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Los casinos redoblan su apuesta para atraer al público ‘milenio’

Luego de una modernización valuada en $50 millones, el Bicycle Casino en Bell Gardens cuenta con un deslumbrante hotel de 99 habitaciones, que incluye también un gimnasio.

Luego de una modernización valuada en $50 millones, el Bicycle Casino en Bell Gardens cuenta con un deslumbrante hotel de 99 habitaciones, que incluye también un gimnasio.

(Mel Melcon / Los Angeles Times)
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El Bicycle Casino en Bell Gardens fue siempre un lugar ruidoso y exagerado, donde reinaban las mesas de juego, pero cuando las apuestas terminaban los jugadores tenían pocas razones para quedarse, a excepción de un bar y una cafetería.

Ahora, después de una renovación presentada el mes pasado y valuada en $50 millones, el sitio cuenta con un glamoroso hotel con 99 habitaciones que incluye también un gimnasio, una piscina con terraza al aire libre, un spa y un sauna, además de un restaurante con 28 clases de cerveza de barril.

“Con la incorporación del hotel, uno no sólo viene a jugar, sino también a comer y a pasar el rato”, afirmó Nichoel Jurgens, una jugadora profesional de póquer que ha frecuentado el casino durante los últimos 11 años.

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Todo indica que los jugadores están, finalmente, sacudiéndose los efectos de la gran recesión y, ante ello, los casinos del sur de California doblan la apuesta con proyectos de ampliación y remodelación para brindarle a sus clientes razones para permanecer allí por más tiempo. Además, los casinos también apuntan ahora a nuevos clientes, especialmente los millennials.

Los nativos de la tribu Pechanga Band of Luiseño comenzaron a trabajar el mes pasado en un proyecto de $285 millones, que agregará un ala con 568 habitaciones, un spa y salón de belleza de dos pisos, un gimnasio y dos restaurantes a su casino y resort de Temecula.

Nichoel Jurgens, de 37 años de edad y oriunda de Long Beach, es una jugador profesional de póquer que ha frecuentado el Bicycle Casino durante los últimos 11 años. Jurgens prefiere la versión sin límite de apuestas. (Mel Melcon / Los Angeles Times)

El Pala Casino Spa & Resort, ubicado en el norte del condado de San Diego, finalizó recientemente una renovación de $5.7 millones que incluyó una cava subterránea de vinos y un patio al aire libre para realizar más conciertos y actuaciones.

“Creo que todos estamos tratando de ampliar nuestra oferta para llegar a un nuevo público”, afirmó Mike Crenshaw, vicepresidente de operaciones del casino en Pala.

Aunque los ingresos de los casinos han aumentado gradualmente desde la recesión, a los ejecutivos del área les preocupa que sus clientes más fieles –los baby boomers- estén cerca de hacer sus últimas apuestas. En tanto, los jóvenes millennials no demuestran tanto interés en los juegos de azar como las generaciones anteriores.

La publicista Kaitlin Livezey, dentro del comedor formal y la sala de estar de la suite presidencial, de 2,007 pies cuadrados, del Bicycle Casino. (Mel Melcon / Los Angeles Times)

“En general, la industria del juego está intentando captar a los millennials”, expresó Alan P. Meister, un experto del tema y principal economista de Nathan Associates. “Es un grupo demográfico diferente de atraer. Se necesitan distintos tipos de juegos y entretenimiento o comodidades para captarlos”.

Las modernizaciones de casinos en el sur de California son también el reflejo de un amplio impulso en todo el país para aprovechar el renovado interés en los juegos de azar desde la recesión, aseguran los expertos en la materia.

Varios estados han presentado nuevas formas de juego, como pistas de carrera y apuestas en deportes y videojuegos.

Delaware, Maine, Maryland, Pensilvania y Rhode Island han legalizado el póquer y otros juegos de mesa en las operaciones de sus casinos y pistas de carrera.

En el sur de California, los ejecutivos de casinos aseguran que el número total de visitantes no descendió durante la recesión, aunque sí bajó el tamaño de sus apuestas. Durante los últimos cinco o seis años, éstas fueron aumentando gradualmente, afirman.

“Después de la recesión, los balances reflejaron mínimos históricos”, declaró el jefe tribal de Pechanga, Mark Macarro. “Comenzamos a ver un repunte en 2011. Cada mes las cosas mejoraban un poco más”.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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