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La NASA realiza una prueba de vuelo con su ‘platillo volador’

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El martes por la tarde, justo alrededor de la hora del almuerzo, un “platillo volador” estaba realizando una prueba de vuelo en un cuarto limpio del Laboratorio de Propulsión Jet de la NASA.

El platillo técnicamente es un vehículo de prueba aerodinámico de 15 pies de ancho y con un peso de 7,000 libras. Está diseñado para ayudar a los ingenieros a probar nuevas tecnologías para aterrizar naves espaciales, y algún día a personas, en Marte.

A los periodistas que fueron invitados a presenciar la prueba de vuelo en el laboratorio de La Cañada Flintridge se les pidió que se colocaran detrás de un escudo antibalas una vez que se inició la prueba.

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La prueba fue similar al tipo de prueba que un mecánico podría realizar para asegurarse de que las llantas de tu auto están balanceadas. El platillo nunca giró más rápido que 30 revoluciones por minuto, y no parecía como que algo podría soltarse y salir volando.

“Lo que estamos intentando de hacer aquí es asegurarnos que el centro de la masa está lo más cercano posible a donde estará el motor de giro”, dijo Paul Lytal, un ingeniero que trabaja en el proyecto.

En unas pocas semanas el platillo será enviado a Hawái, donde será elevado a una altitud de 160,000 pies por medio de un globo aproximadamente del tamaño del Rose Bowl. Entonces un cohete lo llevará 20,000 pies más alto hacia el aire ligero de la estratosfera.

La atmosfera de Marte es del 1% de la densidad de la tierra, pero es similar a la densidad de nuestra estratosfera. Al desplegar nuevas tecnologías desaceleradoras a estas alturas, los ingenieros esperan ver cómo podrían funcionar en un ambiente similar al marciano.

El 28 de junio del 2014, el proyecto de Desaceleración Supersónica de Baja Densidad de la NASA probó con éxito un vehículo con forma de platillo volador propulsado por un cohete que fue lanzado desde la instalación del Campo de Misiles del Pacífico de la Marina localizado en Hawái. Otra prueba está planeada para realizarse ahí en unos meses.

“Lo que tiene Marte es que tiene la suficiente atmósfera para ayudarte y la suficiente atmósfera para darte problemas”, dijo Kevin Burke, encargado de sistemas de vuelo para lo que se conoce como el proyecto de Desaceleración Supersónica de Baja Densidad, o LDSD (por sus siglas en inglés).

Desde 1976, cuando aterrizó por primera vez la sonda Viking de la NASA sobre el Planeta Rojo, la agencia ha utilizado el mismo diseño de paracaídas para ayudar a todos sus rovers y vehículos de aterrizaje en Marte a descender intactos hacia la superficie.

Hasta ahora, ha funcionado de forma fabulosa, pero si la NASA quiere aterrizar vehículos espaciales más grandes en Marte y eventualmente a personas, necesitará cambiar el sistema de aterrizaje.

El año pasado el equipo del LDSD llevó un vehículo de prueba idéntico a Hawái para probar dos nuevas tecnologías de desaceleración. Uno era un enorme paracaídas, con 100 pies de diámetro. El otro, esencialmente era un gran tubo interno de inflado rápido que puede incrementar el diámetro del vehículo de 15 pies a 20 pies en una fracción de segundo, creando mayor resistencia sin agregar más peso.

Durante la prueba en Hawái, el tubo interno, también conocido como el Desacelerador Supersónico Inflable Aerodinámico, funcionó a la perfección, pero el paracaídas se destrozó en pedazos casi inmediatamente.

“Fue fascinante verlo”, dijo Jeff Weiss, el encargado del proyecto del LDSD. “Y desde entonces hemos visto las imágenes cuadro por cuadro para ver donde falló y donde no y aprender de esas lecciones”.

Desde entonces, el equipo del LDSD ha rediseñado completamente el paracaídas, y los investigadores dijeron que esperan que tenga un mejor desempeño que su predecesor.

“Estamos esperanzados, pero hasta que lo probemos, realmente no sabemos qué sucederá”, dijo Weiss.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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