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Mediante sofisticadas estafas, crecen los robos a productores de nueces en California

Todd Crosswell, gerente general de Caro Nut Co., muestra un frasco de almendras en la planta procesadora de la compañía, ubicada en Fresno. El año pasado, a través de una sofisticada operación, un grupo de ladrones robó seis camiones con carga de su compañía, lo cual generó una pérdida de $1.2 millones para la firma.

Todd Crosswell, gerente general de Caro Nut Co., muestra un frasco de almendras en la planta procesadora de la compañía, ubicada en Fresno. El año pasado, a través de una sofisticada operación, un grupo de ladrones robó seis camiones con carga de su compañía, lo cual generó una pérdida de $1.2 millones para la firma.

(Scott Smith / Associated Press)
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La compañía de camiones parecía legítima, aunque el papeleo lucía algo descuidado. Sin embargo, después de un par de llamadas, el agente le dijo a Horizon Nut Co. que cargara las 45,000 libras de pistachos con cáscara y las enviara a la costa este.

Horas más tarde, el vehículo aparecía vacío en la zona del puerto de Los Ángeles-Long Beach. Los frutos, valuados en cerca de $450,000, se habían desvanecido en el mercado negro gracias al robo de la carga.

El atraco, ocurrido en noviembre pasado, fue uno de los 31 reportados en 2015 en el extenso Valle Central de California, donde una ola de delincuencia rural parece haber sorprendido a la lucrativa industria de las nueces con la guardia baja.

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“Básicamente, le entregamos la carga al conductor”, aseguró Kirk Squire, gerente de relaciones de productores para la empresa, con sede en Tulare. “No era un robo. Era una operación de carga legítima realizada por una compañía de camiones ficticia. Era un fraude. No hubo violencia; no hubo nada de eso”.

Este jueves, unos 150 agricultores, procesadores y transportistas apiñados en un centro de convenciones en Modesto se comprometieron a detener los robos. Fue la segunda reunión de emergencia realizada en los últimos cinco meses. La primera de ellas, en Visalia, tuvo lugar en diciembre último y, aparentemente, no resultó suficiente para prevenir los -al menos- tres atracos ocurridos desde entonces.

El mismo jueves por la mañana, las autoridades descubrieron que otra carga de 30,000 libras de almendras -que había salido de un procesador en el condado de Tulare- no había llegado a destino. El hecho ocurrió pese que las autoridades han reforzado sus esfuerzos y todo el mundo se encuentra en estado de alerta. “Estamos un poco atrás en este tema”, admitió el sheriff del condado de Tulare, Mike Boudreaux. “El grupo que investigamos es muy sofisticado y organizado”.

Nada pudo preparar al valle para estos bandidos de avanzada; una red organizada que ha pirateado bases de datos, falsificado documentos y engañado a envasadores por una suma de $9 millones del año pasado, según registros de las autoridades y aseguradoras.

La gran mayoría de los robos de frutos secos fueron fraudes sofisticados, en lugar de atracos a camiones sin vigilancia, aclaró Scott Cornell, especialista de la división de transportes de Travelers Insurance, una de las principales aseguradoras de mercancías en todo el país. Una estratagema común es utilizar una empresa falsa para contratar a un camión legítimo, y luego decirle al camionero que desvíe su carga a otro almacén, donde se le paga y se lo libera.

“La razón por la cual contratan a una empresa de transporte legítimo es que la empresa no tiene nada que ocultar cuando realiza la carga”, explicó Cornell. “Toda su información es legítima… Ellos no tienen idea de que están participando de un robo; sólo creen que han sido contratados para recoger la carga”.

Los ladrones probablemente estudiaron este mercado después de dejar de lado los productos electrónicos de lujo desde el estancamiento de la economía, en 2008, explicó el experto en seguros. Después de ello, les resultó atractivo lo que hallaron en esta industria y nunca regresaron a la anterior. “Creo que los ladrones de cargas descubrieron que esta es una buena categoría porque los frutos secos no poseen números de serie; las nueces no necesitan ser activadas por internet”, aseguró Cornell. “Cuando se mira desde ese punto de vista, el producto es fácil de transportar y la evidencia se consume”.

Los delitos agrícolas no son nuevos en la región, donde los departamentos del sheriff de gran parte de los condados rurales poseen oficiales exclusivamente dedicados a bienes hurtados de los casi 7 millones de acres de nueces, frutas, granos y vegetales, que generan cerca de $17,000 millones en ingresos. Con el correr de los años, los delincuentes han robado equipos, combustible, tuberías de riego, alambre de cobre y hasta abejas.

Pero desde hace un tiempo, la comida y la bebida han superado a los electrónicos como las principales categorías de atracos a cargamentos, según Cargonet, una división de análisis del delito de la compañía Verisk. La tendencia fue también observada por un monitor similar de la industria, FreightWatch, que afirmó que los alimentos y bebidas comenzaron a superar los robos a electrónicos en 2010.

Cerca del 28% de los 881 incidentes de robo de carga en todo el país el año pasado involucraron alimentos y bebidas, más del doble de la proporción que implicó a electrónicos, reveló CargoNet. En California tuvieron lugar 158 de esos robos, con pérdidas cercanas a los $18.7 millones.

Cornell afirmó que los criminales se están adaptando rápidamente a la mecánica y piratean documentos del Departamento del Transporte para robar identidades. “Esto es un maratón, no una pequeña carrera”, advirtió. Incluso después de un arresto “ellos vuelven”, aseguró.

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