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Editorial: Los legisladores de California no deberían decidir la hora en la que comienzan las clases

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Existen todo tipo de buenas razones para que secundarias y preparatorias públicas cambien su horario, y comiencen la jornada escolar más tarde.

Investigaciones al respecto han encontrado que iniciar las clases más tarde se traduce a menos retrasos, menos ausentismo escolar y mejor rendimiento académico. Adolescente que descansan mejor y sufren menos depresión, menos lesiones deportivas y menos índices de accidentes de tráfico. Incluso la Academia Americana de Pediatría lo ha recomendado.

Educadores han venido hablando sobre esto durante años, y hasta ahora solamente un puñado de distritos escolares en todo el país han hecho algo al respecto. Entonces, hasta qué punto el Senador Anthony Portantino (D-La Cañada Flintridge), le está haciendo a California un favor al presentar una propuesta de ley sobre este tema.

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Pero únicamente hasta cierto punto, la SB 328, que solicita que todas las secundarias y preparatorias públicas no inicien clases antes de las 8:30 a.m., representaría una extralimitación por parte de Sacramento, dictando una decisión que debería dejarse en manos de los distritos escolares. Probablemente no todas las comunidades y escuelas se beneficiarían de los horarios que permitirían retrasar el horario escolar .

Este tipo de humildad reglamentaria fue una idea detrás de la política de “subsidiariedad”, del gobernador Jerry Brown - de descentralizar la autoridad, dejar más decisiones de Sacramento en manos de agencias y gobiernos locales, bajo la creencia de que están mejor capacitados para determinar las necesidades de sus electores.

El horario escolar es un acto de equilibrio. Los distritos deben sopesar la ventaja para las comunidades a las que sirven, de comenzar más tarde contra los efectos de terminar más tarde.

Por ejemplo, las escuelas en áreas de mayor delincuencia no quieren forzar a los estudiantes a regresar a casa en la oscuridad, después de terminar las actividades que realizan al finalizar la escuela. Otros pueden tener muchos estudiantes cuyas vidas serían interrumpidas por salir de clases más tarde, porque trabajan medio tiempo o porque son necesarios para ayudar a cuidar a un miembro de la familia.

La razón para estandarizar los tiempos de inicio es lo suficientemente sólida: facilita la programación de los juegos deportivos interescolares. Al obligar a todos a cambiar para comenzar al mismo tiempo, el estado, de hecho, presiona a todas las escuelas a cambiar los horarios de juego. Pero esa es sólo una de las razones por las que los distritos escolares dudan en cambiar sus horarios.

No todas las ideas potencialmente buenas requieren un nuevo mandato de Sacramento, donde los legisladores no pueden entender las circunstancias únicas en cada uno de los más de 1,000 distritos escolares del estado. De hecho, lo contrario es cierto: el Estado debe mantener las manos fuera a menos que haya una razón convincente para cambiar las cosas.

Nos alegramos de que Portantino quiera hacer algo más que hablar de esto, pero debería adoptar un enfoque más lento con su proyecto de ley para evitar consecuencias imprevistas. Debe proveer incentivos para que los distritos escolares pongan a prueba iniciar más tarde y hagan una evaluación continua de lo bien que está funcionando.

El proyecto de ley también podría establecer un panel que incluya a los superintendentes escolares y entrenadores deportivos para averiguar cómo las escuelas con diferentes horarios de inicio podrían coordinar los horarios de los partidos.

La historia de la educación está llena de ideas que parecían buenas, pero que se aplicaban demasiado rápido en una escala demasiado grande. El estado puede alentar a las escuelas a ser más abiertos de mente acerca de un día escolar que comience más tarde, sin establecer una nueva ley para casi 3 millones de estudiantes.

Traducción: Diana Cervantes

Para leer esta historia en inglés haga clic aquí

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