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El plan de la ciudad le ofrece muy poca esperanza a los desamparados

Una persona sin casa se prepara para dormir en un campamento callejero entre los sutiosos edificios del distrito financiero en el centro de Los Angeles.

Una persona sin casa se prepara para dormir en un campamento callejero entre los sutiosos edificios del distrito financiero en el centro de Los Angeles.

(Luis Sinco / Los Angeles Times)
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Un hombre estaba acurrucado en la entrada de un restaurant, dormido, borracho o muerto.

No estaba claro.

Otras tres personas más –dos hombres y una mujer- estaban en tan mal estado en las calles de 3rd y Fairfax. Uno de ellos, llamado John, se sentó en la banqueta y parecía claramente intoxicado. La otra persona, Michael, dijo que acababa de salir de un hospital por una lesión en la cabeza.

¿Por qué?, pregunté.

“Un batazo”, dijo Michael. “Y mi hígado recibió un tiro”.
Su amiga Ann se encontraba llorando. Se bajo los pantalones para hacer sus necesidades en una planta frente al restaurant, pero su amigo la detuvo.

“Estoy muy triste”, dijo? “No necesito hacer del baño. Solo estoy deprimida”.

Cerca de ahí, una anciana mostraba un cartel que decía “vidas de la gente sin casa son importantes”.

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Esta es una mirada de lo que muestran los campamentos en algunas calles de Skid Row en Los Angeles.

Cruzando la calle, un hombre identificado como Al se encontraba sentado en una silla de ruedas. Dice que ha estado incapacitado por 26 años y sin casa por nueve semanas.

Estas son algunas postales de lo que sucede en las sombras de una tarde de lunes en Los Angeles. Un anuncio de Citibank dice que usteden pueden accionar un banco mientras su poder trabaja. Y una moderna Tortilla Flat sirve de espacio para una cantina.

Ustedes pueden fácilmente encontrar docenas de estos campamentos a lugares más pequeños por toda la ciudad mientras que los políticos electos han dicho por años –al igual que los del condado- que es la hora de hacer algo.

En el 2006 esto se llamaba Bring Los Angeles Home, con la promesa de terminar con la gente sin casa. Simpatizantes de esta medida incluían al concejal y ahora alcalde de L.A. Eric Garcetti, quien ahora dice que se encuentra trabajando en un plan, cuando antes nos decía que ya tenía un plan.

También el el 2006, oficiales del condado lanzaron una iniciativa llamada Homeless Prevention.Esos planes tenían grandes estrategias pero pocos resultados. No hubo mucho seguimiento y es visible a lo largo de la ciudad su fracaso.

“Skid Row está peor de lo ha estado en 30 años”, dice Mollie Lowery, una pionera que provee servicios en esa zona.

La mañana del martes, caminé una cuadra por la calle San Pedro, entre la 5ta y 6ta y conté 31 tiendas de campaña. Es una zona para los pobres, los enfermos mentales y físicos y los drogadictos –una catástrofe humana situada a una corta distancia de los corredores de poder de L.A.

Lowery se molesta cuando escucha a lospolíticos hablando como lo hacen ahora, acerca de las declaraciones de emergencia y la necesidad de planes que combatan esta situación.

“Sabemos las soluciones, tenemos un plan”, nos dice.

Todo se encontraba elaborado en las estrategias del 2006, con énfasis en acercamiento, vivienda y servicios de rehabilitación. Todo estaba perdido, como lo ve Lowery, los políticos y la moral supuestamente lo harían posible.

Y mucha gente está más enferma como resultado, dice Lowery, un administrador en Housing Works, una agencia sin fines de lucro que traslada a los enfermos crónicos a apartamentos y los ayuda a administrar sus vidas. Hasta ahora en el 2015, seis de sus clientes han muerto como resultado de los efectos de vivir por años en las calles.

Mucha gente sin casa se resiste a recibir ayuda, uno de ellos de nombre William me lo dice mientras desmontaba su tienda en Willoughby Avenue, al oeste de La Brea.

“No quieren decir eso”. Dice. La gente tiene que comprender que muchos de ellos tienen problemas de salud”.

William dice que no tenía medicinas y estaba usando drogas, que preferiría vivir en un lugar interior, pero no esperaba que eso sucediera muy pronto. Años atrás, trabajadores de salud los visitaban y trataban de llevarlos a un lugar interior, pero eso ya no pasa mucho.

Este tipo de intervención es esencial, lo sé por experiencia. Me tomó un año convencer a mi amigo Nathaniel Ayers que rehusaba ayuda hasta que se convenció que yo y otras personas lo queriamos ayudar.

La intervención no hace mucho cuando no hay suficientes refugios disponibles.

Eso podría cambiar. El ex senador estatal, Darrell Steinberg se reportó conmigo para informarme que está promoviendo un plan que genere 2 billones para viviendas en California sin incrementar los impuestos.

Steinberg era la principal fuerza del Acta de Servicios Médicos y de Salud del 2004 que le impondría mayores impuestos la gente con mayores ingresos, arriba del millón de dólares y así crear servicios que ayudarían a miles en el estado.

Si dedicas $130 millones al año con este fondo, dice Steinberg, podrías financiar un bono de $2 billones para vivienda y posiblemente incrementar el doble o el triple esos fondos.

“Sería una inversión única para combatir a los enfermos mentales y sin casa”, agrega Steinberg, el cual ha comenzado a explicar su plan a las autoridades estatales.

Si hay más personas que tienen un lugar a donde ir y ser más saludables, no tendríamos tantas escenas como la que vivó en la 3era y Fairfax.

Evelyn Sandino, gerente del restarant Mercado, estaba lista para abrir su negocio, pero tenía un problema.

John, Michael y Ann estaban usando la entrada de su restaurant como campamento.

Sandino les pidió amablemente que se fueran. Lo hicieron, pero dejaron gran cantidad de basura.

Sandino dice que los sin casa son un grave problema para los negocios cercanos a Skid Row. Ahí, hay una cantidad mayor de gente sin casa, sin un sitio a donde ir. Están más enfermos y es más difícil decirles que se retiren.

En junio, moderé una discusión sobre los sin casa. El panelista John Maceri, quien encabeza el Ocean Park Community Center and Lamp Community, dijo que era una verguenza que la sociedad haya vuelto al punto en donde las condiciones indeseables son la norma.

“Qué dice de nosotros… en el país más rico del mundo, donde tenemos una gran capacidad de innovación… tenemos masivos campamentos en nuestras calles y ¿dejamos que los ancianos, veteranos de guerra y gente con graves discapacidades defenderse por ellos mismos?.

“Es suficiente”, dijo Maceri. “No es un camino aceptable en una sociedad civilizada para que la gente viva”.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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