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Kevin Spacey pensó que revelar que era gay era una buena forma de responder a una acusación de acoso; Hollywood no coincide

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Un doble ganador del Oscar y aclamado protagonista de cine, teatro y televisión confiesa abiertamente ser gay por primera vez. En 2017, eso parecería un momento triunfal y un motivo de celebración para la comunidad LGBTQ.

Pero cuando Kevin Spacey finalmente terminó décadas de especulación al declarar en un tuit, la noche del domingo, que “he amado y he tenido encuentros románticos con hombres a lo largo de mi vida, y ahora elijo vivir como un varón homosexual”, el anuncio desató la condena generalizada en las redes sociales.

La cuestión fue el momento de su anuncio, sólo horas después de que Buzzfeed publicara un informe en el cual el actor Anthony Rapp alegaba que Spacey hizo un avance sexual hacia él durante una fiesta, en 1986, cuando Rapp, por entonces una estrella en ascenso en el mundo del teatro, tenía sólo 14 años (algunos también criticaron que Spacey pareciera considerar ser gay como una opción).

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En su declaración por Twitter, Spacey negó cualquier recuerdo del incidente con Rapp -quien protagonizó la producción original de “Rent” en Broadway y actualmente trabaja en la serie de CBS All Access “Star Trek: Discovery”- al tiempo que emitió una disculpa condicional. “Si me comporté como él describe, le debo la más sincera disculpa por lo que hubiera sido un comportamiento de borracho, profundamente inapropiado; lamento que haya llevado consigo los sentimientos que describe durante todos estos años”, escribió.

La impresión de que Spacey, quien durante años evadió las preguntas acerca de su orientación sexual, finalmente abrace públicamente su identidad gay sólo en respuesta a una noticia que alega un comportamiento acosador hacia un menor indignó a muchos, no sólo por el aparente intento de evasión, sino también por la fusión inadvertida de la homosexualidad y la pedofilia.

“Kevin Spacey acaba de inventar algo que no existía: un mal momento para salir del clóset”, observó el actor y comediante Billy Eichner en Twitter.

“No hay borrachera o secretismo que excusen o expliquen el acoso a un niño de 14 años”, agregó el columnista Dan Savage, también en Twitter.

Estos pensamientos fueron replicados por muchos otros, incluidos los actores Zachary Quinto, George Takei, Wanda Sykes y la presidenta de GLAAD, Sarah Kate Ellis, quien en un comunicado manifestó: “Los artículos sobre la salida del clóset no deben usarse para desviar acusaciones de agresión sexual. Ésta no es una noticia sobre la homosexualidad de Kevin Spacey, sino de la supervivencia de Anthony Rapp y de todos aquellos que hablan valientemente acerca de los avances sexuales no deseados. Los medios y el público no deberían pasar por alto eso”.

Un representante de Spacey no respondió a las solicitudes de comentarios adicionales de The Times.

La acusación de Rapp es la última en sacudir las ya tambaleantes industrias del entretenimiento y los medios. En las últimas semanas se han formulado acusaciones por conducta sexual indebida, abuso y agresión contra varios hombres poderosos, incluidos el productor cinematográfico Harvey Weinstein, el director James Toback y el periodista político Mark Halperin.

Rapp, quien previamente discutió el incidente en una entrevista con Advocate pero sin mencionar a Spacey, le dijo a Buzzfeed que el escándalo de Weinstein lo animó a hablar más abiertamente.

Además de llamar la atención sobre denuncias de décadas de abuso sexual a varones jóvenes y niños en la industria -un tema polémico también planteado por el actor Corey Feldman el lunes en “Today”- el incidente también destacó otra controversia: cómo y cuándo las celebridades de alto perfil eligen reconocer públicamente su sexualidad.

A los 58 años, Spacey es uno de los intérpretes más elogiados de su generación, un perenne nominado al Emmy por su serie de Netflix “House of Cards” y uno de los favoritos de otras organizaciones que otorgan galardones. Además de los Oscar por sus actuaciones en “The Usual Suspects” y “American Beauty”, ganó un Tony en 1991 por “Lost in Yonkers”.

También fue una de las primeras grandes estrellas en ver el potencial de Netflix. Después de unirse para encarnar al intrigante político Frank Underwood en “House of Cards”, la primera serie original desarrollada y producida por ese servicio, Spacey se convirtió en un entusiasta impulsor del streaming, así como en su cara más reconocible. El éxito popular y clave de la serie ayudó a impulsar una revolución en la industria y alentó a otros talentos de alto perfil a buscar proyectos similares.

El lunes, sin embargo, Netflix anunció que “House of Cards” terminará después de la sexta temporada, que comenzó a rodarse en Baltimore este mes. En un comunicado, Netflix y la productora Media Rights Capital afirmaron que estaban “profundamente preocupados por las noticias de anoche sobre Kevin Spacey. En respuesta a esas revelaciones, los ejecutivos de ambas compañías llegaron a Baltimore esta tarde para reunirse con nuestro elenco y equipo, para garantizar que continúen sintiéndose seguros y apoyados. Como estaba programado previamente, Kevin Spacey no está trabajando en el set en este momento”.

Según los informes, los planes para poner fin a la serie después de la próxima temporada ya estaban en marcha, pero el anuncio abrupto planteó la posibilidad de que Hollywood pudiera empezar a rechazar Spacey como lo ha hecho con Weinstein (el siguiente proyecto de Netflix del actor es la película biográfica “Gore”, en la cual interpreta al escritor Gore Vidal). El lunes por la noche, la Academia Internacional de Artes y Ciencias de la Televisión anunció que no honraría a Spacey con el Premio Emmy Founders de 2017, tal como estaba planeado.

Aunque “House of Cards” es actualmente su proyecto de mayor perfil, Spacey es un todoterreno de Hollywood. Un muy requerido actor de cine, apareció este año en el éxito aclamado por la crítica “Baby Driver” y se esperaba que su actuación como J. Paul Getty en “All the Money in the World”, dirigida por Ridley Scott y cuyo estreno está previsto para diciembre, obtuviera un gran apoyo para los Oscar por parte de TriStar Pictures.

Además, sigue siendo una fuerza en el mundo del teatro, después de haber trabajado como director artístico del prestigioso teatro Old Vic de Londres durante más de una década, y fue anfitrión de los Premios Tony de este año, durante los cuales llamó la atención con dos bromas aparentemente honestas acerca de “salir del clóset”. Detrás de la escena, es productor ejecutivo de “House of Cards”, así como de la miniserie de Discovery “Manhunt: Unabomber” y de la serie documental de CNN “Race for the White House”.

Pero desde que llegó a la fama por primera vez en la década de 1990 -antes de “Ellen”, cuando ser gay en Hollywood era menos aceptado-, la vida privada de Spacey fue objeto de especulaciones, rumores e insinuaciones casi constantes. Una historia de portada en Esquire, en 1997, llevó el titular burlón “Kevin Spacey tiene un secreto”. Dos años después, el actor ignoró los rumores y declaró a Playboy que en realidad éstos lo habían ayudado con mujeres heterosexuales, ansiosas por “convertirlo”. En 2000, en la cúspide de su segunda victoria en los Oscar, le dijo a Lesley Stahl, de “60 Minutes”, que tenía una relación con una mujer llamada Dianne Dreyer.

Su renuencia a ser más abierto lo convirtió en una figura controvertida dentro de la comunidad LGBTQ. Aunque generalmente revelar la homosexualidad de una persona en contra de su voluntad es una conducta desaprobada, la evasión continua de Spacey sobre el tema -incluso ante la creciente aceptación del matrimonio entre personas del mismo sexo y el éxito generalizado de actores orgullosos de su elección sexual, como Quinto y Neil Patrick Harris- fue considerada por algunos como una cobardía egoísta en lugar de un esfuerzo por mantener la privacidad.

“Todavía me enfurezco cuando pienso en [Spacey] hablando de su romance con esa mujer en ’60 Minutes ‘. Salga del clóset, señor”, escribió Andy Cohen, presentador de Bravo, en su libro de memorias de 2014.

Ahora esa polémica y esa furia han adquirido un aspecto completamente nuevo.

Traducción: Valeria Agis

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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