encuesta muestra que los estadounidenses confían en los médicos, enfermeras y otros involucrados en la medicina, más que en la mayoría de cualquier otro grupo.

Sin embargo, los Republicanos han fallado en tomar ventaja de esto. Si el partido espera hacer reformas de salud centradas en el paciente y a la vez, -que sea aceptable en las mentes de los estadounidenses- necesita hacer que los doctores y enfermeras, dentistas y optometristas, especialistas y médicos de atención familiar, y todos los demás involucrados en la asistencia médica sean una parte integral de su estrategia.

Los Demócratas entienden esto. En la creación de Obamacare, el presidente Obama y la entonces mayoría Demócrata del Congreso utilizaron rutinariamente a profesionales de la salud para darle credibilidad a sus propuestas. La Asociación Médica Americana y la Alianza Nacional de Médicos dieron su apoyo a la ley. En la campaña primaria Demócrata, Bernie Sanders ha hecho lo mismo, contratando al Sindicato Nacional de Enfermeras Unidas para promover su plan de instituir un sistema de un pagador único, al estilo europeo.

A pesar del uso hábil del presidente de los médicos para impulsar las propuestas de su partido - y yo diría que para distraer a los votantes de sus defectos y falsas promesas - los médicos están lejos de ser un grupo monolítico de porristas de Obamacare. Un informe de 2014 por la no lucrativa Fundación de Médicos encontró que sólo el 25% de los médicos dio Obamacare una A o una B, mientras que el 46% le calificó con una D o una F.

Una encuesta de 2015 de la Fundación Kaiser para la Familia encontró que el 36% de los médicos creen que la ley ha dañado su práctica, comparada con el 23% entre quienes dicen que la ha mejorado. La misma encuesta mostró que el 44% de los doctores creen que con Obamacare la salud es menos asequibles para los pacientes - más del doble del número de quienes dicen que la salud es ahora más barata.

Mi esperanza es que el Partido Republicano aprenderá de los Demócratas y empleará a doctores en su esfuerzo por reemplazar Obamacare con responsabilidad. He hablado con cientos de colegas médicos que están dispuestos a hacer precisamente eso. Muchos de ellos han querido desempeñar un papel más significativo en el movimiento de reforma de salud, después de haber visto cómo el Partido Demócrata movilizó a muchos de nuestros colegas para avanzar la ley de asistencia médica en la dirección incorrecta.

El GOP debería crear un programa con el objetivo de identificar, formar y desplegar a profesionales de asistencia médica para que sean los mensajeros primarios sobre la salud – médicos regulares, médicos de práctica privada, en lugar de nombres grandes o congresistas con una maestría en medicina. El partido debería dar a doctores un papel prominente en la Convención Nacional Republicana. Finalmente, tanto el partido como grupos externos deberían apoyar los esfuerzos para encontrar y proporcionar fondos a las organizaciones de médicos para contrarrestar a quienes apoyan de forma segura a los Demócratas.

El pueblo estadounidense no está contento con Obamacare, y, sin embargo, como el tiempo pasa y su burocracia está más enraizada, deshacerla sólo será más difícil. Ya sea que se trate del proyecto de ley Sessions-Cassidy, el próximo plan del presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, o las propuestas de reforma de Donald Trump, los esfuerzos Republicanos seguirán desmoronándose hasta que no alisten un ejército de médicos y otros profesionales de la salud como aliados y sustitutos.

El partido tiene que invitar a aquellos que pueden hablar de los problemas con la mayor claridad, sinceridad y autoridad. Hasta ese entonces, los estadounidenses seguirán pensando que los Republicanos no se preocupan por su salud, a pesar de que las propuestas del partido son mucho más compasivas que el status quo de Obamacare.

El Dr. Joel L. Strom, es miembro del Instituto de Política Jesse M. Unruh en USC, y es dentista de Beverly Hills.

Si quiere leer la nota en inglés haga clic aquí.

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