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Cuando se trata de una funerarias, lo mejor es que conozca sus derechos

Más de 25 de las 100 funerarias que fueron visitadas por investigadores no llenaron los requisitos federales de divulgación precios, dio a conocer la FTC la semana pasada.

Más de 25 de las 100 funerarias que fueron visitadas por investigadores no llenaron los requisitos federales de divulgación precios, dio a conocer la FTC la semana pasada.

(Bob Chamberlin / Los Angeles Times)
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El año pasado, investigadores secretos visitaron 11 funerarias de California para asegurarse de que los precios cobrados por sus servicios les fueron comunicados de antemano a las familias, como es obligado por una ley federal.

Casi dos terceras partes reprobaron la prueba.

Este fue un hallazgo revelador para Bob Achermann, director ejecutivo de California Funeral Directors Assn.

“Más de la mitad de las funerarias visitadas. No puedo creer que el número sea tan alto”, me dijo Achermann. “Es algo sorprendente”.

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Los investigadores de la Federal Trade Comission (La Comisión Federal del Comercio) visitaron 100 funerarias en seis estados como parte de las inspecciones al azar que se realizan anualmente desde 1996.

Más de un cuarto — 27 instalaciones — no cumplieron con los requisitos federales de divulgación de precios, dio a conocer la FTC la semana pasada.

Y las funerarias de California tuvieron el peor récord en la falta de cumplimiento con los requisitos federales. Siete de las 11 funerarias elegidas al azar en el área de Bakersfield, no divulgaron adecuadamente los precios de los ataúdes y otros servicios.

“Eso fue un dato muy importante” dijo Lois Greisman, director asociado de la división de la FTC de prácticas de mercadeo. “Eso es muy preocupante”.

El informe del organismo sirve como un recordatorio de que aunque las casas funerarias desempeñan un papel muy sensible cuando las personas están en un momento muy vulnerable, no todos los establecimientos ponen primero los intereses de los consumidores.

Así mismo, destaca también la necesidad de que las personas estén familiarizadas con sus derechos cuando se trata de tomar decisiones que tienen que ver con la muerte de un ser querido para así evitar los abusos.

“No hay nada más horrible que pasar por la impresionante experiencia de organizar un funeral y salir con una deuda mucho más grande de la que puedes manejar”, dijo Greisman.

En otros lugares, se encontraron problemas de divulgación en tres de las 29 funerarias visitadas en el condado de Westchester, Nueva York; cinco de las 15 funerarias en Seattle; cinco de las 16 en el noroeste de Arkansas; cuatro de 13 en Annapolis, Maryland y tres de 16 funerarias en St. Louis.

“Siempre habrá malos elementos en todas las profesiones”, dijo Achermann. “Me gustaría pensar que la mayoría de los miembros de nuestra asociación siguen las reglas”.

La industria funeraria ha sido investigada durante mucho tiempo debido a que se aprovechan de las personas que, en medio de su dolor, no están en la mejor posición para tomar decisiones correctas o bien informadas.

Tiempo atrás, la periodista Jessica Mitford, levantó ámpula con su pieza en 1963 llamada “The American Way of Death” donde exhibe los métodos usados por las casas funerarias para sacarle dinero a la gente con servicios costosos e innecesarios.

Ella mostró en doloroso detalle y de manera incluso humorística, como las funerarias manipulaban a los parientes con opciones carísimas que constituían “una enorme, macabra y costosa broma infligida en el público americano”.

A esto le siguieron reglamentos posteriores en los niveles federales y estatales que pretendían imponer normas de la práctica muy necesarias y transparencia en la industria. Pero los problemas continúan con persistencia.

Hablé el otro día con Evelina Barajas, de 47 años y residente de South Gate, cuya madre murió en mayo pasado por complicaciones relacionadas con la enfermedad de Alzheimer.

Mientras Evelina se preparaba para el velorio, dijo, entró una llamada de la casa funeraria Rosecrans en Paramount, la cual tenía a su cargo el cuerpo de su madre.

“Dijeron que enterraron a mi madre por error”, expuso Barajas. “Exhumaron su cuerpo al día siguiente, pero se negaron a decir cómo sucedió esto o por cuánto tiempo estuvo ella bajo tierra”.

Dijo que en el funeral se veían las evidencias de que el cuerpo había sido enterrado y desenterrado y que el velorio terminó siendo una experiencia traumática para la familia.

Barajas ahora está demandando a la funeraria reclamando angustia emocional. El juicio está programado para el próximo mes de mayo. El abogado que representa a la funeraria Rosecrans declinó hacer comentarios citando motivos de privacidad.

El costo promedio de un funeral, incluyendo un ataúd metálico, es de $7,045, según el National Funeral Directors Assn.

En este país, aproximadamente la mitad de los muertos están enterrados y la otra mitad es cremada. Para el año 2030, la Asociación estima que 70% de los muertos será cremado. Esa cifra ya es casi así de alta en California.

No es precisamente el más halagador de los temas, pero los expertos dicen que puede ser muy sabio de parte de las personas hacer sus propios planes funerarios, es decir, antes de su muerte. De esa manera, usted aliviara la carga a sus seres queridos y usted tiene la satisfacción de saber cómo se barajará su propio despido mortal.

Achermann señaló que los consumidores con limitaciones presupuestales pueden comprar un ataúd de descuento en Costco.

“Pero no querría hacerlo así”, dijo. “No quiero tener que guardarlo en mi garaje para más adelante”.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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