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Acusado por un accidente mortal en Los Ángeles había sido deportado a México cinco veces

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Santos Durán habla sobre la pérdida de su hija Sandra, quien murió en un accidente de auto el mes pasado. Estuardo Alvarado, quien había sido deportado cinco veces a México, fue acusado de asesinato, homicidio vehicular y por conducir en estado de embriaguez en relación con el mortal accidente.

JoAnnie Durán se detuvo en la luz roja cuando el prometido de su hermana llamó. Le costaba distinguir las palabras que él decía, pero finalmente tres de ellas fueron claras: “Sandra ha muerto”.

Durán se detuvo en una gasolinera y comenzó a llorar, pero no podía decir las mismas palabras en voz alta. Su hijo de 12 años de edad estaba con ella. ¿Cómo podía contárselo? ¿Cómo podía ser cierto? Su hermana la había llamado 20 minutos atrás para burlarse de ella por un video que había publicado en Facebook.

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Santos Duran talks about the loss of his daughter Sandra Duran, who was killed last month in an L.A. car crash. Estuardo Alvarado, who had been deported to Mexico five times, has been charged with murder, vehicular manslaughter and driving while int

Incluso ahora, más de dos semanas después del fallecimiento de su hermana mayor, no puede aceptar la forma en que ocurrió todo. Los policías dicen que un conductor borracho pasó un semáforo en rojo y aplastó el automóvil de Sandra ese domingo por la mañana, apenas una hora después de que ambas rezaran juntas en la iglesia.

El conductor -que enfrenta ahora cargos por asesinato, homicidio vehicular y conducción en estado de embriaguez, en referencia al accidente del 19 de febrero- es un inmigrante no autorizado en el país, quien fue deportado al menos cinco veces, según registros judiciales y de la policía.

Estuardo Alvarado, de 45 años, huía de la escena del accidente a “muy alta velocidad” cuando chocó su vehículo contra el de Sandra Durán, informó el detective William Bustos, de la División de Tránsito del Valle del LAPD.

Durán, de 42 años, sufrió serias heridas y poco más tarde, falleció. Las otras dos personas en su automóvil -su hijo Christian, de 18 años, y la novia de éste- presentaron lesiones menores.

Alvarado, quien fue arrestado y trasladado a un hospital, según precisó Bustos, había sido deportado a México cinco veces desde 1998, la más reciente de ellas en 2011, detalló Virginia Kice, vocera de Inmigración y Aduanas de los EE.UU. (ICE). El ciudadano mexicano jamás había tenido autorización para estar en el país, remarcó un funcionario que habló en forma anónima porque no cuenta con autorización para discutir el caso.

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La muerte de Durán comenzó a llamar la atención a nivel nacional el martes por la mañana, cuando Fox News tomó un informe del Los Angeles Daily News acerca del accidente, en el cual un familiar de la fallecida expresaba su preocupación por el estatus migratorio de Alvarado.

“Es una gran preocupación porque esto podría haberse evitado”, declaró al periódico la oficial de policía Lisa Morales, hermana de la víctima. “Es triste y desafortunado. No sólo le ocurrirá a mi familia, sino a otras”.

Sentado en la sala de su casa de Arleta, el martes por la mañana, Santos Durán mira fijamente un homenaje con flores, velas blancas y fotos de su segunda hija. “A menudo me pregunto: ‘¿Por qué a nosotros?’”, dice, haciendo una pausa para mirar al cielo. “Pero puedo aceptarlo, porque el Hombre de Arriba sabe que todos estamos de paso”.

A Durán lo acosa la idea de que la muerte de su hija podía evitarse, sabiendo que Alvarado permaneció en el país pese a su historia criminal. Pero también le preocupa que el accidente pueda usarse como un arma política contra las inmensas cantidades de inmigrantes no autorizados en el país.

“Esto arruinó nuestra vida. La persona tenía condenas por conducir bajo la influencia y deportaciones”, argumenta. “Todo lo que diga ahora no va a traer de vuelta a la vida a mi hija. Me preocupa; me preocupa la gente que ya está aquí instalada, que tiene familia y manda a sus niños a la escuela. Me preocupa esa gente”.

La madre de Sandra, Carmen Durán, dice que tiene una pregunta simple para Alvarado acerca de ese domingo por la mañana: “¿Cómo no te quedaste en casa? Podrías haberlo hecho si estabas borracho”, expone, sollozando. “No se trata de un tema de inmigración. Hay gente que es de aquí y que también sale y mata a otros. No es sólo la gente de México. En este caso sí lo fue, pero hay razas diferentes…”.

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Su esposo interrumpe y termina el pensamiento: “… y todos cometemos errores”. Santos Durán ha perdonado a Alvarado, pero más allá de eso, trata de no pensar mucho en él. Éste es un momento para recordar a su hija, dijo, que trabajaba para la aseguradora Health Net.

Los familiares de Sandra la recuerdan como una cariñosa madre y una presencia vivaz en la casa que compartía con sus padres y hermanos, Christian, de 18 años, y Jacob, de 12. Los fines de semana, Sandra -a quien le encantaba preparar las recetas favoritas de sus seres queridos- se levantaba temprano para hacer el desayuno a sus padres con tostadas, salchichas y huevos revueltos. Cada vez que sus hijos tenían hambre, incluso por la noche, ella les preparaba su comida preferida: panqueques. Le gustaba sorprender a su prometido, Rodrigo Macías, con brownies frescos, y cada Día de Acción de Gracias untaba mantequilla en el pavo familiar.

Sus familiares pasaron el martes viendo viejos videos de Sandra en el teléfono celular. Ahí estaba el que JoAnnie había grabado el Día de Acción de Gracias, cuando todos tenían los ojos cerrados durante el rezo, hasta que la cámara llega a ella. Siempre lista para actuar, Sandra capta la atención y posa para la cámara. En otro clip realizado durante el cumpleaños de su hermano, Sandra gira su pelo mientras estalla en una carcajada profunda. Santos Durán cierra los ojos por un momento. “Ésa es su risa”, afirma, tristemente.

Alvarado, quien permanece encarcelado y cuya fianza fue fijada en $2,1 millones de dólares, fue arrestado varias veces en Los Ángeles, según los registros judiciales. Se declaró inocente por resistir un arresto y obstaculizar el tránsito en 2011, y no disputó otros cargos por conducir bajo la influencia y con una licencia suspendida en la década de 1990, muestran los documentos de la corte. También fue citado por posesión de marihuana dos veces.

Su próxima cita en el tribunal será el 14 de marzo. El caso es el más reciente de una serie de muertes que las autoridades atribuyen a inmigrantes sin autorización en el país. Aunque algunos estudios han descubierto que los inmigrantes -con o sin autorización- cometen delitos a tasas más bajas que los estadounidenses nacidos en el país, los asesinatos se han convertido en un punto crítico en el debate nacional sobre las llamadas ‘ciudades santuario’ y las políticas de inmigración.

La muerte a tiros, en 2015, de Kathryn Steinle en San Francisco provocó indignación nacional cuando se reveló que el acusado por su asesinato había sido deportado cinco veces. El presidente Trump prometió revocar los fondos federales a aquellas ciudades, como San Francisco y Los Ángeles, cuyos gobiernos se han negado a cooperar con las medidas federales de aplicación de la ley de inmigración.

Los familiares de tres californianos que, según las autoridades, fueron asesinados a manos de inmigrantes sin autorización, fueron invitados por Trump durante el discurso que pronunció ante el Congreso la semana pasada.

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Durante la alocución, el mandatario castigó a los opositores de su línea dura de inmigración, y les preguntó qué le dirían a una familia que “pierde su empleo, sus ingresos o a un ser querido porque los EE.UU. se niegan a defender sus leyes y sus fronteras”.

Para la familia Durán, el foco permanece en Sandra. Algunos de ellos visitan el cementerio a diario, cuenta su padre. Para recordarle que la aman, le llevan magdalenas o hamburguesas y papas fritas de In-N-Out, sus comidas preferidas.

Si desea leer la nota en inglés, haga clic aquí.

Traducción: Valeria Agis

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