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Crece el ingreso medio y baja la tasa de pobreza en el país

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El crecimiento estable del trabajo y el mayor impulso en las ganancias registrados recientemente ayudaron a reducir fuertemente el nivel de pobreza del país el año pasado, y aportaron finalmente algo de alivio al extenso problema del estancamiento de los ingresos.

En su informe anual sobre ingresos y pobreza, la Oficina del Censo señaló este martes que la proporción de personas en los EE.UU. que viven en la indigencia se redujo al 13,5% en 2015, marcando así una de las mayores caídas anuales en décadas.

El porcentaje representa una baja del 14.8% registrado el año anterior, pero aun así considerablemente más alto que el nivel de pobreza -del 12.3%- que se estimaba en 2006, el año anterior al comienzo de la Gran Recesión, y a su cifra más baja en 40 años -del 11.3%- durante el año 2000.

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El informe también proporciona algunas noticias alentadoras acerca de un cambio en los ingresos promedio del país. El ingreso medio por hogar fue de $56,500 el año pasado, lo cual significa un sustancial crecimiento del 5.2% de la cifra registrada en 2014, $54,700, luego del ajuste por inflación.

Las familias estadounidenses aún tienen cierta distancia por recorrer para recuperarse por completo de más de una década de declive y estancamiento: el ingreso hogareño promedio en 1999 era de $57,900.

“La buena noticia es que, tal vez, hayamos dado vuelta la esquina”, sostuvo Sheldon Danziger, presidente de Russell Sage Foundation, quien, al igual que otros expertos en temas de pobreza y salarios, esperaba contar con una cierta mejoría, pero no de estas proporciones. “Soy ciertamente más optimista de lo que he sido por un largo tiempo”, afirmó acerca de los aumentos generalizados de los ingresos y el descenso de las marcas de pobreza. “Las perspectivas son buenas, al menos para 2016, que ya mostró una mejora con respecto a 2015”.

La Oficina del Censo también informó el martes que el número de personas en el país sin seguro de salud se redujo aún más el año pasado, a 9.1%, desde la base registrada en 2014, del 10.4%. La caída era esperada, fundamentalmente gracias a la Ley de Cuidado de Salud Asequible, también conocida como Obamacare, que en 2015 vio su segundo año completo de impacto.

Con muchos más estadounidenses suscritos a un seguro privado a través de los nuevos mercados creados por Obamacare, el número de personas sin seguro se redujo a 29 millones, comparado con los 33 millones que se encontraban en esa condición durante 2014.

Algunos de esos cambios en cuanto al seguro de salud probablemente están asociados a la mayor cantidad de personas que tienen empleos de tiempo completo, los cuales generalmente proveen algún tipo de cobertura médica. El aumento de empleados a tiempo completo durante todo el año, y el incremento de los salarios mínimos en ciertas zonas del país seguramente confluyeron para aumentar los ingresos medios de los hogares.

Aun así, el lento crecimiento económico y productivo ha obstaculizado las ganancias salariales, y muchos hogares que alguna vez fueron de clase media no se han recuperado todavía por la pérdida de los empleos en fabricación y otros sectores mejor pagados; muchas personas que han salido de la fuerza laboral se han visto notablemente empobrecidas.

La tasa de pobreza de la nación alcanzó su máximo en dos décadas en 2010, un año después del fin de la Gran Recesión, cuando llegó al 15.1%. En números absolutos, los indigentes en los EE.UU. llegaron a su máximo nivel en 2014, con 46.7 millones de personas (adultos y niños). El nivel declinó a 43.1 el año último.

El nivel de carencia para niños, o menores de 18 años de edad, se situó en 19.7% en 2015, lo cual marcó también un descenso en comparación con 2014, cuando el porcentaje registrado se estimó en 21.1%.

La Oficina del Censo registra como ‘pobres’ a niños y adultos que viven en hogares por debajo del umbral de indigencia, el cual es de aproximadamente $24,000 para un grupo familiar de cuatro integrantes. Esta medida no tiene en cuenta ingresos no monetarios, tales como beneficios por cupones de alimentos y créditos fiscales.

Traducción: Valeria Agis

Para leer esta historia en español, haga clic aquí

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