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El costo promedio para asistir a un campus de la UC aumentó un 4% el año pasado, afirmaron los regentes

El regente George Kieffer, a la izquierda; la presidenta de la UC, Janet Napolitano, y la presidenta de la Junta de Regentes, Mónica Lozano, escuchan una presentación en UCLA. Esta semana en San Francisco, los regentes de la UC discutieron el alza en los costos universitarios. (Gina Ferazzi)

El regente George Kieffer, a la izquierda; la presidenta de la UC, Janet Napolitano, y la presidenta de la Junta de Regentes, Mónica Lozano, escuchan una presentación en UCLA. Esta semana en San Francisco, los regentes de la UC discutieron el alza en los costos universitarios.

(Gina Ferazzi)

(Gina Ferazzi / Los Angeles Times)
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En medio de la creciente preocupación pública sobre los gastos universitarios, a los regentes de la Universidad de California se les informó que el costo para asistir a sus campus se incrementó en alrededor de $1,100 -o un 4%- el año pasado.

Según el nuevo estudio de costos del sistema universitario público, aumentaron los gastos de alimentos, viviendas y cuidado de la salud, pero los relacionados con transporte y libros disminuyeron. La encuesta, realizada durante la primavera pasada en cada uno de los campus, se utilizará para establecer los presupuestos para 2017-2018.

UC Berkeley registró el mayor aumento del costo promedio, que pasó a ser de $34,217 en forma anual –un 7% de incremento-. UC Santa Cruz con $34,627 fue el campus más caro. UC Riverside, con $30,802, el más barato.

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El regente Eloy Ortiz Oakley invitó a sus colegas a buscar maneras de reducir el costo durante una sesión del comité, llevada a cabo durante el primer día de la reunión en San Francisco. El regente John A. Pérez, por su parte, expresó que el requisito de la universidad que establece que todos los estudiantes, independientemente de su nivel de ingresos, contribuyan unos $10,000 al año para cubrir sus costos podría desanimar a algunos al momento de querer ingresar. “La desagradable sorpresa del costo de $10,000 es muy real”, dijo.

Zenzile Riddick, una estudiante de segundo año de UC Santa Barbara, afirmó ante los regentes que, sin una beca externa para cubrir la parte de “autoayuda”, “puedo decir con certeza que no podría asistir a la Universidad de California”.

En una entrevista aparte, Riddick dijo que su madre, quien está actualmente desempleada, lloró al enterarse del requisito de contribución de $10,000. “Lo primero que pensamos fue: ‘Yo no voy a poder asistir’, contó Riddick. Finalmente, la joven recibió una beca comunitaria de Oakland para cubrir el importe.

La presidenta de la Junta, Mónica Lozano, informó que está formando un grupo para revisar el modelo de financiación de la casa de estudios, mientras que la regente Sherry Lansing instó a sus colegas a abogar por el plan universitario libre de deuda que fue dado a conocer esta semana por los demócratas de la Asamblea. El plan podría proporcionar $1,600 millones durante cinco años para ayudar a los alumnos a cerrar la brecha entre su ayuda financiera, la contribución esperada de la familia y los costos universitarios restantes.

Los regentes también lidiaron con otros problemas, entre ellos los planes para aliviar la crisis de vivienda en UC Berkeley y UCLA. Berkeley sólo es capaz de garantizar alojamiento por un año y ofrece camas apenas para el 22% de los estudiantes de grado y el 9% de los de postgrado, la tasa más baja en el sistema. El campus, que se enfrenta a un déficit presupuestario de 110 millones de dólares, todavía debe decidir cómo pagar por cualquier expansión planificada.

En otras áreas, el comité de asuntos académicos y estudiantiles de la Junta de Regentes aprobó cambios a las reglas para el manejo de casos de mala conducta sexual del profesorado, eliminando, por ejemplo, cualquier límite de tiempo para presentar denuncias. Los regentes acordaron revisar las solicitudes de los estudiantes, hechas por la mañana de ese día, para dar a los denunciantes una mayor voz en el proceso.

Algunos asuntos fueron menos serios. Muchos de los regentes sonrieron cuando la UC Davis pidió a la comisión de estrategias de finanzas y capital que apruebe una solicitud para comenzar a vender hasta 20,000 galones de vino producido por su renombrado Departamento de Viticultura y Enología.

La bodega de la universidad se considera la más sostenible y tecnológicamente avanzada en el mundo, pero bajo la ley estatal, se vio obligada a tirar el 95% de su vino por el desagüe. Una nueva norma que entró en vigor en enero permite específicamente que el campus forme una organización sin fines de lucro para vender el producto, lo cual podría recaudar un estimado de $50,000 al año para apoyar más investigación y enseñanza, según los funcionarios de la UC Davis.

Mientras los regentes bromeaban sobre las catas de vino y evaluaban posibles nombres de marca y botellas de $100 de costo, los funcionarios de UC Davis les recordaron que los californianos probablemente no verán Aggie Cabernet en los estantes de las tiendas. La mayoría de los vinos serán vendidos a granel a otras bodegas. “La misión principal es vender legalmente el vino y recuperar algunos de los costos como parte del programa de enseñanza”, afirmó Chik Brenneman, enólogo de la universidad.

La petición obtuvo un visto bueno unánime.

Traducción: Diana Cervantes

Para leer esta historia en español haga clic aquí

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