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¿El republicano común está listo para aceptar a Marco Rubio?

Marco Rubio, el candidato presidencial republicano, espera su turno para hablar en un evento de recaudación de fondos el 6 de junio en Boone, Iowa para la senadora Joni Ernst.

Marco Rubio, el candidato presidencial republicano, espera su turno para hablar en un evento de recaudación de fondos el 6 de junio en Boone, Iowa para la senadora Joni Ernst.

(Charlie Neibergall / Associated Press)
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Mientras Marco Rubio rebanaba un asado de carne de cerdo en una feria de Iowa, ni siquiera una pregunta de tono suave sobre la querida Cuba de su familia podría hacer que el aspirante presidencial republicano se distrajera de charlar agradablemente para entablar una conversación política más sustantiva.

El senador de Florida, que está empezando a penetrar en el corazón de América, prefirió apegarse a temas seguros como la exquisitez del condimento para cerdo hecho en Iowa o las técnicas de asado.

Si esta hubiera sido Miami, su ciudad natal, seguramente habría hecho una referencia al lechón, uno de los platos de cerdo favorito de aquella ciudad. Pero siendo esto Iowa, Ru bio apenas respiró una palabra de español durante todo el evento, el cual reunió a varios candidatos presidenciales republicanos con la esperanza de hacer una impresión en el estado con el primer caucus presidencial de la nación.

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Al pedirle un reportero que abordara temas más serios, Rubio de nuevo hizo a un lado las preguntas con una sonrisa, manteniendo su ojo en el asado de cerdo. Dijo: “Estamos trabajando aquí”, alegremente.

La candidatura de rubio ha ascendido constante y reservadamente en el complicado campo de la primaria republicana. De acuerdo a una encuesta reciente de Des Moines Reporter, Rubio raramente encabeza las encuestas, pero parece ser la primera selección para la segunda opción de todo el mundo, como lo refleja la mencionada encuesta. Los estrategas dicen que eso le da a Rubio el potencial de emerger como un candidato de consenso fuerte en un campo del GOP que ya cuenta con casi una docena de aspirantes.

Rubio, de 44 años, tiene un mensaje optimista, juvenil que él espera contrastará con Hillary Rodham Clinton, la favorita demócrata y también con Jeb Bush, el ex gobernador de Florida y otros contendientes republicanos.

El atractivo potencial de Rubio con las minorías votantes, particularmente los latinos, es otro punto clave de venta para el partido republicano que está batallando para ampliar su plataforma.

Pero aún no está claro que podrá el hacer con su carisma juvenil y gran retorica en una puja presidencial viable, y algunos votantes y estrategas están preguntándose la misma encantadoramente simple pregunta acerca de Rubio: ¿Hay algo ahí?

A medida que su campaña se mueve en el medio oeste y en los estados de nominaciones tempranas con menor diversidad--Iowa es 92% blanco-- queda por verse si el atractivo de Rubio se trascribirá para los tradicionalistas votantes del partido republicano.

“Realmente necesito más información sobre él”, dijo Janelle File, vicepresidenta de Jubilados bancarios, después de escuchar a Rubio hablar. “El habla muy bien y tiene un gran historial. Pero realmente quiero ver más”.

El asado de cerdo de la semana pasada y el paseo en motocicleta, donde la senadora republicana de Iowa Joni Ernst, de Boone fue la anfitriona, podría haber sido el momento de Rubio para brillar. Fue su segundo viaje al estado y era muy esperado. Con su mensaje de conservadurismo económico, valores cristianos y una defensa nacional fuerte, Rubio fue preparado para capitalizar su apoyo temprano a Ernst, la popular senadora elegida en noviembre pasado.

Pero Rubio no pareció impresionar a la multitud tanto como lo ha hecho en otros ámbitos. Enfundado en pantalones caqui y una camisa de cuello almidonado, Rubio apenas si podía competir con Scott Walker, el gobernador de Wisconsin y Rick Perry, el ex gobernador de Texas, quien se contoneó en el evento de asado vestido de mezclilla y cuero.

Rubio se excusó del paseo en motocicleta y cortésmente declinó el ofrecimiento de Ernst de montar en la parte trasera de su moto. Él bromeó y dijo que le iría mejor en una carrera de Jet Ski.

En muchos sentidos, Rubio es un extraño aquí, en la América del centro, y él se encarga no parecer como demasiado juvenil, urbano o étnico. Al contar la historia de inmigrantes de su familia aquí, él no mencionó el viaje de sus padres desde Cuba, como él normalmente lo hace.

En cambio, Rubio se presentó como alguien igual que ellos: un padre que paga su hipoteca, envía a sus hijos a una escuela cristiana y cree que la nueva generación será mejor.

“Ha habido algunas personas que dicen que no soy lo suficientemente viejo o que no he estado en el gobierno el tiempo suficiente”, dijo a la multitud. “Tengo 44 años, pero me siento de 45 y he estado en el gobierno el tiempo suficiente para saber que lo que estamos haciendo ahora no funciona. Si seguimos promoviendo a las mismas personas, obtendremos el mismo resultado y el futuro nos dejará atrás.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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