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Tratan de evitar que las salas de masaje se usen para prostitución

Los salones de masaje han florecido en el valle de San Gabriel. Las ciudades de California están pesando cómo regular este tipo de empresas.

Los salones de masaje han florecido en el valle de San Gabriel. Las ciudades de California están pesando cómo regular este tipo de empresas.

(Jay L. Clendenin / Los Angeles Times)
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Durante el día, un equipo de masajistas en una de las empresas de masaje, muchos de ellos del Valle San Gabriel, ofrecen calmar los dolores y molestias de una clientela en su mayoría anciana y femenina.

Cuando el sol se mete, las linternas rojas de papel hacen clic en otra parte del establecimiento, donde el equipo de jóvenes mujeres masajistas atiende a sus clientes, la mayoría de los clientes son hombres.

La pregunta sobre lo que está sucediendo en dichos establecimientos, y lo que, en todo caso, las autoridades locales pueden o deben hacer al respecto, ha tomado un nuevo enfoque a medida que las ciudades de California deciden cómo utilizar las nuevas herramientas reglamentarias dadas a ellos por una enmienda a la ley estatal de masaje que entró en vigor este año.

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Este acto sigue a una enmienda de 2011 que, tras el cabildeo de la industria del masaje — aflojó las restricciones y desató una proliferación de nuevos negocios en todo el estado.

El número de masajistas certificados por el estado ha aumentado en un 13% desde 2014 a 51,885 este año, según el California Massage Therapy Council, una ONG que el estado creó en 2009 para certificar a los masajistas, aprueba las escuelas de masaje y estandariza el plan de estudios.

A nivel nacional, la industria del masaje está creciendo a medida que los establecimientos médicos adoptan cada vez más los beneficios terapéuticos del masaje, según la oficina de estadísticas laborales, que estima que el número de empleos como terapeuta de masaje crecerá 23% entre 2012 y 2022.

Relativamente baratos y fáciles de instalar, los negocios de masajes se han estado diseminando sobre todo en lugares con grandes cantidades de inmigrantes procedentes de China, donde los masajes son tan comunes como los cortes de pelo y la práctica tiene una larga historia.

Los negocios de masajes han prosperado, como por ejemplo, en el predominantemente asiático Valle de San Gabriel. Desde que California aflojó su ley en 2011, una docena de nuevas salas de masaje se abrieron en Arcadia. South Pasadena, una comunidad de 25,000 personas enclavada en 3.4 millas cuadradas, ahora tiene 19. Monterey Park ganó al menos media docena, y las ciudades circundantes han experimentado aumentos similares.

Según el consejo, más de 5,400 técnicos de masaje listan sus direcciones en Monterey Park, San Gabriel, Rosemead o Alhambra — que representa al 10% de los técnicos de masaje en todo el estado.

Ahora que las ciudades tienen más autoridad sobre los salones de masaje, los funcionarios están sopesando cómo equilibrar los derechos de una creciente profesión de terapeutas de masaje legítimos contra la responsabilidad de resolver los problemas causados por los negocios menos deseables.

El teniente Brian Kott encabeza desde hace dos años al equipo que hace que se cumplan los reglamentos para el negocio de masajes en el Departamento de policía de San Gabriel. El número de empresas de masajes en la ciudad se ha más que duplicado, llegando a 59 dentro de un área de cerca de cuatro millas cuadradas; con tantos salones nuevos de masajes, la ciudad tuvo que contratar recientemente a un oficial de cumplimiento de código adicional para mantenerse al día con las inspecciones.

“Muchas de ellas son personas trabajadoras”, reconoce Kott. “Pero la prostitución continua”.

Dijo que desde 2013, su departamento ha realizado 25 detenciones relacionadas con la prostitución en la ciudad, ocho de ellas en negocios de masajes. Realizaron 13 operaciones encubiertas el año pasado, y como resultado, dos casas de masaje fueron cerradas.

Apuntar hacia la prostitución es particularmente complicado, dice Clayton Anderson, gerente de servicios de mejoramiento del barrio de San Gabriel. Muchos negocios chinos de masaje, dice, operan como enclaves vagamente organizados. Los dueños de la propiedad le cobran las masajistas pero raramente se presentan para gestionar el negocio ellos mismos. Las masajistas saltan de negocio en negocio dependiendo de dónde sea mejor el tráfico de peatones, por lo mismo es que frecuentemente son capaces de permanecer un paso adelante de la policía, explicó.

Un estudio realizado por el Urban Institute, que es conocido por su calidad de “think tank” o resuelve problemas, describió una red de tráfico de sexo altamente organizados que gira en torno a una cadena de salones de masaje en New York City, Seattle, San Francisco y Los Ángeles.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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