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Para Clint Eastwood y su hija Alison, hacer cine es un negocio de familia

Clint Eastwood con su hija Alison.

Clint Eastwood con su hija Alison.

(Kirk McKoy/Los Angeles Times)
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Pocas personas, a excepción de su hija, pueden salirse con la suya con un hombre como éste.

En una tarde de mayo último, en una pequeña oficina de su Malpaso Productions, ubicada en los estudios de Warner Bros., Clint Eastwood y su hija, Alison, discuten los consejos profesionales que el actor y director de 86 años de edad le dio a sus hijos. “Les dije, cualquier cosa que hagas, hazla bien”, dice Clint. “Si vas a ser un operador de teléfonos, sé el mejor de ellos”.

“Sí, claro, operadora telefónica era mi segunda opción de carrera”, afirma Alison, con sequedad, provocando la divertida sonrisa de su padre. “Creo que ya no hay más operadores telefónicos, ¿cierto?”, replica Clint.

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En lugar de ello, Alison, de 44 años de edad, entró al negocio de la familia. Su segundo largometraje como directora, un drama ambientado en Mississippi y llamado “Battlecreek”, se proyectó recientemente en los festivales de cine de Santa Bárbara y Newport. La película, aún sin distribuidor, está basada en un guión de una amiga de la infancia de Alison, oriunda de Carmel, Anthea Anka -hija del cantautor Paul Anka-, y protagonizada por Bill Skarsgard, en el rol de un hombre joven con un extraño trastorno de la piel que lo obliga a vivir por las noches.

Realizada por $1.5 millones y con el respaldo de un único financista, un texano llamado Michael G. Wallace, “Battlecreek” fue un asunto de familia en muchos aspectos. El hermano mayor de Alison, Kyle, un músico de jazz que vive en Europa, compuso la música del film; el marido de la directora, el escultor Stacy Poitras, trabajó en el diseño de producción, y algunos de los veteranos colaboradores de su padre, como el editor Gary Roach, ayudó con la postproducción.

Fruto del primer matrimonio del actor, con Maggie Johnson, y una de los ocho hijos de Clint, Alison comparte algunas de las obvias cualidades de su padre: ambos poseen miembros largos, son modestos y aman a los animales. Cuando no trabaja en una película, Alison dirige la Eastwood Ranch Foundation, que rescata animales de refugios que practican la eutanasia. Clint, quien alimenta a las ardillas en el exterior de las oficinas de Malpaso con sus propias manos, interrumpe la entrevista brevemente y con entusiasmo para mostrarle a su hija una imagen de una zarigüeya bebé que recientemente había pasado por el edificio.

En esta tarde, Clint está en la oficina para ver algunas tomas finales de los efectos visuales de “Sully”, su próximo largometraje, protagonizado por Tom Hanks en el rol del piloto de US Airways que aterrizó heroicamente su avión en el río Hudson, de Nueva York. La película será estrenada por Warner Bros. en septiembre próximo y es el primer film de Clint desde “American Sniper”, de 2014, que alcanzó récords de taquilla y cosechó seis nominaciones a los premios Oscar, entre ellas la de Mejor Película.

“Él aún se las arregla para hacer películas acerca de gente real, y el público va a verlas”, dice Alison acerca de su padre. “Estamos sitiados por todo tipo de franquicias cinematográficas, remakes, secuelas. ¿Cómo podemos hacer para que vuelvan las historias de los seres humanos reales?”, se pregunta.

Clint asegura que siempre ha evitado pensar en las perspectivas comerciales de un film, un lujo que Alison, quien está en medio de reuniones con potenciales distribuidores para el suyo, no puede darse. “Yo no sabía si ‘American Sniper’ funcionaría bien”, cuenta el director. “Sólo pensé que la historia era interesante, así como el personaje y sus dramáticas circunstancias. No creo haber hecho jamás una película porque pensé que ganaría dinero. Si uno empieza pensando en el resultado final, probablemente terminará decepcionado”.

Alison creció golpeando la claqueta en los sets de filmación de su padre y robando galletas de los camiones de comidas para el equipo de realizadores. Su debut en pantalla fue a los 7 años de edad, en el film “Bronco Billy”, antes de interpretar un papel más destacado, como la hija de Clint, en “Tightrope”, cuando tenía 11 años.

“Ha sido un enorme placer crecer en esta industria y tener experiencias que nunca hubiera podido tener a menos que él fuera quien es”, señala Alison. “Atesoro esos momentos. Siempre es difícil no vivir a la sombra de alguien, pero siempre y cuando uno haga lo suyo y encuentre su propia voz, se puede vivir con ello”.

Recorrer ese camino se hizo más difícil en la edad adulta, cuenta Alison, quien apareció en “Midnight in the Garden of Good and Evil”, dirigida por Clint, y en un puñado de películas independientes y para TV, pero sin encontrar su nicho como actriz. En 2007 hizo su debut como directora con “Rails & Ties”, un drama de Warner Bros. con Kevin bacon y Marcia Gay Harden, que obtuvo críticas mixtas y generó poco interés en taquilla.

“A veces, [ser un Eastwood] le da a la gente una idea preconcebida de quién eres, lo cual no siempre es bueno”, dice Kyle, hermano de Alison, quien se conecta a la entrevista por Skype desde Francia. “Mi padre siempre nos ha dado el consejo de ser serios en lo que hacemos, y de trabajar duro; y Alison lo ha hecho”.

“Quiero para ellos lo que todo padre quiere”, dice Clint, sobre sus hijos. “Que tengan una buena vida, una vida saludable. Y uno intenta darles ideas de ciertas cosas. Mi hija más joven, Morgan, cuando la dejaba en la escuela me decía: ‘Está bien, me puedes dejar aquí’. Las primeras veces que eso ocurre uno piensa: ‘Hey, ¡se avergüenza de mí!’”.

Pero la vergüenza de la joven por su padre no debe ser tan seria; Morgan tuiteó recientemente una vieja foto de su padre en los Oscar, junto con Harrison Ford y Steven Spielberg, con la frase ‘Quiero ser como ellos’.

“Estoy segura de que yo también hice eso”, dice Alison, respecto de distanciarse de su padre famoso cuando era adolescente. “Pero uno vuelve con el tiempo y piensa: ‘¿Por qué habré pensado alguna vez que esta persona era un idiota? ¡Yo amo a este ser!’. Es la naturaleza humana, que crea esa separación con nuestros padres y luego nos hace regresar a ellos”, asegura.

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