Anuncio

Escándalo sexual en el Ayuntamiento de West Hollywood pone en jaque la actitud ‘abierta’ de la ciudad

La bandera flamea sobre el techo del Ayuntamiento de West Hollywood, ubicado en Santa Monica Boulevard.

La bandera flamea sobre el techo del Ayuntamiento de West Hollywood, ubicado en Santa Monica Boulevard.

(Al Seib / Los Angeles Times)
Share

West Hollywood no es tímido acerca del sexo. Cuando las autoridades municipales realizaron un foro público acerca del cáncer anal, lo llamaron “Booty Call to Action” (o ‘un llamado para revisar el trasero’); el vestíbulo del Ayuntamiento ofrece condones gratis, y una campaña de conservación del agua anima a los residentes a optar por “un rapidito matinal”, refiriéndose con ironía a tomar una ducha breve.

Pero en febrero pasado, West Hollywood acordó pagar $500,000 para resolver una demanda de acoso sexual contra la ciudad y el concejal John Duran. La demanda fue presentada en nombre de Ian Owens, a quien Duran contrató como su adjunto luego de conocerlo a través de Grindr -la aplicación móvil de citas para hombres gay y bisexuales- y de tener relaciones sexuales con él.

Ahora, algunos residentes y políticos en esta meca de la cultura gay y hogar del famoso Sunset Strip se preguntan si la célebremente abierta actitud del Ayuntamiento acerca del sexo debe ser revisada.

Anuncio

El concejal John D’Amico, quien es gay al igual que Duran, afirmó que a menudo veía cómo Duran “intentaba pescar hombre en Grindr” durante reuniones públicas. “No es momento de poner como excusa la ‘vida gay’, ni de decir ‘hacemos esto porque somos homosexuales’”, aseguró D’Amico en una reunión del concejo municipal. “Vivimos en el siglo XXI. Tratar a la gente con respeto y cuidado, y seguir no sólo las normas de la ciudad sino el espíritu de la ley, es demostrar quiénes somos”.

Como parte del acuerdo, Duran y West Hollywood admitieron no haber obrado mal, pero el informe de un investigador privado encargado por la ciudad señaló a Durán por hablar abiertamente acerca de su vida sexual y hacer comentarios “inapropiados, de naturaleza sexual” en el lugar de trabajo.

Duran se disculpó públicamente el mes pasado por contratar a un “amigo”, pero negó en repetidas ocasiones el acoso sexual. En una entrevista, admitió que si la causa en su contra y contra la ciudad llegara a un juicio, la “cultura única” de West Hollywood podría no haber sido comprendida enteramente por muchos miembros de un jurado foráneo. “No soy un político de camisa almidonada”, afirmó Duran. “Sí, mi humor es subido de tono, gracioso y extravagante, pero así también es el resto de la gente de esta ciudad. Yo no podría ser electo en Downey”.

De hecho, los concejales municipales de West Hollywood de vez en cuando se involucran en esa clase de conversación subida de tono que en otras ciudades más tradicionales podrían costarle la carrera a un político, o restarle votantes. Aquí, los residentes se unen a algunas bromas durante las reuniones del concejo, así se trate de saberlo todo acerca de una visita al ginecólogo o una improvisación acerca de colecciones de pornografía.

Pero en un email, Owen afirmó que Duran se pasó de la raya: “Soy consciente de que West Hollywood es un sitio abierto y que no desalienta la libertad de expresión en cuanto a la sexualidad. No tengo nada contra ello”, aseguró. “Sin embargo, confundir la libertad de expresión con la intimidación y degradación de un ser humano es peligroso”.

En el extenso informe del investigador privado, de 120 páginas, al cual tuvo acceso The Times a través de la ley de registros públicos del estado, Owens –cuyo nombre está tachado pero cuyas declaraciones son similares a las de su demanda- afirmó que Duran le pidió tener relaciones sexuales y le mostró en su teléfono fotografías de hombres desnudos con los que había dormido. Owens detalló que Duran hizo comentarios que cosificaban su apariencia, como señalar que él no tenía “que preocuparse de nada porque es bonito”.

Duran, en el reporte, declaró que Owens había sido un amigo de confianza y que ambos habían tenido conversaciones muy íntimas. Duran manifestó que fue Owens quien le envió a él “fotografías muy gráficas” y explícitas.

Según el documento, Owens también acusó a Duran de tener relaciones sexuales en su oficina del Ayuntamiento, algo que el acusado niega. “Nunca, jamás he tenido relaciones en la oficina del Ayuntamiento”, Duran le dijo a The Times. “¿Por qué lo haría? Tengo una casa”.

Duran precisó también que no se avergüenza de ser usuario de Grindr, que posee una función útil de mensajería instantánea, y que utiliza a menudo la aplicación no sólo por motivos sexuales sino para conversar con gente de la ciudad.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

Anuncio