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Whittier Law School cerrará sus puertas, en parte debido al bajo rendimiento estudiantil

Whittier Law School will stop accepting new applicants and close after its current students graduate. (Video by Mark Boster / Los Angeles Times)

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Cuando los funcionarios de Whittier College anunciaron, esta semana, que cerrarían su escuela de derecho en Costa Mesa, los estudiantes y profesores reaccionaron con asombro, indignación y algunas lágrimas.

Expertos legales afirmaron el pasado jueves que el deterioro de Whittier lleva mucho tiempo, mientras luchaba con los desafíos que afectan a muchas de las facultades de leyes en todo el país.

Las solicitudes de ingreso para las escuelas de derecho de todo el país han disminuido casi un 50% desde 2005, lo cual provocó que instituciones menos prestigiosas acepten a estudiantes con puntuaciones y promedios académicos más bajos.

Los índices de aprobación del Colegio de Abogados han caído, y alcanzaron el verano pasado su mínimo de 32 años en California. Sumado a ello, hay menos puestos jurídicos de tiempo completo y a largo plazo disponibles. Mientras tanto, los costos de matrícula y la carga de la deuda estudiantil se han disparado.

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De izquierda a derecha, las estudiantes de derecho Victoria Lucero, Ruth Arellano, Amrit Nahal Y Kathy Iravani paradas en el estacionamiento de Whittier Law School expresando su ira sobre el cierre propuesto. (Mark Boster)

De izquierda a derecha, las estudiantes de derecho Victoria Lucero, Ruth Arellano, Amrit Nahal Y Kathy Iravani paradas en el estacionamiento de Whittier Law School expresando su ira sobre el cierre propuesto. (Mark Boster)

(Mark Boster / Los Angeles Times)

Todos estos factores llegaron a un punto crítico en Whittier, la cual será la primera facultad de derecho totalmente acreditada del país que cerrará sus puertas en las últimas tres décadas. La institución dejará de aceptar nuevas solicitudes de ingreso y cerrará después de que se gradúen sus estudiantes actuales.

“Muchas escuelas de derecho están luchando con exactamente los mismos problemas”, advirtió Brian Tamanaha, profesor de derecho de la Universidad Washington en St. Louis y autor del libro “Failing Law Schools”, de 2012. “Dada la disminución sustancial y duradera en las solicitudes de ingreso, la sorpresa es que haya tomado tanto tiempo para que una escuela cerrará”.

Esa perspectiva fue un pequeño consuelo para muchos de los estudiantes y miembros del profesorado de Whittier Law School. “Nos tomó totalmente desprevenidos; fue casi como una emboscada”, expresó Kristopher Escobedo, estudiante de derecho de segundo año y presidente entrante del cuerpo estudiantil.

Los exámenes finales serán en dos semanas. La prueba ante el Colegio de Abogados está previsto para julio. “Con esta inminente amenaza, ¿cómo pueden esperar que le vaya bien a alguien?”, se preguntó Escobedo.

Los miembros del profesorado buscaron una orden de restricción temporal para retrasar el cierre de la escuela. En los documentos legales presentados el martes pasado dijeron que los funcionarios de la universidad afirmaron en 2015 que la institución enfrentaba un déficit pero se comprometía a continuar operando un campus más pequeño y ofreció alternativas para reducir los costos.

Los funcionarios también hicieron creer a los profesores que $13 millones de dólares de las ganancias de la venta del campus, realizada a principios de este año, serían reinvertidos en la facultad de derecho, indican los documentos legales.

Comités independientes creados en 2015, tanto en la facultad de derecho como en el colegio, demostraron que el programa de abogacía seguía siendo viable, remarcó Escobedo.

Sin embargo, la semana pasada los síndicos votaron por teléfono a favor de cerrar la facultad, explicaron Escobedo y otros. El miércoles pasado, la presidenta de Whittier College, Sharon Herzberger, y Jim Brown, del consejo directivo, emitieron una declaración dirigida a los profesores, estudiantes y personal, y se rehusaron a dar más detalles sobre el tema.

“Creemos que hemos analizado cada opción realista para continuar un programa de derecho exitoso”, afirmó el presidente de la junta, Alan Lund, en una carta a la comunidad de la escuela de derecho. “Lamentablemente, estos esfuerzos no llevaron al resultado deseado”.

Ana Lilia Barraza, portavoz de la universidad, afirmó que en los próximos dos meses los administradores desarrollarán un plan para asegurar que los estudiantes terminen sus licenciaturas “de manera oportuna”.

También dijo que la escuela había considerado una fusión con otra institución, pero las negociaciones fracasaron recientemente.

Radha Pathak, el decano asociado de asuntos estudiantiles y participación de los exalumnos de la facultad de derecho, criticó a los administradores por no mantener sus promesas, incluso después de que un tercio del profesorado permanente y en proceso de permanencia aceptaran la venta para ayudar a mantener a flote la facultad de derecho.

“Existen otras escuelas de abogacía que reciben apoyo de sus instituciones en tiempos de dificultades económicas”, dijo Pathak. “No hemos recibido ese tipo de ayuda monetaria”.

Hanna Chandoo, exalumna de Whittier y abogada de Stris & Maher LLP, en Los Ángeles, aseguró que se están explorando opciones, incluyendo una demanda. Los estudiantes tenían previsto realizar una protesta pacífica en Whittier College el viernes pasado.

La escuela comenzó como Beverly College of Law, pero fue comprada por Whittier College en 1974. Los exalumnos incluyen a varios jueces, abogados clasificados por Super Lawyers y el presentador de programa de radio de KFI-AM 640 Bill Handel.

El miércoles pasado se publicó durante algunas horas una declaración en el sitio web de la facultad de derecho que calificó la decisión de cerrar la escuela como “imprudente, injustificada e infundada”.

La institución ha tratado de proporcionar “una educación de alta calidad para estudiantes de diversos orígenes y capacidades, que de lo contrario no habrían sido capaces de tener una educación legal y que ahora sirven a la justicia y a empresas alrededor del mundo”, decía la declaración, antes de ser retirada.

Whittier está clasificada por el U.S. News & World Report como la segunda facultad de derecho más diversa del país. La mayoría de sus 392 estudiantes son mujeres y no son blancos, según los datos de agosto de 2016. También incluye a estudiantes de bajos recursos, inmigrantes y madres solteras con empleos de tiempo completo. “Buscamos mejorar el acceso a la abogacía para las personas que, de lo contrario, no lo podrían obtener”, aseveró Pathak.

Muchos de esos estudiantes se enfrentan a desafíos particulares. Aquellos que no son hablantes nativos de inglés tienden a sobresalir en las preguntas de opción múltiple del examen del Colegio de Abogados, pero presentan un menor rendimiento en las porciones escritas, explicó Mary Basick, decana asistente de preparación y apoyo académico para el examen del Colegio de Abogados.

Sin embargo, algunos expertos legales critican a la escuela por admitir a estudiantes menos preparados y cargarlos con altos niveles de deudas, cuando sus índices de aprobación del examen del Colegio de Abogados y opciones de empleo son bajas.

El último año, la matrícula de primer año de Whittier se redujo a 132 estudiantes, de los 303 que hubo en 2010, de acuerdo con Law School Transparency, una organización sin fines de lucro con sede en Carolina del Norte. Las puntuaciones medias del LSAT y del promedio académico de los estudiantes también han disminuido, mientras que el índice de aprobación del examen del Colegio de Abogados de la escuela para quienes lo rinden por primera vez ha sido el más bajo en California entre las facultades de derecho acreditadas, disminuyendo a 22% el pasado julio, en comparación con el 52.7% en 2010. La tasa de deserción de primer año es de aproximadamente un 20%, una de las más altas en el país, remarcó

Kyle McEntee, director ejecutivo de la organización sin fines de lucro.

Mientras tanto, los exalumnos graduados en 2016 sobrellevan la segunda más alta carga de deuda promedio del país, de $179,056, según el U.S. News & World Report. En 2015, sólo el 2% de los graduados consiguieron empleos en despachos importantes de abogados, donde los salarios más altos podrían ayudarles a pagar sus préstamos. “La escuela ha preparado a muchos de sus estudiantes para el fracaso”, resumió McEntee. “Es totalmente irresponsable. Han hecho más daño que bien”.

Pathak reconoció los resultados deficientes, pero dijo que la facultad de derecho publica datos sobre ello en su página web para ser transparente. Algunos estudiantes aseguraron que estaban conscientes de los problemas de rendimiento pero decidieron inscribirse de todas formas debido a la diversidad, ubicación, ayuda financiera y las recientes reformas de la casa de estudios.

La escuela agregó servicios de apoyo y renovó su programa de preparación para el examen del Colegio de Abogados gracias a un nuevo decano. Varios miembros del profesorado y estudiantes esperaban que los índices de aprobación del examen de abogacía mejoraran, pero la decisión de cerrar la escuela hará que queden sin efecto estas mejoras.

Varios alumnos de primer año reconocieron que se habrían matriculado en otra facultad si la escuela hubiera indicado la posibilidad de cierre. “Este título que voy a conseguir se ha depreciado”, dijo Kathy Iravani, de 23 años de edad y estudiante de primer año, quien vive en Irvine.

Antonia Reyes, estudiante de segundo año, eligió a Whittier sobre otras escuelas en Florida, Arizona y San Diego debido a su diversidad estudiantil, formación práctica y el enfoque de temas raciales y de clase. Al igual que muchos de sus compañeros, espera usar su licenciatura en derecho para representar a las comunidades marginadas, pero ahora se siente abandonada y ansiosa, sobre todo porque tiene una deuda de $160,000 por su educación en la escuela de derecho.

“Todos estamos preocupados por nuestros títulos”, afirmó, con lágrimas en sus ojos. “Sí, vamos a terminar nuestros cursos; sí, vamos a tomar el examen del Colegio de Abogados, pero ¿Cuál será el valor de nuestro título, si no tenemos una facultad de derecho a la cual podemos aludir?”.

Traducción: Diana Cervantes

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí:

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