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Padres de Sandy Hook enseñan a estudiantes de L.A. a acercarse a los niños solitarios

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Cada vez que Nicole Hockley y Mark Barden hablan con los estudiantes, tienen que recordarse a sí mismos que tienen que motivar y no llorar.

El tema es personal y doloroso, de vida y muerte. Tanto Hockley como Barden perdieron a un hijo hace casi cinco años en la masacre de Sandy Hook Elementary School en Newtown, Connecticut.

Otro gesto de acercamiento para el chico que mató a nuestros niños pequeños podría haber sido todo lo que se necesitaba para cambiar esta historia”.

— Mark Barden , padre de uno de los estudiantes víctimas en Sandy Hook.

Los discursos que dan en las escuelas de todo el país, incluyendo uno que se realizó hace unos días en Eagle Rock Junior/Senior High School, en Los Ángeles, son una iniciativa para prevenir la violencia con armas, poner fin al aislamiento social y abordar el tema de la salud mental.

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Cuanto más sabían los padres de familia de Sandy Hook sobre el tirador que destruyó sus vidas, más pensaban que la violencia era evitable. Si los estudiantes entendieran cómo hacerse amigos de un compañero marginado, si supieran que deben informar cualquier señal de soledad y retraimiento, quizá esa tragedia y la de otros podrían haberse evitado.

Mark Barden y Nicole Hockley, fundadores de Sandy Hook Promise, hablan con los estudiantes de la escuela Eagle Rock Jr./HS en cómo provenir la violencia. Luis Sinco / Los Angeles Times

Mark Barden y Nicole Hockley, fundadores de Sandy Hook Promise, hablan con los estudiantes de la escuela Eagle Rock Jr./HS en cómo provenir la violencia. Luis Sinco / Los Angeles Times

(Luis Sinco / Los Angeles Times)

Tal vez Dylan Hockley, quien tenía 6 años de edad, y Daniel Barden, de 7, estarían vivos.

“Otro gesto de acercamiento para el chico que mató a nuestros niños pequeños podría haber sido todo lo que se necesitaba para cambiar esta historia”, aseguró Barden. “No lo sabemos. Pero, ¿no vale la pena intentar?”.

Difundir ese mensaje puede ser una agonía para ellos. “Hay ocasiones en las que no puedo hablar de Dylan”, reconoció Hockley, durante una entrevista. En una reciente aparición en Texas, justo cuando el dolor la inundaba, un niño le preguntó si estaba a punto de llorar. La mujer tuvo que dejar de hablar un momento.

Los estudiantes se reunieron en Eagle Rock para conocer más sobre Sandy Hook Promise, la organización sin fines de lucro que Hockley, Barden y otros padres crearon con el fin de promover y fomentar su misión, tras quedar desanimados al tratar de resolver la violencia con armas a través de las leyes.

“Levanten las manos si alguna vez se han sentido solos”, preguntó Anthony Owliaie, un terapeuta y presentador de Sandy Hook Promise. Se alzaron varios cientos de manos. “¡Yo!”, “¡Yo sí”, “¡Todo el tiempo!”, se escuchó.

Algo que puede ayudar, les dijo el especialista: conocer algunos trucos para ‘romper el hielo’. Los niños pueden acercarse a un estudiante nuevo y preguntarle de donde viene; pueden invitar al recién llegado a pasar un rato con ellos, o platicar sobre sus películas favoritas o emojis.

El terapeuta les enseñó tres pasos para comunicarse con los demás: “Si ven a alguien solo, acérquense y ayuden. Empiecen por decir ‘hola’”. Este último paso es el nombre de una de las campañas de Sandy Hook Promise, y todos los estudiantes llevaban camisetas con ese mensaje.

El programa les enseña a los estudiantes a detectar la soledad y las señales potenciales de violencia, tanto en personas como en los medios sociales. También les pide que monitoreen regularmente sus propios sentimientos. “Nadie es un superhéroe que no puede ser derrotado por la soledad o la vulnerabilidad”, explicó Owliaie.

Los distritos escolares en todo el país están intentando el programa; hasta el momento, 1.5 millones de niños y adultos han sido capacitados. Sus directivos dicen que obtienen retroalimentación periódica. Hockley cree que la primavera pasada se evitó un tiroteo en una escuela en Ohio cuando un estudiante capacitado por Sandy Hook Promise escuchó una amenaza y notificó a un consejero.

Pero su asociación con el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD) será la primera ocasión en la que el programa utilice los datos para darle seguimiento a sus resultados. “Si alguien se hubiera acercado y le hubiera dicho hola [al tirador], tal vez no estaríamos aquí parados”, Hockley dijo a los estudiantes.

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La misión tuvo particular relevancia para algunos estudiantes de Eagle Rock. Brittney Velt, de 16 años de edad, se levantó y contó a sus compañeros acerca de Know Your Right, un grupo de lucha contra la discriminación que ella inició. Y ofreció su ayuda y apoyo a aquellos que necesitan un amigo. “Yo soy lesbiana. He salido del clóset”, afirmó.

Velt reconoció después del evento que a veces se ha sentido deprimida. “La persona que llevó a cabo la balacera estaba sola”, aseguró. “Eso es algo con lo que me puedo identificar”. Entonces señaló a un amigo, Argenis Hurtado, también de 16 años y cofundador de Know Your Right. “Cuando me siento así, él me ayuda”, expresó.

Argenis manifestó que no se siente cercano a su familia, por lo cual se apoya en Brittney. Cuando fue acosado por ser homosexual, su amiga lo ayudó. “Tengo miedo de estar solo”, reconoció, acariciando su hombro. “Ella está conmigo”.

Brittney describió sus propios temores en términos ligeramente diferentes: “Tengo miedo de estar sola en la oscuridad. Cuando estoy atrapada en la oscuridad, me aseguro de que esté él ahí también”.

De inmediato, una estudiante de segundo año, Jade Phong, utilizó Twitter para ofrecer su ayuda.

El jefe del Departamento de la Policía Escolar de Los ángeles, Steven Zipperman, agradeció a los alumnos por ser “parte del cambio; el cambio necesario para prevenir cualquier futuro incidente horrible”.

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Barden, quien es músico, trata de mantener sus presentaciones breves. “Voy a ser más eficaz e inspirador para los niños si me ven como una señal de esperanza”, aseguró. “Será difícil que ellos consideren que soy una señal de esperanza si estoy ahí arriba gimiendo y llorando”.

Él y Hockley han elegido un camino que los obliga a compartir constantemente con desconocidos sus recuerdos más dolorosos.

En Eagle Rock, Hockley habló a los estudiantes acerca de sus hijos: Dylan, quien murió, tenía autismo. Jake, quien era su protector, estaba en tercer grado en el momento del tiroteo y sobrevivió.

Al igual que muchos niños con autismo, Dylan agitaba sus brazos hacia arriba y hacia abajo tan intensamente que Hockley pensaba que podría salir volando. Una vez, le preguntó por qué lo hacía. Debido a su retraso en el habla, no esperaba una respuesta. Pero él la miró y le dijo: “Porque soy una hermosa mariposa”, relató la mujer.

Cuando piensa en las alas de Dylan piensa en el ‘efecto mariposa’, el concepto científico que establece que un pequeño cambio, como el de un insecto agitando sus alas, puede influir en un resultado significativo, como un tornado al otro lado del mundo, expresó ante los estudiantes. Mientras lo hacía, movía sus brazos hacia arriba y hacia abajo. Poco después, les pidió a los estudiantes que se unieran a ella en el movimiento.

“Yo los miro a todos ustedes y veo mariposas”, afirmó. “Con sus alas pueden lograr cambios enormes”.

Esos cambios, en otras palabras, pueden empezar con un simple ‘hola’.

Traducción: Diana Cervantes

Para leer esta historia en inglés haga clic aquí

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