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Por primera vez en los EE.UU., un médico es acusado por mutilación genital femenina

Una niña llora mientras un sanador tradicional le practica una circuncisión femenina, en Indonesia.

Una niña llora mientras un sanador tradicional le practica una circuncisión femenina, en Indonesia.

(Bay Ismoyo / AFP/Getty Images)
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Más de dos décadas después, Harry Reid es hostigado por el recuerdo de un video que un activista le pidió que mirara. En él, un grupo de hombres tomaban a una niña enfundada en un vestido blanco durante una celebración en Egipto, abrían sus piernas y sacaban un instrumento de corte; la sangre se acumulaba debajo de la pequeña.

“Todavía lo veo en mi mente, ahora mismo”, afirmó Reid, de 77 años de edad. Por entonces, como senador estadounidense en su segundo mandato, quedó tan horrorizado por las imágenes que emprendió una lucha contra la mutilación genital femenina y redactó una ley para penalizarla.

Mientras que las autoridades sanitarias internacionales sostienen que el ritual se ha practicado en más de 200 millones de niñas, principalmente en África, Oriente Medio y Asia, la ley de los Estados Unidos -de 1996- fue en gran parte simbólica, hasta ahora.

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El miércoles, las autoridades federales acusaron a la Dra. Jumana Nagarwala, una médica de emergencia residente en Detroit, de practicar la mutilación genital en dos niñas de siete años de edad, en una clínica médica de Livonia, Michigan.

Acusada por mutilación genital femenina, transporte con intención de participar en actividades sexuales delictivas y falso testimonio ante un oficial federal, la médica se enfrenta a una sentencia máxima de cadena perpetua en caso de ser condenada por todos los cargos.

A las pequeñas se les dijo que viajarían desde Minnesota a Detroit para un “viaje especial” de niñas, según una declaración judicial. Después de llegar a un hotel, las chicas fueron llevadas al médico “para eliminar los gérmenes” porque “nos dolía el estómago”. Ambas pequeñas relataron a las autoridades que se les prohibió hablar del procedimiento.

Una de ellas relató que le entregaron una toalla femenina para usar en su ropa interior, mientras que la otra contó que apenas podía caminar y que el dolor se extendía hasta su rodilla. Los padres de la segunda víctima declararon a las autoridades que llevaron a su hija a Nagarwala para “limpiar” la piel extra.

Las autoridades sostienen que otras niñas podrían también haber sido víctimas de esta médica entre 2005 y 2007. Nagarwala, ciudadana estadounidense nacida en Washington, negó haber realizado esa práctica y afirmó ante un funcionario federal durante una entrevista voluntaria que sabía que era un acto ilegal. Así lo expresan los documentos judiciales.

La doctora se declaró inocente; su abogado no devolvió las llamadas de este medio para realizar comentarios.

Según su biografía online en la página del Hospital Henry Ford, donde trabaja, Nagarwala asistió a la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins y habla Gujarati, un idioma de India occidental. La médica está ahora en licencia administrativa y sus privilegios clínicos fueron suspendidos, según una vocera de Henry Ford, Brenda Craig. “La supuesta actividad criminal no ocurrió en ninguna instalación de Henry Ford”, remarcó la portavoz en un comunicado. “Jamás apoyaríamos o perdonaríamos nada vinculado con dichas prácticas”.

El procedimiento puede implicar la extirpación parcial o total del clítoris, de los pliegues internos y externos de la vulva o el estrechamiento de la abertura vaginal. Realizado sobre todo en niñas entre la infancia y los 15 años de edad, la técnica puede estar destinada a reducir el placer sexual y la promiscuidad, y para preparar a una niña para el matrimonio.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que el corte genital no tiene beneficio alguno para la salud de las niñas o mujeres. El procedimiento puede causar un sangrado severo, problemas al orinar e infecciones, además de aumentar el riesgo de complicaciones en el parto y la muerte de recién nacidos.

No se sabe cuántas niñas han sufrido esto en los EE.UU., pero los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) creen que el número de personas en riesgo ha aumentado a medida que más personas emigran de países donde la práctica es común, como Egipto, Etiopía y Somalia.

Reid afirmó que nunca fue influenciado por aquellos que defienden la práctica como un rito cultural y aseguró que no está respaldada por textos religiosos. “¿Quieren una forma de retener a las mujeres? Hacerlo para que el sexo sea algo doloroso no es una broma”, afirmó. “Y eso es lo que han hecho ellos por generaciones. Es una forma para los hombres de someter a las mujeres”.

En la década de 1990, su personal lo había disuadido de involucrarse en el tema, argumentando que políticamente tenía más sentido que una mujer llevara la causa adelante. “Acepto eso, pero nadie más quería hacerlo”, afirmó Reid. “Sólo era yo. Entonces pensé que yo era mucho mejor que la nada absoluta”.

Así, el senador persistió. Su proyecto se aprobó sin mucha fanfarria.

La acusación de Nagarwala, 21 años después de la promulgación de la ley, es una “clara evidencia” de que la práctica ocurre en los EE.UU., según los activistas. “Hay un mito acerca de que esto sólo sucede en India o África”, dijo Shelby Quast, directora de la organización de derechos de la mujer Equality Now. “Sucede en todas partes y estamos empezando a comprenderlo”. También resaltó que el arresto podría desenmascarar a otros practicantes: “Fue muy silencioso. La gente no habla de ello… ¿Dónde ocurren estas prácticas?, ¿Hay otros médicos que las realizan? Espero que la gente comience a hablar ahora”.

Aunque las autoridades sostienen que nadie más ha sido acusado bajo la ley de 1996, al menos otros dos casos criminales se presentaron contra personas sospechosas o que aceptaron realizar la práctica de ablación genital en los EE.UU.

En 2002, un hombre de Santa Clarita fue atrapado en una redada del FBI cuando accedió a través de un agente encubierto a realizar la mutilación genital a menores de 8 y 12 años. El individuo dijo a los investigadores que había realizado más “circuncisiones femeninas” que cualquiera en el mundo occidental, aunque las autoridades no pudieron corroborar dicha afirmación. El sujeto y su novia se declararon culpables de conspiración y posesión de pornografía infantil.

En 2006, un inmigrante etíope fue declarado culpable de agresión y crueldad a menores por extraer el clítoris de su hija -de dos años de edad- con una tijera, en el departamento de la familia, ubicado en el área de Atlanta.

En 2013, el presidente Obama firmó una enmienda a la ley de Reid para que sea ilegal enviar a una niña a otro país con el fin de realizarle el procedimiento. Para Reid, que la presunta autora de Detroit sea médico profesional hace que el caso sea difícil de comprender; no obstante, se siente complacido de que su ley sea aplicada. “Espero que ponga el foco en un problema que estamos teniendo en los EE.UU.”, expresó.

Traducción: Valeria Agis

Para leer esta historia en inglés haga clic aquí

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