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El tráfico del centro de Los Ángeles está empeorando, aunque para algunos, eso es buena noticia

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En una mañana reciente, cerca del edificio del Ayuntamiento de Los Ángeles, decenas de automovilistas que salían de su trabajo intentaban cambiarse de una línea de tres carriles de tráfico que se redujo a solamente un carril, donde se avanza lento y en forma desordenada.

Varios conductores se abrían camino con cautela en intersección cuando la luz cambió a roja, lo que provocó el grito de un agente de tránsito y bocinazos de otros viajeros que de repente se quedaron atrapados en un atasco.

A una milla de distancia, el tráfico a través del puente y la Calle Cuarta en Boyle Heights demostraba lo cierto del asunto, al tiempo que los conductores buscaban una ruta alternativa hacia otros dos puentes, en medio de un cuello de botella.

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Conducir por el centro de Los Ángeles nunca ha sido una cosa fácil, pero algunos viajeros frustrados dicen que deben esperar entre 10 y 15 minutos para recorrer unas pocas cuadras por el centro de la ciudad y eso se está convirtiendo en algo común.

Después de décadas de relativa tranquilidad, el centro está lleno de vida comercial y residencial.

El crecimiento, junto con una economía fuerte y un aumento en la construcción, ha provocado lo que los residentes y los viajeros digan que es uno de los peores tráficos que pueden recordar en sus vidas.

Numerosas torres de gran altura están ahora en construcción, incluyendo una que será la más alta de la Costa Oeste, así como otro subterráneo entre Union Station y el lado oeste del centro.

Añádale a la construcción regular y el rodaje de películas, y el tráfico se convierte en un real embotellamiento.

El embotellamiento “es casi como un huevo de Pascua, nunca se sabe dónde va a aparecer”, dijo Kt McBratney, de 33 años, cuyo trayecto de Glassell Park a West Los Angeles la lleva a través de las calles del centro cada día de la semana. “Si no me quedo [atorada] en ningún tráfico, casi me siento como que algo anda mal”.

Es difícil medir cuánto más tiempo se tarda ahora un automovilista para navegar por el centro de la ciudad, ya que las autoridades municipales no realizan conteos de tráfico regular en todo el sistema.

Sin embargo, durante un período de dos años, el número de permisos de cierre de calles y carriles emitidos por la ciudad aumentó en un 147%, pasando de 43 en marzo del 2014 a 106 hasta marzo de este año, según un análisis de The Times.

Los aumentos fueron más dramáticos para los permisos relacionados con la construcción, que se dispararon en un 181% durante ese período: de 32 en 2014 a 90 en el presente año.

Estas cifras reflejan la creciente popularidad de la zona y la fortaleza de la economía local, que ha animado a los desarrolladores para reanudar la construcción a largo plazo y comenzar nuevos proyectos, según los expertos. Eso incluye el proyecto de la Autoridad Metropolitana de Transporte (Metro) y varios nuevos rascacielos, entre ellos el Wilshire Grand de 73 pisos.

“Desde nuestra perspectiva, el tráfico es una buena noticia”, dijo Carol Schatz, presidenta y directora general de la Asociación Central de la Ciudad de Los Ángeles.

Aunque los miembros de su grupo empresarial se quejan de una variedad de temas, dijo, el tráfico no es uno de ellos, porque es “un pequeño precio a pagar por la creación de un verdadero centro, vibrante en la segunda ciudad más grande en Estados Unidos”.

El área de Los Ángeles puede reclamar el peor tráfico en Estados Unidos. Otra vez. En una función reciente en el Ayuntamiento, un asambleísta estatal dijo que logró contar una docena de grúas que se elevan sobre el horizonte.

El tráfico en el centro de Los Ángeles ha sido objeto de quejas y una exhibición excesiva de preocupación o angustia durante casi un siglo. Durante años, la densa zona fue el indiscutible centro incipiente de Los Ángeles, que atrajo trabajadores, compradores y amantes del teatro en los tranvías y, finalmente, en más y más coches.

A medida que la supremacía del centro de la ciudad declinó después de la Segunda Guerra Mundial, los patrones de tráfico cambiaron hacia los viajes al trabajo de mañana y tarde. Ahora, la pauta se ha vuelto más compleja.

Gran parte del auge del desarrollo de la última década ha sido en cuanto a la vivienda, la creación de una nueva clase de residentes del centro de la ciudad que ahora suman más de 60,000. Y una escena floreciente de arte, restaurantes y vida nocturna que atrae a miles más en horas después del trabajo, agregando a esta mezcla más automóviles y gente.

Desde 1999, cuando el Ayuntamiento de Los Ángeles aprobó una política que hizo más fácil convertir negocios anteriores y edificios industriales en apartamentos, condominios y espacios de venta, la población de la ciudad se ha disparado.

Ese auge parece continuar. Más de 10,000 unidades de condominios y apartamentos se encuentran en construcción en el centro, de los cuales 4,000 se esperan inaugurar este año, dijo Schatz.

Otro tipo de construcción incluye la inversión en infraestructura: principalmente, el Metro Downtown Regional Connector, un proyecto de Metro de 1.9 millas que une tres líneas de tren ligero del Metro, entre Union Station y un eje ferroviario en las Calles Séptima y Flower.

En un intento por recuperar el tiempo perdido por los retrasos y los sobrecostos, Metro cerró una intersección completa en Broadway y la Calle Segunda, una rara coyuntura de dos calles de doble sentido, para mover líneas de información y líneas eléctricas.

Los conductores que manejan en dirección a ese cierre se han encontrado con graves retrasos en la Calle Tercera, por donde los autos circulan a través de un túnel estrecho hacia las rampas de acceso a la autopista.

“Es como una cloaca de tráfico”, dijo Max Podemski, de 32 años, que vive entre la Calle Tercera y Spring y trabaja en Pacoima. Hasta que la ciudad añadió agentes de tráfico a lo largo de la calle, dijo que a veces tuvo que esperar unos 15 minutos para conducir a dos cuadras.

El cierre Metro también ha obligado a sacar los autobuses de Broadway, la columna vertebral de tránsito de la ciudad y de las calles cercanas.

La tasa de autobuses que llegan al centro dentro de los cinco minutos de la hora programada se ha reducido en más de 3 puntos porcentuales en más de un año, del 76.7% en mayo de 2015 a 73.6% este año, según datos de la agencia.

Esos retrasos, dijo el portavoz Dave Sotero, parecen ser causados ¿¿en parte por la construcción y “más conductores y el tráfico”, así como por cambios en los patrones de desplazamiento.

Jason Stein, de 41 años, que vive en Granada Hills y trabaja en un bufete de abogados de la ciudad, dijo que la peor parte de la conducción no es el retraso, sino saber dónde están los cierres de carriles donde se va a quedar atascado.

El Departamento de Transporte enumera en su página web algunos cierres de calles al tráfico relacionadas con eventos que se van a desarrollar, pero no incluye la actividad de la construcción.

“Parece que debería ser más fácil saber lo que está pasando y dónde”, dijo Stein.

La aplicación del tráfico Waze tiene un poco una mejor idea, pero depende en gran medida de los informes enviados por los usuarios sobre los cierres de carreteras, tiende a dejar de lado incidentes más pequeños de construcción, especialmente al comienzo del día.

Waze comienza dirigiendo a los conductores para que se alejen de ciertas intersecciones de Los Angeles.

“Personalmente, he terminado atrapada porque veo un cartel que dice ‘desviación’, pero sólo después que ha sido demasiado tarde para dar vuelta”, dijo McBratney, de Glassell Park. “Es igual, es decir, a 100 pies de distancia. Gracias por el aviso”.

McBratney dijo que tomar el autobús a la Línea Expo del centro y luego el tren a West Los Ángeles le tomaría más tiempo que conducir desde Glassell Park, incluso durante las horas pico de tráfico.

“El autobús también está a merced del tráfico”, dijo. “No parece que me ahorraría nada de tiempo en ningún momento”.

Según los expertos, hay dos formas principales para reducir el tráfico. La primera es a través de una recesión, lo que desencadena despidos, lo que significa que un menor número de personas viajen juntas al trabajo.

La segunda es establecer un costo por usar las carreteras o estacionarse. Londres adoptó un programa denominado “tarifa de congestión” en 2003, mediante el cual se les aplica una tarifa diaria a los conductores por entrar al área central de la ciudad.

Durante un período de 10 años, el número de kilómetros recorridos en la ciudad bajo en un 11%, mientras que el crecimiento de la población y el uso del transporte público se dispararon, según las autoridades de transporte.

Aún así, hacer la conducción más dolorosa sería una propuesta impopular para muchos angelinos que sienten que, de por sí ya es bastante mala.

“Ese es el lado oscuro de la planificación, una combinación de premios y castigos”, dijo Podemski, quien es el director de planificación en la organización sin fines de lucro Pacoima Beautiful. Los Ángeles, dijo, “a la gente se le está dando la recompensa mediante la inversión en tránsito, pero le están haciendo más difícil encontrar estacionamiento”.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

Traductor: Jorge Luis Macías (https://www.linkedin.com/in/jorge-luis-macias-81959716)

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