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¿Por qué un grupo de inmigrantes vietnamitas votará por un candidato latino?

Voluntarios estadounidenses vietnamitas en Garden Grove organizaron un centro de llamadas telefónicas a votantes en el condado de Orange, para apoyar el ingreso de su candidato al Congreso, el demócrata Lou Correa.

Voluntarios estadounidenses vietnamitas en Garden Grove organizaron un centro de llamadas telefónicas a votantes en el condado de Orange, para apoyar el ingreso de su candidato al Congreso, el demócrata Lou Correa.

(Genaro Molina / Los Angeles Times)
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En una tarde reciente, una docena de personas mayores, todos vietnamitas estadounidenses, se reunieron en la sala de Hung Nguyen, en Garden Grove. La larga mesa sobre la cual se encorvaban estaba llena de placas de nh tráng mè, una galleta de arroz rellena de sésamo, y nueces, usualmente el tipo de bocadillos reservados para las sesiones con bebidas.

Pero estos jubilados tenían un arduo trabajo por hacer: revisar largas listas de nombres y números telefónicos, y hablar en vietnamita para intentar convencer a sus vecinos votantes del condado de Orange para que apoyen a su candidato para el Congreso: Lou Correa.

No es la opción más obvia para esta primera generación de inmigrantes, muchos de los cuales llegaron a los EE.UU. como refugiados. Correa, un veterano político latino y exsenador estatal, compite contra Bao Nguyen, alcalde de Garden Grove, de 36 años de edad, quien nació como refugiado en la postguerra de Vietnam.

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Pero Nguyen no es el tipo de político que la mayoría de los vietnamitas en los EE.UU. están acostumbrados a ver -o a apoyar- en Little Saigon. Homosexual y progresista carismático, que apoyó a Bernie Sanders para presidente a comienzos de este año, Nguyen ha tomado posturas poco populares entre la comunidad vietnamita, históricamente conservadora, donde casi todos los políticos han sido republicanos (el primer vietnamita estadounidense electo para el Congreso, Anh “Joseph” Cao, de Luisiana, fue un republicano que perdió su banca en 2010 apenas después de un mandato).

Cuando Nguyen y Correa, ambos demócratas, se enfrenten en noviembre por la bancada del Distrito 46 del Congreso, que ahora ocupa Loretta Sánchez, será una prueba de hasta qué punto puede llegar la lealtad de este bloque de votantes étnico políticamente organizado.

“Voté por Bao Nguyen cuando se postuló para alcalde, porque era importante para nosotros como pueblo vietnamita”, señaló Nancy Nguyen, residente de Garden Grove, en vietnamita. “Pero tiene poca experiencia, y Lou tiene una larga trayectoria de ayuda para la comunidad vietnamita… Si tengo que elegir entre ambos, me quedo con él”.

Correa, por su parte, se ha convertido en un nombre familiar en todo el centro del condado de Orange con el paso de los años, después de haber ocupado los cargos de asambleísta estatal, senador de California y supervisor del condado. El exbanquero de inversiones es ahora conocido como un político ‘de la calle’, en contacto con la gente, que ha construido apoyo tanto en la comunidad latina como en la vietnamita, y que se define a sí mismo como un demócrata de “sentido común” que puede erigirse por sobre las divisiones partidistas para ayudar a sus votantes. Correa, de 58 años de edad, cuenta con el respaldo de una amplia gama de líderes demócratas, como Sánchez y la líder de la minoría Nancy Pelosi (D-San Francisco), así como del Partido Demócrata de California, grupos empresariales y más de una media docena de sindicatos laborales.

Le gusta definirse como un candidato “casero”, que creció a unas pocas cuadras de su oficina de campaña; alguien que ha construido una reputación de político moderado, que prioriza su distrito por sobre los intereses del partido.

“Este es un distrito de trabajadores e inmigrantes, y de aquí eran mis padres”, señaló Correa. Su estilo de campaña evoca al de Sánchez, quien se ha presentado a eventos comunitarios luciendo la tradicional túnica áo dài y, al igual que Correa, solía contratar personal vietnamita estadounidense.

Nguyen, un exdirigente sindical de la Federación Estadounidense de Empleados Estatales, del Condado y Municipales, fue también miembro de la Junta Escolar de Garden Grove y cursó una maestría en budismo indo-tibetano en la Universidad de Naropa, en Colorado. Además, tiene el respaldo de grupos liberales como el Sierra Club, Equality California y la Asociación de Enfermeras de California, así como de la Mexican American Bar Association, que nuclea a abogados. Nguyen afirma cuenta con el apoyo de los millennials y seguidores de Sanders, quien vencieron a Hillary Clinton por dos puntos entre los votantes demócratas del partido, en junio pasado.

Pero Nguyen tiene una ardua tarea por delante: incluso después de una impensada victoria ante el exsenador estatal Joe Dunn, recibió 14% de votos de las primarias frente al 43% de Correa. Nguyen también se queda atrás en la recaudación de fondos: recibió menos de $197,000 en contribuciones, versus casi $599,000 de Correa hasta el 30 de junio último. Correa también se benefició de $101,752 en gastos por parte del Latino Victory Fund, y de $535,439 de gastos independientes del fondo de la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios.

Nguyen no es ajeno a llevar las de perder: superó por sólo 15 votos a quien había sido titular del cargo durante 22 años cuando resultó electo como el primer alcalde vietnamita de Garden Grove, en 2014. “Estamos construyendo una coalición amplia, basada en valores progresistas”, señaló en una entrevista, desde su oficina en Santa Ana. “Es una manera más realista de hacer campaña estos días”.

Esta no es la primera vez que los candidatos latinos y vietnamitas se enfrentan aquí. Después de vencer al republicano Bob “B-1” Dornan, en 1996, Sánchez se midió dos veces frente a los vietnamitas estadounidenses republicanos. En 2006, el republicano Tan Nguyen, exdemócrata que se presentó en una plataforma antiabortista y que buscaba poner fin a la inmigración ilegal, perdió por casi 25 puntos. La carrera se había enturbiado luego de que el republicano enviara 14,000 cartas en español donde señalaba que era ilegal que los inmigrantes voten, lo cual causó el repudio de su propio partido.

Dos años después, Sánchez se enfrentó al exasambleísta republicano Van Tran, quien le presentó un desafío competitivo. Al calor de la campaña, Sánchez declaró a un canal de TV en español que “los vietnamitas y republicanos” estaban intentando robarle su bancada, y calificó a Tran -un inmigrante- de “antiinmigrante” y “antihispano”. Finalmente, Sánchez ganó por 14 puntos.

¿Será diferente con dos demócratas en la boleta? La política para etnias siempre han sido un factor significativo en este distrito; los vietnamitas estadounidenses han rechazado a candidatos vietnamitas en ciertas oportunidades, y lo mismo puede decirse de los latinos, que a pesar de su ventaja en el registro no votan a tasas elevadas.

Correa comprende muy bien esto: perdió su apuesta en 2015 para ser supervisor del condado de Orange frente a un vietnamita estadounidense republicano por sólo 43 votos, mayormente debido al impacto descomunal de Little Saigon, donde las personas fueron dos veces más propensas a votar que en la ciudad de Santa Ana, de mayoría latina. Sólo el 12% de los votantes latinos se presentaron en esa elección especial, comparado con el 41% de vietnamitas que lo hicieron, según un análisis del L.A. Times.

Correa atribuyó su derrota a la movilización de una “maquinaria” de votantes vietnamitas estadounidenses.

En el distrito de Sánchez, esos votantes alguna vez tuvieron ese tipo de influencia: antes de que la redistribución de distritos cambiara los límites, dicho electorado representaba el 13% de los votantes registrados, la proporción más alta de cualquier distrito del Congreso de California. Sin embargo, una gran franja de Little Saigon fue eliminada del distrito después de 2010, y los votantes vietnamitas ahora comprenden sólo el 7% del electorado. “Incluso con el 7%, los vietnamitas son un gran aporte”, señaló Fred Smoller, profesor de ciencias políticas de la Universidad Chapman. “Votan por correo, lo hacen a tasas muy altas, y votan por asiáticos”.

Pero Nguyen tiene un camino cuesta arriba por delante. Nacido en un campo de refugiados en Tailandia y llegado a los EE.UU. cuando era un pequeño, a menudo en su campaña cuenta la historia de cómo, cuando se convirtió en ciudadano naturalizado, a los 12 años de edad, un agente de inmigración le preguntó si quería elegir un “nombre estadounidense”, como tenían sus padres. Él cuenta que su respuesta fue: “Mi nombre es ‘Estadounidense’”.

Como estudiante universitario de UC Irvine, Nguyen asistió a un mitin en Little Saigon donde buena parte de la comunidad se había reunido para recibir al senador John McCain con los brazos abiertos. Pero él y sus amigos llevaron camisetas blancas con la inscripción “American Gook” [una expresión peyorativa para con los asiáticos] para protestar por un insulto del candidato durante la campaña de 2000. McCain, que pasó cinco años como prisionero de guerra, en un principio se negó a disculparse por usar el término para describir a sus captores norvietnamitas antes de prometer que jamás lo volvería a pronunciar.

El año pasado, cuando los miembros de la comunidad instaron al Ayuntamiento de Garden Grove que pidiera a Riverside abandonar su relación con una ciudad hermana vietnamita, Nguyen presionó contra ello y afirmó: “Garden Grove no debería decirle a otra ciudad estadounidense cómo actuar”. Algunos, para quienes el trato con el régimen vietnamita era una afrenta a quienes habían escapado, pidieron su destitución.

“Yo no me involucré en política por las normas anticomunistas de Vietnam”, le dijo Nguyen al L.A. Times. “Puedo representar las partes de lo que soy cuando nos relacionamos con otras personas en nuestra diversa comunidad… Crecimos juntos en una cultura diversa, multirracial, multiétnica”.

La opinión del candidato sobre estos temas es una de las razones por las cuales Hung Nguyen, un exmarino vietnamita que ha organizado las sesiones de llamados telefónicos durante semanas, no lo apoyará para el Congreso. El voluntario, sin relación con el alcalde, sostiene que Correa se mantuvo ferozmente legal a sus seguidores en la comunidad, dentro y fuera de sus mandatos.

Además, le preocupa “el estilo de vida” de Bao Nguyen. “Para mi generación, las cuestiones como la orientación sexual y los temas transgénero aún nos molestan”, señaló el hombre, de 70 años de edad, quien se define como un devoto católico. “En el fondo, a la gente no le gusta”.

Tam Nguyen, quien también apoya a Correa, remarcó que esos aspectos no influyeron en su decisión y que no le importaría respaldar a un candidato gay, aun cuando otros vietnamitas estadounidenses de edad avanzada no sienten lo mismo.

El propietario de Advance Beauty College, de 42 años de edad, y expresidente de la Cámara de Comercio Vietnamita Estadounidense del Condado de Orange, sostiene que el servicio de Correa a la comunidad “no es sólo ocasional. Es consistente y a largo plazo”.

Lo que le importa, señaló Nguyen, es que Correa, como senador estatal, haya organizado una reunión del ayuntamiento en su escuela de belleza para escuchar a los propietarios de salones y reguladores estatales y federales. “A diferencia de hace una generación, creo en la toma de decisiones que son mejores para la comunidad, y que tiene en cuenta otros factores importantes más allá de la etnicidad”, aseveró.

Traducción: Valeria Agis

Si desea leer este artículo en inglés, haga clic aquí

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