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Las líneas de Nazca de Perú: un antiguo enigma grabado en la tierra

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Cuando uno mira la masiva colección de largos surcos y geoglifos en el seco desierto del sur del Perú, uno sabe inmediatamente que son uno de los grandes misterios sin resolver de la tierra.

¿Por qué están aquí? ¿Qué mensaje debían transmitir estas 300 figuras geométricas y 70 imágenes de animales y vegetales? ¿Que impulsó al pueblo de Nazca a crearlos mediante la eliminación de piedras del oscuro el suelo del desierto para revelar, bajo el anterior, un fondo de color más claro?

Para mucha gente, son un misterio. Para mí, representaban una aventura que por largo tiempo me llamaba. Junto con mis hijos, Theo de 12 años y Benji de 10 y mi esposo, Jonathan, en junio nos dirigimos hacia el sur para explorar las líneas de Nazca, un enigma cuyos orígenes datan de más de 2,000 años.

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El arqueólogo peruano Toribio Mejía Xesspe, llevó las líneas a la atención mundial en 1927 cuando les vio durante una caminata en unas colinas cercanas.

Pero no fue sino hasta 1939, cuando un equipo de investigadores voló sobre el desierto, que alguien se percató de que algunas de las líneas forman figuras de animales.

Hay un cóndor, un colibrí, un mono, un perro, una araña y un lagarto, entre otros. Matemáticos, arqueólogos, científicos, hippies, estafadores, soñadores y turistas han sido atraídos al lugar, creando una industria artesanal de teóricos de las líneas Nazca.

Maria Reiche, una matemática alemana que pasó su vida luchando por preservar las líneas, pensaba que eran un calendario astronómico. Algunos arqueólogos piensan que fueron creados por un culto que les rogó a los dioses para llevar agua a esta región árida, que recibe sólo alrededor de una hora de lluvia al año.

Hay antropólogos que creen que fueron utilizados como enormes pistas para correr, como parte de un ritual. Y el autor suizo Erich von Däniken cree que las líneas eran mensajes de los extraterrestres y que el desierto era un aeropuerto extraterrestre gigante.

Una torre en la carretera Panamericana, al norte de Nazca, ofrece una visión incompleta del lagarto, del árbol y la rana, pero la única manera de ver las figuras claramente es desde el aire.

Desde 1978 ha habido vuelos para sobrevolar las líneas; a medida que las líneas se hicieron más populares, proliferaron el número de sobrevuelos. En 2008, ocurrió un accidente y murieron cinco turistas franceses. En 2010, dos aviones se estrellaron en 12 meses, matando a 13 personas.

Ahora hay ocho las líneas aéreas que dan ese servicio y dos pilotos por avión. Los motores de los aviones deben ser reemplazados cada 1,000 horas de vuelo. Cada vuelo hace el mismo recorrido de 30 minutos por el mismo precio ($80). Los aviones despegan del Aeropuerto María Reiche Neuman, a las afueras de Nazca, con seis minutos de diferencia uno del otro y a altitudes escalonadas. No ha habido ningún accidente en los últimos cinco años. El vuelo me pareció lo suficientemente seguro para mi familia.

Volamos a Lima, Perú y desde ahí partió partimos. Nazca esta a unas ocho horas en autobús desde Lima — y no hay otra manera de llegar ahí. Muchos hoteles exclusivos en Lima ofrecen excursiones maratón de un día que comienzan a las 3:00 y regresar muy tarde el mismo día. También se puede contratar un taxi para ir a Nazca, por $500 viaje redondo.

Decidimos hacer de nuestra aventura en Nazca una parte de un viaje más grande, agregando sitios arqueológicos y una visita a un oasis en el desierto. Compramos los mejores asientos en un autobús de lujo y nos instalamos para el paseo.

Desde el aire, las líneas de Nazca son magníficas y poderosas

Nos levantamos temprano para nuestro sobrevuelo de las líneas de Nazca, esperando nuestro turno en el pequeño aeropuerto, que realmente consistía de sólo una pista de aterrizaje en el desierto.

Estábamos muy emocionados, pero dudé brevemente después de escuchar a alguien vomitando en el baño. Habíamos oído que los vuelos podrían ser nauseabundos. Los libros de guía aconsejan entrar al aire temprano porque los vientos arrecian en la tarde.

Cada vuelo lleva de cuatro a seis personas, además de dos pilotos, así que el viaje es caliente y apretujado. El interior de nuestro avión se sentía más pequeño que nuestra vagoneta Volvo. Las bolsas de mareo en el avión fueron colocadas discretamente en el respaldo del asiento delante de nosotros.

Pero una vez que despegamos, nada de eso importó.

Al principio, las líneas eran difíciles de ver; son menos definidas que en las postales con aerógrafo que venden en cada tienda en la ciudad.

La ballena, la primera en el circuito y la más antigua con un estimado de 2.500 años, fue la más difícil de distinguir. El piloto alabea el avión hacia la derecha para permitir un vistazo y fotos, luego a la izquierda, para que los pasajeros al otro lado del avión tuvieran un panorama claro.

Algunos de los sutiles diseños eran brillantes y claros, otros tan débiles que les perdí de vista completamente. No había manera de volverlos a hacer en ese tiempo.

Y así, ver estas antiguas figuras en la arena, incluso si tienes calor y un poco de náuseas, es inolvidable. Son tan magníficas que solo puedo uno sentir admiración por quienes los hicieron. Sabes que son mensajes de personas del pasado, ¿pero qué era lo que ellos estaban tratando de decir? Mientras vuelas sobre las figuras, sientes su insistencia, su poder.

Las preguntas me persiguen todavía.

Cerca de las líneas de Nazca, otro misterio: los acueductos de Cantalloc

Los misterios no terminan con las líneas de Nazca. Agrega a eso al enigma de los acueductos de Cantalloc.

Los acueductos estaban a cinco minutos en taxi desde nuestro hotel en Nazca, así que nos dirigimos hacia las afueras de la ciudad en un camino de baches, cruzando un cauce seco e irregular, en ruta hacia los acueductos. Se descubrieron en el año 2000 y recientemente fueron excavados.

Alrededor de 17 acueductos han sido excavados; los locales creen que no hay más. Cada uno está diseñado en una espiral descendente, el signo universal de la Pachamama o madre tierra, en América del sur. Uno puede caminar por las espirales; en cada base, se puede ver un fresco arroyo subterráneo que une a los acueductos.

No había guías, sólo una mujer en la puerta para tomar la cuota de entrada de 10 soles (cerca de $3).

Otra mujer que estaba parada debajo de un árbol dijo que ella piensa que los Inca construyeron los acueductos para llevar agua desde las montañas a los campos cercanos que aún existen. La manera en que las espirales están construidas, uno podría represar el agua de una espiral para crear un baño. O se podría utilizar como una serie de piscinas sagradas para una ceremonia religiosa.

Son hermosas, ingeniosas y tan sorprendentes como cualquier ruina romana. Escuchamos a unos guías locales que llevaban a grupos de turistas y todos contaron historias diferentes.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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