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Después de 10 años de búsqueda, el FBI descubrió que un estafador vivía tranquilamente en Los Ángeles

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Durante años, Craig Oliver fue objeto de una búsqueda nacional por parte de los agentes federales. El hombre se declaró culpable de estafar a decenas de propietarios de viviendas en el área de D.C., por más de $2.5 millones de dólares, pero desapareció en 2005, justo antes de que un juez pudiera enviarlo a prisión.

Este lunes, luego de una década de prolongada búsqueda, el FBI anunció que el fugitivo había vivido todos estos años una existencia tranquila en el área de Los Ángeles, donde trabajaba como consultor de renovación de propiedades junto con su esposa, Jennifer Oliver.

La pareja contaba con varios alias. La vocera del FBI Laura Eimiller afirmó que Oliver se hacía llamar Leigh Owsley, y su esposa Tara Jean. Con su identidad de Owsley, trabajaba como consultor de puertas y ventanas en Culver City y Gardena, señaló la agencia.

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Los datos que condujeron al paradero de Oliver llegaron luego de la emisión de “American Greed” del domingo último, por CNBC; una serie basada en delitos verdaderos que narra estafas de alto perfil, entre otras. El programa relató la historia de Oliver por primera vez en 2012.

Nacido en Washington, el hombre vivía cerca de Fairfax, Virginia, y trabajaba en ventas de mejoras para el hogar, temas de construcción y remodelación. En 2002, comenzó a utilizar licencias de negocios falsas para atraer a clientes a contratar sus servicios, que luego no se concretaban, informó el FBI.

Jennifer Grimes, una investigadora de la Comisión de Mejoramiento de Viviendas de Maryland, señaló al Baltimore Sun que investigó diez quejas por parte de propietarios y detalló que Oliver falsamente afirmaba tener licencia de contratista y constructor, y engañaba así a los clientes, quienes pagaban las reformas por adelantado.

El caso se convirtió en una investigación federal más importante, que involucró a un total de 68 propietarios en Virginia y Maryland, informaron las autoridades. “Yo vi su licencia y consulté con el Better Business Bureau”, declaró Carole DePrato al Gazette, un periódico comunitario de Maryland. “Me ocupé de todo; no sé qué otra cosa podría haber hecho”. DePrato perdió más de $60,000, pero otros se vieron perjudicados en $200,000, según los reportes de los medios locales.

Oliver se declaró culpable, pero cuando estaba en libertad bajo fianza violó los términos de ésta y no llamó a su oficial de servicios antes del juicio. Un juez federal emitió una orden de arresto en diciembre de 2005, y el hombre jamás se presentó para su cita en la corte, del 20 de enero de 2006. Pese a su ausencia, el juez impuso una sentencia de 20 años en prisión para él.

Los investigadores pensaban que Oliver residía en Arizona, o en San Diego, y publicaron fotos del sujeto, calvo y con barba cana. Entre sus alias se destacaban también Mel Merlowe y Daniel Sullivan.

Eimiller señaló que el FBI había renovado recientemente su publicidad del caso, lo cual provocó la emisión del programa “American Greed” del domingo último. Luego del show, comenzaron a recibir información: Oliver y su esposa se escondían, en realidad, en el sur de California.

Mediante el seguimiento de estos indicios, los agentes del FBI visitaron una empresa ligada a Oliver, este lunes. Allí, los agentes descubrieron que el acusado y su esposa habían estado en el lugar más temprano, retirado un cheque y narrado que se mudarían de la zona.

“Los investigadores creen que Oliver supo de la reciente publicidad de su caso, y huyó una vez más”, estimó Eimiller en un comunicado. Oliver también es buscado por violar su libertad condicional en un caso de fraude con valores, en 1995, en el condado de Arlington, Virginia.

Cualquier persona que tenga información acerca del paradero de Oliver o su esposa puede ponerse en contacto con la oficina del FBI en Los Ángeles, (310) 477-6565.

Traducción: Valeria Agis

Si desea leer este artículo en inglés, haga clic aquí

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