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Betsy DeVos es la nueva secretaria de educación; el voto del vicepresidente Pence la confirmó en el cargo

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Las llamadas telefónicas atascaron las líneas del Congreso. Dos senadores republicanos desertaron. Los demócratas sostuvieron un último debate de 24 horas en el Senado, con la esperanza de lograr un voto adicional. Pero el esfuerzo no fue suficiente para impedir que Betsy DeVos se convirtiera en la secretaria de educación de los Estados Unidos.

Para la confirmación fue necesario el voto de desempate del vicepresidente Mike Pence, y la participación del senador Jeff Sessions (R-Ala.), cuya confirmación como fiscal general fue programada después de la de DeVos, de esta forma la ahora secretaria de educación podía contar con su voto.

Fue la primera vez que se necesitó el voto de desempate de un vicepresidente para confirmar a un candidato presidencial del gabinete.

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DeVos, una activista republicana con base en Michigan, exdirectora del partido a nivel estatal y recaudadora de fondos, pasó su carrera haciendo campaña por los vales escolares, que destinarían dinero de los impuestos a las familias para ayudarles a pagar la educación de sus hijos en escuelas privadas y, a menudo, religiosas. Como esposa del millonario heredero de la fortuna de Amway, DeVos contribuyó con millones de dólares a las campañas de los candidatos que apoyaban los vales, incluyendo varios de los senadores que votaron para confirmarla.

Será la primera secretaria de educación desde la creación del departamento, en 1979, que nunca asistió a la escuela pública y tampoco envió a sus hijos a una, según descubrió el Education Week Research Center.

Su camino hacia la confirmación ha sido uno de los más accidentados de todos los candidatos del gabinete de Trump. En su audiencia de enero, DeVos no pareció estar familiarizada con algunos de los fundamentos de la política de educación. Por ejemplo, no fue capaz de distinguir entre “competencia” y “crecimiento”, conceptos que son cruciales para un gran debate educativo sobre la forma más justa de medir el aprendizaje de los estudiantes. Su incapacidad para responder a esa pregunta se convirtió en parte de una sátira en el programa de televisión “Saturday Night Live”.

DeVos también pareció desconocer que la Ley de Educación de Individuos con Discapacidades es una norma federal que compromete a todos los estados a enseñar a alumnos con necesidades especiales, un tema de mucho interés para varios senadores, así como para cientos de miles de padres con niños discapacitados.

Más allá de esos titubeos, otros varios momentos de su audiencia se volvieron virales más allá de la burbuja del gobierno y los expertos en educación. En respuesta a una pregunta acerca de si consideraba correcto que hubiera armas en las escuelas, DeVos respondió que dejaría esa decisión en manos de los gobiernos “locales y estatales”, y bromeó que tal vez una escuela en Wapiti, Wyoming, podría usar una pistola para protegerse de los osos de la zona. El comentario provocó memes en internet, así como un segmento en “The Daily Show”.

Históricamente, los nominados para secretario de educación han contado con apoyo bipartidista para su confirmación. “La costumbre ha sido que el presidente tiene derecho a elegir sus propios asesores, por lo cual es raro que haya una verdadera pelea”, expresó Jack Jennings, un abogado que trabajó como experto en temas de educación para los demócratas de la Cámara durante décadas. Pero después de la audiencia de confirmación de DeVos, los profesores, sindicatos, activistas y al menos un multimillonario inundaron el Congreso con manifestaciones de oposición -alrededor de 1.5 millones de llamadas al día a las oficinas del Senado-. “Nunca he visto una oposición como esta”, remarcó Jennings.

Esas llamadas fueron algunos de los factores que hicieron que las senadoras republicanas Lisa Murkowski, de Alaska, y Susan Collins, de Maine, decidieran la semana pasada votar en contra de DeVos. Murkowski tomó su decisión después de escuchar a “miles, verdaderamente miles de personas de Alaska”, aseguró.

La nominación de DeVos, que se convirtió en una pelea de poderes sobre los vales, también destruyó de manera efectiva una conjunción bipartidista de una década en temas de educación. Durante las presidencias de George W. Bush y Obama, un grupo de republicanos y demócratas acordó en gran medida la expansión de las escuelas charter y la rendición de cuentas de las escuelas.

Ese desarrollo creó una grieta en el partido demócrata, en gran medida entre los defensores de la reforma educativa y aquellos que se unieron a los sindicatos de maestros. En 2015, la coalición bipartidista fue lo suficientemente fuerte como para que el Congreso aprobara la Ley Every Student Succeeds Act, sucesora de la muy criticada Ley No Child Left Behind, de la administración Bush.

La nominación de DeVos parece haber terminado ese momento bipartidista y dividido a los partidarios de las charter. DeVos estuvo involucrada en la proliferación de dichas escuelas en Michigan, pero en ese estado incluso algunos partidarios de las charter han criticado su laxa supervisión (en su audiencia, la funcionaria dijo que apoyó un proyecto de ley para aumentar la rendición de cuentas de las charter de Michigan).

La Asociación Nacional de Escuelas Charter publicó una declaración en apoyo a DeVos. Pero Eli Broad, el multimillonario filántropo que ha tratado de aumentar el número de estas escuelas en Los Ángeles y otras ciudades, la semana pasada afirmó que DeVos es una persona “sin preparación y sin calificación” para el puesto.

No está claro qué políticas DeVos impulsará una vez en el cargo. Durante la campaña, Trump respaldó un plan para expandir dramáticamente los vales escolares, pero durante el proceso de confirmación, DeVos le dijo a los senadores que no impondría un plan de cupones a los estados que no los quisieran.

Cualquier propuesta para aumentar considerablemente los vales correría contra la renuencia republicana de aumentar el gasto federal. Por otra parte, pagar por una expansión masiva de cupones eliminando otros programas de educación se enfrentaría a una intensa oposición política.

Pero si las contrataciones tempranas son un indicador, el gobierno de Trump tiene la intención de revertir gran parte de lo que el gobierno de Obama ha hecho en los últimos ocho años.

Obama concedió al Departamento de Educación un rol activista al usar órdenes ejecutivas y competencias federales para impulsar a los estados a adoptar ciertas políticas escolares y reforzar la aplicación de los derechos civiles. La Oficina de Derechos Civiles del departamento también aumentó las investigaciones sobre las agresiones sexuales en universidades y emitió una guía para proteger los derechos de los estudiantes transgénero.

Trump ha elegido a Jerry Falwell Jr., presidente de Liberty University, de Virginia, para dirigir una fuerza de trabajo en temas de educación superior. Un portavoz del propio Falwell ha dicho que éste piensa que es mejor dejar las investigaciones sobre las agresiones sexuales a los tribunales y la policía.

En las últimas horas antes de la votación de confirmación, los demócratas tomaron el piso del Senado durante 24 horas para protestar en contra DeVos. “Ella no está familiarizada ni siquiera con los problemas de educación básica”, aseguró el senador Mark R. Warner (D-Va.), quien votó a favor de otros de los nominados por Trump.

El senador Gary Peters, del mismo estado natal de DeVos, aseguró que la nominada se había ganado un apodo, “el general de cuatro estrellas del movimiento pro-vales” y “sigue sorprendentemente desconociendo la ley federal”.

Algunos republicanos defendieron a DeVos. El líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, acusó a los demócratas de obstrucción del proceso. El senador John Cornyn, de Texas, en aparente respuesta a las críticas de que DeVos no sabe lo suficiente de educación, elogió a Trump por escoger a una persona externa. Me alegra que DeVos no sea una “burócrata de la educación” que “conoce todas las siglas”, afirmó Cornyn.

Traducción: Diana Cervantes

Para leer esta historia en inglés haga clic aquí

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