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El sushi mexicano llega al condado de Orange, tan poco convencional como delicioso

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El sushi más imaginativo del condado de Orange en este momento no se encuentra en las casas de omakase de alta gama. Tampoco se sirve en cualquiera de los restaurantes japoneses de fusión que salpican la costa. De hecho, algunos de estos rolls de sushi tienen más carne y pollo y queso crema en su interior, que pescado fresco. Y para ordenarlo, seguramente sea necesario practicar algo de español, porque el auténticamente falso ‘sushi mexicano’ ha aterrizado en dos restaurantes del condado de Orange y, con ellos, han llegado los rolls llenos de queso, fritos, con salsa de anguila y otras exquisiteces.

El sushi mexicano se originó hace poco tiempo en el estado norteño de Sinaloa, hogar de algunos de los mejores mariscos de ese país e iniciador del ceviche tal como los gringos lo conocen. Con el respeto por las criaturas del océano ya integrado a la cocina, remezclar la pesca local en un hijo bastardo de la especialidad japonesa tenía sentido para ellos y, muy pronto, el concepto del sushi mestizo llegó tanto a la buena mesa como a los clubes nocturnos y las comidas rápidas.

En 2013, el estilo -con rolls clásicos tales como el ‘mar y tierra’ -relleno de carne, camarones y queso crema-, y las presentaciones poco convencionales -sin jengibre ni wasabi, pero siempre llamativamente ahogadas en una salsa dulce o cremosa de algún tipo- se abrieron camino en enclaves norteños del sureste de Los Ángeles, llenos de restaurantes en expansión, como Colichitown, y taquerías reformadas, como Sushinaloa.

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El año pasado, Emporio Sushi abrió sus puertas en El Modena para darle al condado de Orange su primer bocado de sushi mexicano. Rodeado de televisores de pantalla plana que sintonizan canales deportivos y de noticias en español, y con música de banda y reggaeton, Emporio es posiblemente el único restaurante mexicano donde la comida comienza no con patatas fritas y salsa, sino con un wonton crujiente y un plato de mayonesa chipotle como aperitivo.

Al abrir el menú uno advierte que no hay alcohol (desafortunadamente), pero en cambio hay una alucinante alineación de atún picante y California rolls en más de 30 creaciones propias de la casa que logran la innovación total, con ingredientes como tocino o plátanos.

La mayor parte de los rolls de Emporio comienzan con un simple relleno básico de aguacate, pepino y queso crema. A partir de allí, sin embargo, nada es reconocible, incluso para los estándares del sushi estadounidense.

Imagine un roll de queso y cangrejo picante con un filete braseado al estilo Nueva York en la parte superior, o un roll de tocino y queso crema, rematado con una pechuga de pollo frito, salsa teriyaki y mayonesa picante.

¿Alguna vez ha pensado en tomar un mango con chile y limón en forma de sushi? Pruebe el Mango Roll, con una mezcla de cangrejo picante y delgadas rebanadas de mango en un Philly con camarones posteriormente rociado con una salsa dulce y picante de mango y tangerina.

Para aquellos que alguna vez se apenaron ante la falta de un sushi frito como una chimichanga, aquí hay una entera sección de ‘rollos empanizados’, que incluye el Chon Roll -cubierto en queso derretido- y el ya mencionado Mar y Tierra.

Pero los mejores rolls de Emporio son los que incorporan el aguachile (el restaurante tiene toda una línea completa de ceviches y platos de mariscos, por lo cual parece apropiado que su mejor receta combine lo mejor de ambos mundos). Marinado con cebolla y chile, en una salsa negra al estilo Worcester, el aguachile con camarones y vieiras que se sienta sobre el Caitime Roll es aún más espectacular por la salsa de hibisco picante que lo rodea -un anillo delicado y elegante de color rosa fuerte, aparentemente puesto allí por un colorista experto-.

A comienzos de año, otro competidor de sushi mexicano inauguró cerca de Emporio, en Tustin Street, Orange, un indicio de que la tendencia del sushi de Sinaloa apenas comienza su infiltración en el condado de Orange.

Palapa’s Marisqueria & Sushi podría ser, como su nombre lo indica, un restaurante de mariscos en primer lugar, pero eso no implica que su simple y sencilla oferta de sushi no sea notable por su ingenio.

Configurado para funcionar más como los grandes restaurantes mexicanos de mariscos (ver Mariscos Héctor) que como un tradicional sitio de sushi, Palapa’s tiene ceviche, aguachiles y varias botanas para atraer tanto a trabajadores con sombreros de vaquero como a grupos de latinos de segunda generación.

A diferencia de Emporio, la mayoría de la gente en Palapa’s no está allí no va allí por el sushi, y con sólo nueve rolls para elegir, es mejor probar uno o dos y reservarse para disfrutar también de un ‘ceviche tropical’, o un plato de los sabrosos ‘tacos gobernadores’. El ‘Palapa roll’ es un buen comienzo. Es un festín proteico de carne, pollo, camarón y cangrejo fritos (además de queso crema, pasila y chiles), con cuatro salsas diferentes, desde la dulce ponzo hasta una más refrescante aioli. El ‘Aguachile roll’ también es una apuesta segura, con camarón marinado y salsa de aguachile.

El sushi mexicano nunca reemplazará al tradicional, ni siquiera puede competir con la rigidez y el profesionalismo de alta gama de los mejores restaurantes de sushi del condado de Orange. Pero después de décadas de comer nigiri y rolls cubiertos con la misma docena de ingredientes, el sushi al estilo Sinaloa es un fascinante cambio para el paladar.

Si desea leer la nota en inglés, haga clic aquí.

Traducción: Valeria Agis

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