En medio de la agitación política brasileña, el Comité Olímpico confía en el éxito de Río 2016
La presidente de Brasil, Dilma Rousseff, rodeada de su equipo de seguridad, deja el palacio presidencial Planalto, este jueves.
Los líderes olímpicos se mostraron optimistas acerca de los próximos Juegos de Río de Janeiro 2016, a pesar de la suspensión -e inminente juicio político- de la acosada presidente brasileña.
Dilma Rousseff ha jugado un rol clave en los preparativos de su país para los Juegos Olímpicos, pero a raíz de la acción tomada por el Senado este jueves no estará en el gobierno cuando se desarrolle el evento deportivo, el próximo agosto.
El presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, señaló que espera que la cooperación del país continúe. “Hay un fuerte apoyo para realizar los Juegos Olímpicos en Brasil, y esperamos con interés trabajar con el nuevo gobierno para realizar unos juegos exitosos en Río este agosto”, aseguró Bach a través de un comunicado de prensa. “Hemos visto el gran progreso realizado en la ciudad, y tenemos confianza en que el evento será un éxito”.
Aunque no ha sido acusada personalmente de ningún acto o delito de corrupción, Rousseff fue suspendida por 180 días y será enjuiciada por cargos de contabilidad fiscal engañosa. Su exaliado, el vicepresidente Michel Temer, está convocando a un nuevo gabinete.
En medio de su peor recesión en décadas, un escándalo de corrupción y el brote del virus Zika, Brasil ahora debe organizar estos juegos sin un gobierno estable a cargo. “Nuestros desafíos son, sin duda, los mayores que ha enfrentado Brasil en su historia”, afirmó la senadora Marta Suplicy.
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