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No más multas de la biblioteca para los lectores jóvenes en el condado de Los Ángeles

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Leilany Medina, de 11 años, ama tanto los libros que le gustaría convertirse en bibliotecaria. Pero incluso ella a veces se olvida de retornarlos a tiempo, especialmente si aún no ha terminado de disfrutarlos, y acumula algunas multas por devoluciones tardías.

Ahora, las bibliotecas locales ofrecen una alternativa para los amantes de la lectura y crean nuevos señuelos para otros niños que aún no han descubierto el placer de leer, al eliminar los recargos por entregas atrasadas, registrando automáticamente a los estudiantes para tarjetas de la biblioteca a través de sus escuelas y permitiéndoles “leer” sus multas y cuotas para liquidarlas.

La medida más reciente fue una votación realizada la semana pasada por parte de los supervisores del condado de Los Ángeles para terminar con los cargos por mora para los clientes menores de 21 años en las bibliotecas administradas por el condado, con efecto inmediato. Eso no ayudó a Leilany porque los funcionarios no ofrecieron amnistía por multas pasadas.

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Así que, el jueves, la niña se dirigió a East Los Angeles Library, una instalación del condado, para leer $4 en cargos por retraso. Los estudiantes pueden eliminar la deuda a una tasa de $5 por hora bajo un programa que entró en vigencia en junio.

“Les dices qué vas a leer, te registran y comienzas”, relató Leilany, estudiante de quinto grado en Morris K. Hamasaki Elementary, en el este de Los Ángeles. “Cuando ya sientes que es suficiente puedes dejar de leer y ellos te dicen cuánto dinero te descontaron”.

La pequeña es especialmente aficionada a los cuentos de hadas y a la serie “Judy Moody” de Megan McDonald, acerca de una niña de tercer grado con muchos estados emocionales notables.

En una era donde el tiempo de pantalla domina la vida de los niños, los bibliotecarios y otras personas no han dejado de inculcar el amor por los libros y las bibliotecas. También quieren asegurarse de que no haya una “brecha bibliotecaria” entre los más prósperos y los pobres. El programa para “leer” la deuda por devoluciones tardías es especialmente importante porque el costo de los materiales dañados o perdidos puede ser alto.

Una deuda de la biblioteca de $10 resulta en privilegios de préstamos suspendidos. Desde que el programa “Read Away” entró en vigencia, el sistema de bibliotecas del condado ha liquidado 3,500 cuentas bloqueadas, detalló Darcy Hastings, asistente del administrador de la biblioteca del condado para servicios juveniles.

Incluso las multas de 15 centavos por día por libro pueden alejar a los niños de la lectura. “Cuando los cargos se acumulan en la cuenta de un joven, en general, no los pagan y no usan la tarjeta”, afirmó Hastings. “Unos pocos dólares en sus cuentas significa que dejan de usar los servicios de la biblioteca”.

En encuestas aleatorias, el 80% de los padres señalaron que es más probable que dejen que los niños tomen prestados materiales debido a las políticas más indulgentes. Ello no quiere decir que las bibliotecas se hayan vuelto completamente flexibles: las deudas por $50 o más se entregan a una agencia de cobro. “Tratamos de trabajar con las familias antes de que la situación llegue allí”, advirtió Hastings.

Al menos 100 estudiantes por semana eliminaron su deuda leyendo en East L.A. Library, relató la bibliotecaria especialista en niños Aleah Jurnecka. “Los padres expresan gratitud y alivio”, dijo. “Esto disminuye la carga para muchas familias”.

La mayoría de los niños en el condado usan uno o más de los tres sistemas de biblioteca: ciudad de Los Ángeles, condado de Los Ángeles o una biblioteca escolar.

El estado de las bibliotecas escolares varía mucho según la ubicación y el distrito escolar. El Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD) tiene sólo una biblioteca primaria, por ejemplo, que considera que cuenta con personal completo, con un bibliotecario de tiempo completo y un asistente de medio tiempo. Pero durante aproximadamente un año, los estudiantes del distrito recibieron automáticamente las tarjetas de la biblioteca de la ciudad sin acumular cargos vencidos. Los alumnos pueden sacar tres libros a la vez. Alrededor de 15,000 han usado las nuevas tarjetas (miles de otros ya contaban con ellas).

La acción del condado, la semana pasada, amplió enormemente el acceso a las bibliotecas libres de multas. La ciudad de Los Ángeles no tiene un programa de lectura para multas. Otras ciudades con sistemas bibliotecarios establecen sus propias políticas de cuotas.

Leilany no necesita mucha motivación para ir a la biblioteca casi todos los días después de la escuela. Además de leer con voracidad, juega juegos de computadora, hace investigaciones en línea para tareas y participó en un club de jardinería de verano y un taller de animación.

“Está usando algunas palabras en casa que otros niños de su edad no conocen si sólo usan sus tabletas y no desarrollan su vocabulario”, comentó su prima, Yeimi Cortez, de 22 años.

Leilany registró más tiempo de lectura de lo necesario para eliminar su deuda. Eso es lo que sucede con un libro que no puedes dejar de lado, como “Because of Winn-Dixie”, por Kate DiCamillo. “Me gustan los perritos”, explicó Leilany, “y este perro, Winn-Dixie, estaba perdido”.

Traducción: Diana Cervantes

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí:

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