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El terremoto que espera California se encuentra ya muy retrasado, dicen los investigadores

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De acuerdo a los especialistas, cada 100 años ocurre un gran terremoto en California. Sin embargo, “el grande”, como le dicen los expertos, tiene ya un retraso de 160 años, por lo que un gran movimiento telúrico podría sacudir el norte de Los Ángeles en cualquier momento, según un estudio dado a conocer por el U.S Geological Survey.

El último gran temblor se produjo hace 160 años, fue un evento geológico tan catastrófico que abrió la tierra a lo largo de 185 millas de la falla de San Andrés.

A a cada lado de la falla la tierra ha estado separándose a un ritmo de más de 1 pulgada al año desde 1857. “La acumulación de energía que será liberada de repente en un terremoto de gran magnitud, será enorme, por lo que la tierra a lo largo de la falla podría desplazarse muchos pies, dijo la autora principal del estudio, la geóloga de investigación del USGS, Kate Scharer.

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Un terremoto como el de 1857 podría dañar los acueductos que transportan el agua hacia el sur de California desde el norte, interrumpir las líneas de transmisión eléctrica y desgarrar la Interestatal 5, cuyo tramo en el área de Grapevine (Tejon Pass) pasa por encima de la falla de San Andrés.

El área central de Los Ángeles podría experimentar un temblor de varios minutos de duración, que podrían considerarse como una eternidad, en comparación con el terremoto de 1994 en Northridge, que sacudió la zona durante aproximadamente 15 segundos.

“Esto se sentiría mucho más fuerte en la cuenca de Los Ángeles”, dijo Scharer. “Podría afectar nuestra capacidad de funcionar como ciudad”.

Los científicos que observaron las zanjas en este sitio descubrieron que los terremotos en esta sección de la falla de San Andrés ocurrieron en promedio una vez cada 100 años.

Ha habido una larga “sequía” de terremotos importantes en la parte central de la falla de San Andrés, la cual ha estado acumulando lentamente la tensión, ya que que la placa del Pacífico está empujando hacia el norte a la placa norteamericana. El estrés sísmico se ha ido acumulando sin alivio alguno, desde la presidencia de Franklin Pierce.

El sismo probablemente será algo que pocos habitantes del sur de California han visto. La magnitud más común de los terremotos que Scharer y sus colegas encontraron en los últimos 1.200 años fue de magnitud 7.5.

Tal terremoto desgarraría la tierra a lo largo de la falla y la desplazaría un promedio de 9 pies.

El sitio estudiado por Scharer y sus colegas está al lado de Frazier Mountain en la parte superior de Tejon Pass, cerca del punto de encuentro de los condados de Los Ángeles, Ventura y Kern.

A diferencia de otras secciones del sur de la falla de San Andrés, esta región -alrededor de una sección de 100 millas de la falla- no había sido estudiada en detalle antes, y los científicos no sabían el tipo de terremotos que ocurrieron allí antes del siglo XIX.

Así, Scharer y otros científicos emprendieron un estudio más profundo en esta sección de la falla de San Andrés, donde los investigadores podían escuchar el ruido del tráfico de la carretera Interestatal 5. Las zanjas se excavaron más profundamente que nunca en esta ubicación para comprender mejor la historia de los terremotos en esa área.

“Para obtener 1.200 años de registros, tuvimos que hacer muchas excavaciones e ir muy profundo”, dijo Scharer.

Encontraron rastros de 10 terremotos mayores en un período de 1.000 años. Pero “no sucede como un reloj”, dijo Scharer. “Encontramos un periodo en el que en tan solo 20 años, se produjeron dos grandes dos terremotos. En el otro extremo, vimos una brecha de unos 200 años entre dos grandes sismos”.

Así que mientras esta parte de la falla de San Andrés podría estar atrasada para un gran terremoto, también es posible que pudieran faltar varias décadas más antes de que se produzca el “Big One”.

De las brechas identificadas entre los terremotos, tres tomaron más de 160 años para golpear esta parte de la falla.

“Aunque hay varios periodos de calma, sabemos que estos siempre terminan en un gran terremoto. En eso no hay vuelta de hoja”, dijo Scharer.

La magnitud más común que encontraron durante sus excavaciones fue de 7,5, por lo que el terremoto de 7.9 experimentado en 1857, fue inusualmente fuerte. De hecho, de los terremotos recién descubiertos, sólo encontraron uno de más de 7.9 grados, el cual ocurrió alrededor 1550.

Para leer esta historia en español haga clic aquí

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