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Sheriff de L.A. y otras altas autoridades piden conservar la pena de muerte en California

El sheriff Jim McDonnell, del condado de Los Ángeles.

El sheriff Jim McDonnell, del condado de Los Ángeles.

(Wally Skalij / Los Angeles Times)
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Altas autoridades del condado de Los Ángeles, entre ellos el sheriff Jim McDonnell y la fiscal de distrito Jackie Lacey, se han unido a la batalla de las elecciones de noviembre al anunciar su apoyo para conservar la pena de muerte en California y reformar el proceso de apelaciones del estado.

La pena de muerte debe ser “para lo peor de lo peor”, aseguró McDonnell el lunes por la noche, en un evento llamado “Mend, Don’t End California’s Death Penalty” (algo así como “Aliviar, pero no terminar con la pena de muerte en California”).

En el evento también habló la sheriff Sandra Hutchens, del condado de Orange. El objetivo fue el apoyo a la Proposición 62, que suprimiría las ejecuciones y las sustituiría por condena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, y a la Proposición 66, que tiene por objeto acelerar las ejecuciones en California.

Los votantes sopesarán las dos medidas, que compiten en la boleta eleccionaria del o de noviembre. No quedó claro qué organización pondrían los oficiales detrás de su postura sobre estas proposiciones, que ya han recaudado un buen dinero.

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Ambas iniciativas vinculadas con la pena capital requieren que los condenados actuales a pena de muerte trabajen y paguen una indemnización a sus víctimas, pero las medidas adoptan enfoques opuestos a lo que ambas llaman un ‘sistema que no funciona’. La Proposición 66 mantendría la pena de muerte y limitaría el número de peticiones que los prisioneros pueden presentar para desafiar sus condenas y sentencias. Además, proporcionaría nuevos plazos destinados a agilizar las apelaciones.

Lacey citó la reciente sentencia de muerte del asesino en serie conocido como “Grim Sleeper”, y dijo que esa figura debe reservarse únicamente para los pocos casos que involucran “un perverso y temerario desprecio por la vida humana”. “Creo que es una categoría diferente del mal”, señaló en la conferencia de prensa, el lunes por la noche, en Monterey Park. “Y la pena apropiada para ello es la muerte”.

Uno por uno, los oponentes de las proposiciones anti pena de muerte hablaron, enmarcados por grandes carteles con fotos de víctimas y de policías que fueron asesinados. Todos instaron a los votantes a mantener la pena capital.

La capellán del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD), Ferroll Robins, cuyo hermano fue asesinado en Chesterfield Square en 2002, afirmó que debía emplearse la pena de muerte para el criminal. “Mi familia debe vivir sin mi hermano”, afirmó. “Lo único que nos queda es una foto. No creo que eso sea justo”.

El tema ha generado un apasionado debate, y no todos los funcionarios del condado están alineados al respecto. El exfiscal general del condado, Gil Garcetti, señaló en un comunicado enviado a L.A. Times que él había revertido su posición respecto de la pena de muerte “porque es una total pérdida de dinero y no tiene ninguna utilidad”. “Cada intento de cambiar el sistema de la pena capital emprendido en los últimos 40 años ha hecho que todo sea peor, y más caro”, añadió. “La Proposición 66 no es diferente en ese sentido”.

Traducción: Valeria Agis

Si desea leer este artículo en inglés, haga clic aquí

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