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A los 78 años, escaló Mount Baldy 100 días consecutivos y planea llegar a los 1,000 ascensos en 2017

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Seuk Doo Kim ha escalado Mount Baldy cerca de 750 veces por su cuenta, y tiene como objetivo haber subido 1,000 para el año próximo.

En los senderos rocosos de Mount Baldy, todos los habitués conocen a “Sam”, un robusto caminante de 78 años de edad.

Por su cuenta, Seuk Doo Kim ha escalado la montaña casi 750 veces, y tiene como objetivo registrar 1,000 ascensos a la cumbre para el próximo año. “Si vas a Baldy mañana, lo encontrarás allí”, afirmó su hijo, David Kim. “Nunca verás a otro hombre que ame tanto el senderismo o esté tan obsesionado al respecto como él”.

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En una reciente mañana de domingo, “Sam” ascendió al abovedado pico por centésimo día consecutivo.

“Siento el abrazo de Dios; esto es mejor que la iglesia”, aseguró Sam en camino hacia la cima. “Mi atajo es el Espíritu Santo”. Pero es la fe en sus propias piernas y pulmones la que le permite desviarse del sendero principal y escalar rutas que dejan a los demás sin aliento.

Los días de senderismo para él comienzan con un recorrido en auto de aproximadamente una hora y media desde su casa, en Culver City. Sam estaciona su BMW en Manker Flats, lanza una mochila de 20 libras llena de bocadillos y tres litros de agua, y se dirige a la naturaleza; su presencia allí ya no sorprende, es tan común como la de un matorral o un lagarto. “¿A qué hora empezaste?”, le pregunta a los cansados excursionistas a lo largo del camino. “¿Qué edad tienes?”. Felices de ser distraídos de las ampollas y los pies doloridos por un rato, la mayoría se detiene a hablar con él.

Sam no acepta un “no” como respuesta cuando les entrega dulces, una bolsa de Doritos o una barra Clif. Es incluso más persistente acerca de tomarse selfies con la gente que encuentra; ha posado con cientos de personas con el correr de los años.

“Llegué al punto en que le dije: ‘No más fotos’”, afirma Ellen Coleman, de 63 años, de Riverside, mientras desciende por el sendero de esquí. “Él me llama ‘la Mujer Maravilla’, pero es bastante mayor que yo, así que comencé a llamarlo Superman. Es increíble”.

Sam ha hecho el recorrido más de 240 veces este año, y tiene fotos con fecha y hora para probarlo.

Escalar Mount Baldy no es una hazaña notable. Es una subida de casi 4,000 pies hasta un sendero bien mantenido, que muchos excursionistas emplean para entrenar o como preparación para picos más complejos. Otras personas aseguran haberlo recorrido más veces que el propio Sam. De todas maneras, lo que impacta a muchos de los más jóvenes es la resiliencia de este septuagenario.

“Aquí está mi ídolo”, asegura Thavee Nantarojaporn, de 49 años, de South Pasadena, quien corría por el lugar una reciente mañana soleada. “Cualquiera que pueda hacerlo por 100 días consecutivos es increíble”.

En 1981, Sam y su familia se mudaron desde Corea del Sur al sur de California, donde él trabajó como gerente del Banco de Seúl. Luego compró y manejó una pequeña tienda de comestibles. En un momento dado, no tomó un sólo día libre durante nueve años, recuerda su hijo.

El entusiasmo de Sam por la montaña de 10,064 pies de altura -el punto más alto en la cadena de San Gabriel y en el condado de Los Ángeles- ha inspirado a decenas de senderistas a compartir historias en blogs y medios sociales.

Kevin Ngo, de 28 años y residente de Long Beach, acampaba en lo alto de Baldy la semana del Día de Acción de Gracias y, cuando se despertó, encontró a Sam fuera de su tienda, en medio de la noche. “No podía creer lo que veía cuando abrí mi tienda y lo descubrí allí”, asegura Ngo. Ambos intercambiaron comida y hablaron un rato, antes de que Sam emprendiera el descenso, en plena oscuridad. “Todavía me pregunto si lo que ocurrió fue cierto”, duda.

Nithin Siddharth conoció a Sam a comienzos de este año, en el camino, y publicó una foto en Facebook que muestra a Sam con sus amigos en la cumbre de Mount Baldy, con la bandera de Corea del Sur. El epígrafe dice: “Brindamos por Kim y el poder del espíritu humano. Para mí, se trata literalmente del espíritu de la montaña”.

Sam habla abiertamente de su deseo de una reunificación pacífica de Corea del Norte y Corea del Sur; el ímpetu para esas escaladas con los otros caminantes, donde lleva una bandera de Corea del Sur y un mapa de la península coreana. Pero es más que la política lo que empuja su delgada contextura hasta la cima de la montaña día tras día, contra viento, lluvia y nieve.

“Mi madre no puede entender por qué va a la misma montaña todos los días. Ella dice: ‘¿A quién le importa si lo recorres mil veces?’. Pero, sin dudas, significa mucho para él”, manifiesta David Kim. “Es un viaje espiritual; se siente fortalecido y encuentra paz mental cuando está en las alturas de la montaña”.

Al final de su jornada diaria, Sam por lo general se detiene en una cabaña de Manker Flats, donde vive su amigo Richard Tufts. La rutina de ambos: Tufts hierve agua y sirve té verde, mientras que Sam trae obsequios como mangos, frutos secos o carne seca para el perro de su amigo.

Tufts, de 73 años, un exmaratonista que ha caminado o corrido hacia la cima de Mount Baldy más de 1,000 veces, según estima, asegura que la determinación de su amigo es asombrosa. “Si tuviera 78 como él, no haría esto. Lo admiro. Creo que es una adicción para él; pero es mucho mejor que las drogas”, afirma.

En el día de su centésimo ascenso consecutivo, Sam llevó a sus dos nietos. El menor, Jonathan, de 11 años, caminó en silencio por el sendero mientras su abuelo hablaba sin parar con decenas de excursionistas, en su inglés accidentado. Según parece, luego de la experiencia, al niño se le despertó el interés por el senderismo. “Gracias, abuelo, por llevarme a escalar a Mount Baldy”, escribió en un blog de senderismo. “Espero poder seguir caminando contigo durante mucho tiempo”.

Traducción: Valeria Agis

Para leer esta historia en inglés haga clic aquí

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