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“Hemos sido perjudicadas”: más mujeres aseguran haber sido maltratadas por el ginecólogo de la USC

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La estudiante de la USC Anika Narayanan recuerda vívidamente su primera cita con el Dr. George Tyndall, en el centro de salud del campus; el médico -alegó- hizo varios comentarios explícitos durante un examen que consideró inapropiado e invasivo.

Cuando la joven regresó para una segunda visita, en 2016, después de un “encuentro sexual no consensual”, el galeno al parecer la reprendió, según afirmó ella mediante su demanda civil y en una conferencia de prensa realizada el martes. “Me preguntó si me había olvidado nuevamente de usar un condón”, contó Narayanan, de 21 años.

En un momento dado, expresó la joven, Tyndall le preguntó “si hacía mucho ‘estilo perrito’”, afirmó.

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Narayanan es una de las 24 mujeres que ahora son representadas por la abogada Gloria Allred como parte de una demanda enmendada, presentada este martes.

Tyndall no pudo ser contactado ese mismo día para hacer comentarios en este artículo. En entrevistas anteriores, sin embargo, negó todo mal proceder y aseguró que nunca maltrató a sus pacientes.

Allred les dijo a los reporteros el martes que sus clientas alegan que Tyndall las tocó repetidamente sin guantes, mientras hacía comentarios sobre la vida sexual de ellas y sus orígenes étnicos.

Narayanan tiene profundas raíces en el campus de la USC. Sus progenitores trabajaron en la universidad; su padre es Shri Narayanan, titular de la cátedra de Ingeniería Niki y C.L. Max Nikias, según Allred.

Nikias anunció su partida como presidente de la USC recientemente, a consecuencia de la ira y la indignación desatada en el campus por las acusaciones formuladas contra Tyndall.

The Times informó en mayo último que, durante 27 años, en la clínica de salud estudiantil de la USC Tyndall había sido acusado repetidamente de comportamientos “asquerosos”, que incluían fotografiar indebidamente los genitales de las pacientes, tocar inapropiadamente a las mujeres durante los exámenes pélvicos y hacer comentarios sexualmente sugerentes -y a veces groseros- sobre sus cuerpos.

Anteriormente ya se había investigado a Tyndall; hubo una revisión en 2013, por parte de la Oficina de Equidad y Diversidad de la USC, que se encarga de investigar el acoso sexual y otros casos de mala conducta.

Una enfermera que se sintió frustrada por la inacción de los administradores denunció al ginecólogo a un centro de crisis por violación del campus en 2016. Sólo entonces el médico fue suspendido. Una investigación de la universidad determinó que Tyndall había acosado sexualmente a las pacientes, después de la cual se le permitió renunciar silenciosamente, a cambio de un pago.

Más de 400 mujeres presentaron denuncias a la USC sobre Tyndall.

La demanda enmendada se conoció un día después de que el Departamento de Educación de Estados Unidos anunciara que había iniciado una investigación sobre cómo la universidad manejó las quejas contra el ginecólogo, las más recientes consecuencias de un escándalo que provocó dos investigaciones policiales y docenas de demandas.

Anika Narayanan consideró que la administración traicionó a los estudiantes. “Estoy avergonzada, decepcionada y furiosa porque no soy la única”, expresó.

La estudiante de posgrado Daniella Mohazab, otra demandante representada por Allred, alegó en su pleito que Tyndall hizo comentarios sobre sus habilidades sexuales, y las relacionó con su herencia filipina. “Hemos sido perjudicadas”, aseguró en la conferencia de prensa. “Ha perjudicado nuestra subsistencia, consumido nuestro tiempo y nuestra salud mental… Ha sido la raíz de la desconfianza y la incomodidad que ahora enfrentamos”.

Para leer este artículo en inglés, haga clic aquí:

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