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Las universidades públicas son buenas pero muy caras, opinan los californianos

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La mayoría de los californianos asignan altas calificaciones a sus universidades y colegios públicos, pero les preocupa que sean demasiado caros, según una encuesta estatal publicada hace unos días.

La mayoría de los californianos encuestados por el Instituto de Políticas Públicas de California apoyan otorgar más dinero para la educación superior pública, pero están en desacuerdo sobre cómo incrementar esos fondos. Tres cuartas partes rechazan los aumentos de matrícula, algo que la Universidad de California y Cal State están considerando para el próximo año, pero la mayoría aseguró que respaldaría la emisión de un bono estatal para proyectos de construcción.

Elevar los impuestos para generar más fondos para la educación superior cuenta con el apoyo del 68% de los demócratas, el 20% de los republicanos y el 42% de los independientes, de acuerdo con la encuesta.

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Mark Baldassare, presidente del instituto no partidista, con sede en San Francisco, destacó que lo que más sorprendente para él fue que los californianos todavía consideran la asequibilidad universitaria como el principal problema al que se enfrenta el sistema de educación superior del estado.

Los costos de las matrículas han aumentado más del doble desde la recesión de 2008, pero los sistemas de UC y Cal State las congelaron durante los últimos seis años, a pesar de las crecientes presiones presupuestarias. Además, el costo de las universidades públicas de California sigue siendo inferior al de las instituciones comparables en todo el país, según los funcionarios de finanzas del estado.

“La prioridad en la mente de las personas es cómo vamos a asegurar que los californianos puedan pagar por su educación superior”, estimó Baldassare. “Existe el firme pensamiento de que el estado debe invertir más”.

Casi tres cuartas partes de los encuestados, de todos los partidos políticos, raza, etnias, ingresos y niveles de educación, creen que los costos universitarios impiden que los jóvenes calificados y motivados accedan a la educación superior, y respaldan promover que los colegios comunitarios sean gratuitos. Una proporción aún mayor -el 82%- apoyó la existencia de más becas y ayudas para los alumnos.

Del 13 al 22 de noviembre pasados, el Instituto de Política Pública de California encuestó en inglés y español a 1,711 adultos de todo el estado. El margen de error del sondeo fue de 3.5 puntos porcentuales.

Sólo un pequeño porcentaje apoyó los aumentos en los fondos estatales como única medida. Casi la mitad de los encuestados remarcaron que los nuevos fondos deberían combinarse con un uso más útil del financiamiento actual.

Los resultados de la encuesta alentaron a los líderes estudiantiles que luchan contra los aumentos propuestos en la matrícula. Ralph Washington Jr., presidente de la Asociación de Estudiantes de la UC, afirmó que espera que los dirigentes de UC presten atención a la opinión pública y encuentren formas alternativas para recaudar el dinero adicional que necesitan para el próximo año.

Aunque la UC proporciona ayuda financiera sustancial no cubre todos los costos, lo cual obliga a muchos estudiantes a trabajar para tener una vivienda y alimentos, resaltó.

“Los estudiantes creen que el mayor obstáculo para la diversidad y el éxito en el campus es la asequibilidad”, afirmó Washington. “Si el público cree en otorgarnos más dinero, concédanos más fondos y podremos así evitar los aumentos de la matrícula”.

Ricardo Vázquez, portavoz de la UC, aseveró que, si bien la universidad comparte las preocupaciones públicas sobre los costos, un “sólido y progresivo” programa de ayuda financiera cubre todas las colegiaturas y las cuotas para casi el 60% de los estudiantes de California. Muchos de ellos, destacó, reciben dinero para los gastos de vivienda y alimentos. Cerca de un tercio de los ingresos por las matrículas es canalizado directamente hacia la ayuda financiera, dijo.

El rector de Cal State, Timothy P. White, afirmó sentirse alentado de que un estudio independiente confirmara el apoyo público generalizado para los objetivos de Cal State de lograr una financiación adecuada, diversidad estudiantil e índices más altos de graduación.

White reiteró que no desea imponer aumentos de matrícula, los cuales podrían ascender a $270 dólares al año, y espera que las autoridades cubran la brecha presupuestaria de más de $167 millones de dólares entre los fondos estatales previstos y las necesidades de la universidad. “Estoy feliz de ver que este informe hace hincapié en que el gobierno estatal debe hacer su parte para apoyar nuestra capacidad de enseñar a los alumnos, y que ellos consigan un título de licenciatura”, aseguró White. “Esto es acerca del bien común”.

Casi todas las personas encuestadas coincidieron en que la educación superior será importante para la calidad de vida y la vitalidad económica de California durante las próximas dos décadas, aunque los demócratas, los afroamericanos, los latinos y los asiáticos sostienen esas opiniones con más fuerza que los republicanos y los blancos.

Dos tercios de los californianos estimaron que los tres sistemas de educación superior pública hacen un trabajo ‘bueno’ o ‘excelente’. Le dieron a los sistemas de la UC y Cal State altos índices de aprobación, en comparación con una encuesta de 2011.

De todas formas, no está claro si ese apoyo público se traducirá en mayores fondos estatales para los dos sistemas, los cuales han sido excluidos de los incrementos de financiación que los votantes aprobaron por años para los colegios comunitarios y las escuelas primarias y secundarias.

La competencia por los fondos estatales también podría ser más intensa con el nuevo presidente, si Donald Trump hace realidad sus promesas de campaña para derogar Obamacare y deportar a los inmigrantes, entre ellos los estudiantes que entraron ilegalmente al país. En ese caso, los costos estatales de atención médica y servicios para inmigrantes podrían dispararse.

“Estamos en una nueva era”, remarcó Kevin de León (D-Los Ángeles), presidente del Senado, quien en los últimos años ha hecho de la educación superior una prioridad. “El gobierno de Trump podría intentar socavar nuestras ganancias progresivas en California”.

Como presidente del Comité de Educación Superior, el asambleísta José Medina (D-Riverside) se comprometió a luchar para obtener más dinero para la educación superior. “Una fuerza laboral bien educada es clave para la vitalidad de nuestro estado. Continuaré defendiendo políticas que mejoren la accesibilidad y la asequibilidad de la educación superior”, resaltó Medina en un comunicado.

H.D. Palmer, vocero del Departamento de Finanzas del Estado, destacó que es demasiado pronto para saber cuánto planea destinar el gobernador Jerry Brown para la educación superior en su anteproyecto de presupuesto para el próximo año. No obstante, afirmó que desde 2013 Brown ha “demostrado un compromiso” con la educación superior mediante la restauración de más de $2,000 millones de dólares para los sistemas de la UC y Cal State, los niveles de financiación previos a la recesión.

Tales esfuerzos fueron notados por los californianos. En la encuesta de 2011 del Instituto de Política Pública de California, sólo el 31% de los entrevistados aprobaba la manera en que Brown manejaba la educación superior, comparado con el 45% de la actualidad. La aprobación del desempeño de la Legislatura sobre la educación superior se duplicó durante el mismo período.

Traducción: Diana Cervantes

Para leer esta historia en inglés haga clic aquí

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