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Causa curiosidad la tradición de sacrificios de una iglesia de Armenia

Sako Hakopian, de 69 años, a la derecha, y su esposa Ripsik, de 65, hablan acerca de cómo ellos realizan “matagh” u ofrendas, como parte de su fe en la Armenian Church, en Glendale.

Sako Hakopian, de 69 años, a la derecha, y su esposa Ripsik, de 65, hablan acerca de cómo ellos realizan “matagh” u ofrendas, como parte de su fe en la Armenian Church, en Glendale.

(Genaro Molina / Los Angeles Times)
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Sako y Ripsik Hakopian de pie entre las bancas de su iglesia en Glendale, esperaban a que el estudio de la Biblia del miércoles por la noche comenzara. Hace diez años, ellos no se habrían considerado a sí mismos como ávidos feligreses.

Pero después de que su hija, Yvette, fue asesinada en 2008, Ripsik Hakopian sintió una atracción inmediata a la humilde Iglesia Armeniana, situada justo al cruzar la calle desde su casa.

Cuarenta días de luto pasaron antes de que Hakopian por fin reuniera la fuerza para pisar dentro de St. Peter Armenian Church, donde su hija iba con frecuencia a encender velas.

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Un año más tarde, los Hakopian hicieron su primer “matagh” u ofrenda, a través de la iglesia.

“Me arrodillé en el altar, y yo sabía que tenía que hacer algo”, Hakopian, de 65 años, dijo que ella luchó por no llorar.

La práctica saltó a la luz esta semana, después de informes de que una familia había realizado el sacrificio de un cordero días antes de que su hijo de 20 años de edad, Richard Pananian, muriera en un accidente de tráfico que mando su cuerpo volando contra un letrero de la autopista.

En el caso de los Hakopian, ellos pagaron por alimentos que fueron donados a personas en situación de calle y ayudaron a repartirlos entre las mujeres y los hombres sin hogar.

Ese fue su sacrificio.

Matagh es una tradición dentro de la Iglesia de Armenia que se usa para mostrar agradecimiento a Dios por salvar a una persona del infortunio o para que le conceda buena salud, o por la paz de los seres queridos fallecidos, según las enseñanzas de la iglesia.

Mother See of Holy Etchmiadzin en Armenia, que sirve como la sede de la Iglesia Apostólica de Armenia, dice que el propósito principal de la ofrenda es “dar un regalo a Dios y a dar limosna a los pobres”.

El primo de Pananian, Armen Kardashian, dijo que la familia es devota cristiana y que habían realizado el matagh porque Pananian justamente se había recuperado de un problema grave de salud. Kardashian no estaba con la familia de su primo durante el matagh y no podía confirmar que habían sacrificado el cordero.

Aunque la iglesia de Armenia describe el matagh como una antigua práctica que requiere el sacrificio de un animal macho con sal para purificar las ofrendas, los expertos dicen que las interpretaciones modernas no llaman a matar un animal. En cambio, dicen, el énfasis está en “dar a otros más adelante” y en dar a los necesitados.

“No es necesario hacer eso, el sacrificio, como dice el Antiguo Testamento”, dice Mashdots Jobanian, director of Educación Cristiana en la Western Diocese of the Armenian Church.

Jobanian describe matagh como la forma más pura de dar gracias.

El padre Vazken Movsesian, de la iglesia de San Pedro, aseguró que matagh “no es un conjuro mágico y la Iglesia de Armenia no aprueba ese tipo de cosas. ... No vendemos protección”.

Movsesian dijo su iglesia práctica matagh una vez al mes y la carne que sirven proviene de Vons o de Costco. A veces, dijo, el matagh es una comida vegana. Las familias, como los Hakopian, pagan comidas y salen con otros feligreses para alimentar a familias sin hogar en un refugio local.

“En vez de traer un animal, le pedimos al refugio para las personas sin hogarque nos diga cuánto costaría alimentar a la gente”, expuso Movsesian.

Para los Hakopian, matagh sirve como un medio de dar a la comunidad, después de encontrar consuelo en la iglesia, aseguraron.

La última vez que Sako Hakopian vio un animal real sacrificado como ofrenda fue hace décadas, cuando todavía vivía en Irán. Ripsik dijo que su familia nunca hizo tal ofrenda.

“En esta iglesia, hacemos una matagh que es más significativo que sacrificar a un animal,” dijo el Sako Hakopian en persa. “Un sacrificio u ofrenda no se trata de qué animal vas a matar. Se trata de ayudar a los demás”.

Por su parte, Movsesian dijo que no ha visto esa interpretación de la práctica desde que era seminarista en Armenia, en la década de 1970.

Pero incluso si hubiera un sacrificio animal, “la práctica no es como un servicio de protección mágico” como algunas personas lo están interpretando.

“Se presenta como si estuviéramos llevando de regreso al mundo a los tiempos medievales”, señaló. “Y no se trata de eso”.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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