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Descubren en California sismos a más de 15 millas de profundidad en la Tierra, y aumentan las preocupaciones

Una larga grieta divide la acera en 2014, en Discovery Well Park, en el área SeaCliff de Huntington Beach, sobre la falla de Newport-Inglewood ().

Una larga grieta divide la acera en 2014, en Discovery Well Park, en el área SeaCliff de Huntington Beach, sobre la falla de Newport-Inglewood ().

(Allen J. Schaben / Los Angeles Times)
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Los científicos de California han descubierto que los terremotos pueden ocurrir mucho más por debajo de la superficie de la Tierra de lo que se creía originalmente, un descubrimiento que altera la comprensión del comportamiento sísmico y sus riesgos potenciales.

Durante mucho tiempo, los sismólogos creyeron que los temblores se producen de 12 a 15 millas bajo la superficie. Pero una nueva investigación halló evidencia de que hay terremotos a niveles más profundos, por debajo de la corteza de la Tierra y en el manto.

Tres científicos en Caltech, en Pasadena, estudiaron datos de los modernos sensores instalados en Long Beach, por encima de la falla de Newport-Inglewood, una de las más peligrosas en la cuenca de Los Ángeles, que causó el terremoto de Long Beach en 1933, de magnitud 6.4.

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Luego de analizar los datos recogidos durante seis meses por 5,000 sensores, los científicos encontraron que había terremotos en el manto superior, un área donde la roca es tan caliente que no se quiebra como en la superficie, sino se desliza y se mueve como trozos de miel extremadamente dura.

Al parecer, la falla de Newport-Inglewood se extendió incluso en el manto, más allá de la capa superficial de la Tierra, la corteza, donde siembre se han observado los terremotos. Hasta ahora, los investigadores no creían que pudiera haber sismos allí, señaló el profesor de Caltech Jean Paul Ampuero, uno de los tres autores del estudio, publicado este jueves en la revista Science.

Ampuero manifestó que la investigación planteó la posibilidad de que la falla Newport-Inglewood, y otras, como la de San Andrés, pudieran generar terremotos más poderosos de lo esperado. Los sismos que estudiaron con sus colegas fueron tan profundos que incluso no fueron captados en la superficie por los sensores sísmicos convencionales.

El nuevo estudio indica que es posible que un terremoto causado más cerca de la superficie pueda ‘viajar’ hacia la profundidad de la Tierra y produzca una ruptura más fuerte y perjudicial de lo que se creía posible.

“Eso nos hizo pensar que, si los sismos quieren expandirse, una forma de lograrlo es penetrando profundamente”, afirmó Ampuero. “La gran pregunta es: si ese terremoto más grande ocurre, si puede penetrar más profundo de lo que pensamos, ¿podrá ser mayor de lo que esperamos?”.

Esta idea apareció por primera vez en 2012, también planteada por Ampuero y varios colegas en Science, cuando un sismo de magnitud 8.6 sacudió el Océano Índico. Para el especialista, “fue el mayor terremoto de su especie en la historia”, y ocurrió en una falla conocida como “strike-slip” (falla horizontal), tal como Newport-Inglewood y como la poderosa falla de San Andrés, la más larga de California.

Ese sismo en el Océano Índico fue tan grande que resultó imposible de explicar cómo ocurrió, en términos de la ciencia actual. Por lo tanto, responder la pregunta de cómo se produjo un terremoto de 8.6 requería de una nueva explicación: la posibilidad de que, quizás, el sismo no sólo había roto la superficie sino afectado zonas más profundas en el manto.

Si estos terremotos profundos pueden ocurrir en la falla de Newport-Inglewood, entonces es posible que los habitantes del sur de California sean testigos de sismos de aún mayor magnitud que las proyectadas. Según Caltech, la magnitud probable de un gran terremoto en la falla Newport-Inglewood oscila entre 6.0 y 7.4

Pero aún hay más estudios por realizar. Los sismos profundos detectados por los científicos sólo fueron microsismos -de magnitud 2-. Por ello, una alternativa más reconfortante es la posibilidad de que esos pequeños temblores sigan siendo pequeños y no colaboren a expandir un terremoto de gran magnitud. Con esta teoría, los terremotos en esta zona profunda ocurren en pequeñas bolsas, lejos el uno del otro, y no se vinculan. “Esto podría ser una buena noticia, en cierto modo, porque si nunca se vinculan, no pueden generar uno grande”, señaló Ampuero. “Pero hay varias preguntas aún por responder. No diría que esto es motivo de alarma por ahora, pero sí hay dudas interesantes en las cuales debemos indagar”.

Algo más para considerar: los terremotos profundos se hallaron en un área de nueve millas cuadradas debajo de Long Beach, registrados durante seis meses. Cuando los investigadores buscaron más al noroeste -y durante un período más breve, de cuatro semanas- no hallaron sismos allí. Por ende, es posible que estos sismos no sucedan a lo largo de toda la falla. Pero también es factible que los científicos no hayan registrado ninguno debido al corto plazo de estudio.

Cabe también la posibilidad de que Long Beach sea simplemente peculiar, y que lo que se halló allí no se encuentre en otra zona. En dicha área los científicos hallaron evidencia de que algunos líquidos fluyen desde el manto hasta la superficie, una observación que no se experimentó en ninguna otra zona de la falla Newport-Inglewood.

Los científicos obtuvieron datos de un grupo que instaló sensores para comprender mejor los campos petroleros de la zona. Cuando los recogieron, debieron diseñar un programa para procesar las grandes cantidades de datos recogidos y comprender qué ocurría millas bajo tierra, actividad que permanecía invisible para los equipos sísmicos convencionales.

Además de Ampuero, Asaf Inbal y Robert Clayton son los coautores del estudio.

Traducción: Valeria Agis

Si desea leer este artículo en inglés, haga clic aquí

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