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Hablan los testigos: ¿Quién fue responsable por la violencia en Charlottesville?

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Los enfrentamientos que estallaron el fin de semana en una manifestación nacionalista blanca realizada en Charlottesville, Virginia, se convirtieron en un nuevo punto de referencia en el largo debate sobre el racismo, la libertad de expresión y la violencia.

Una mujer fue asesinada y muchas más resultaron heridas cuando un auto, supuestamente conducido por un participante del mitin, se lanzó contra la multitud de manifestantes opuestos. Dos policías estatales que vigilaban la acción murieron en un accidente de helicóptero más tarde ese mismo día, aunque no se sospecha que haya sido una maniobra sucia.

El evento tomó rápidamente una enorme importancia política, ya que tanto demócratas como republicanos denunciaron la violencia y los puntos de vista de la supremacía blanca defendidos en el mitin de extrema derecha. El presidente Trump también acusó a los grupos racistas, pero sugirió que los manifestantes opuestos compartían parte de la culpa. El martes, el primer mandatario afirmó que “ambos lados” eran responsables por el derramamiento de sangre.

¿Qué fue lo que realmente ocurrió?
Aquí hay varios relatos de primera mano de los eventos del sábado en Charlottesville, recogidos de periodistas, manifestantes y participantes de las marcha de la extrema derecha, quienes publicaron sus versiones de lo que vieron durante esa jornada.

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Fotógrafo del Charlottesville Daily Progress, Ryan Kelly: “Empecé a recorrer la zona con mi editor y llegué al centro comercial. Había grupos de ambas facciones, dispersos. Vi algunas pequeñas peleas de vez en cuando. La gente se arrojaba objetos unos a otros. Unas pocas personas se golpeaban”.

Blake Montgomery, reportero de BuzzFeed News: “La mayoría de los grupos supremacistas blancos y nazis llegaron armados como una fuerza paramilitar -llevaban escudos, equipos de protección, varas y, sí, muchas armas de fuego, algo permitido por las vagas normas en Virginia al respecto-.
Utilizaban maniobras militarizadas, gritaban comandos uno al otro para “avanzar” o “retirarse”, y formaban una línea de escudos o una falange -como si hubieran visto “300” unas cuantas veces- para ganar terreno o guiar a alguien a través de proyectiles. Parecía como si hubieran practicado para esto”.

Hunter Wallace, bloguero de extrema derecha de Occidental Dissent: “Las calles no estaban barricadas. Los antifa [antifascistas] violentos no estaban acorralados en su propia zona según el Departamento de Policía de Charlottesville, sino que vagaban por las calles y bloqueaban la entrada de Lee Park. De inmediato lanzaron un ataque sobre nuestro grupo, con gas pimienta, palos, ladrillos y líquidos nauseabundos. La policía parecía ausente y no se involucró, permitiendo la pelea. Debimos abrirnos paso a la fuerza hacia Lee Park, y decenas de los nuestros resultaron heridos por el gas pimienta a medida que marchábamos por la zona”.

“Marcus Cicero”, otro bloguero de extrema derecha de Occidental Dissent: “Para comenzar la marcha del sábado, la Liga del Sur se reunió en un área sólo a pocas cuadras de Lee Park -yo mismo fui uno de los participantes del escudo-. Mientras avanzábamos por la calle hacia el parque, inmediatamente noté una horda de antifascistas, terroristas del movimiento BLM (Black Lives Matter) y otros desechos genéticos, listos y dispuestos para bloquear la calle que conducía a nuestro destino”.


Matt Parrott, de Traditionalist Youth Network, un grupo de supremacía blanca: “Con un grito de rebeldía, la Liga rompió la pared de degenerados y TradWorker logró ingresar a Lee Park, mientras que en gran medida el resto se tambaleaba. Michael Tubbs, un organizador especialmente imponente de la Liga, se alzó sobre los antifascistas como un tiranousaurio entre las aves de rapiña, mientras los luchadores de la liga con escudos ponían su entrenamiento a trabajar”.


Joe Heim, reportero del Washington Post: “Los contramanifestantes se defendieron, también batían palos, golpeaban y rociaban químicos. Otros lanzaban globos llenos de pintura o tinta contra los nacionalistas blancos. Por todas partes la violencia explotaba. La policía no se movía para disolver las peleas”.
“Aunque policías del estado de Virginia y de Charlottesville estaban estacionados a ambos lados y en la parte trasera de Emancipation Park, el costado de Market Street estaba particularmente desatendido. A medida que se colmaba a de manifestantes y contrarios, la mezcla rápidamente se volvió volátil. Los dos bandos se gritaban uno al otro. ‘¡[Improperio] … Nazis!’, cantaban los contramanifestantes. ‘[Más insultos]’, era la respuesta desde el parque, donde los asistentes al mitin se concentraban detrás de barricadas metálicas”.


Jordan Green en The Nation, publicación de izquierda: “Una falange de supremacistas blancos con cascos oscuros -miembros del Partido de los Trabajadores Tradicionalistas, Identity Evropa, American Vanguard y otros guerreros del odio- comandaban los pasos en la esquina sureste del parque, repeliendo intentos de incursiones por parte de los Wobblies, comunistas y un elenco multirracial de personas ansiosas por luchar. Botellas de agua y otros proyectiles volaban en ambas direcciones, mientras que latas de gas lacrimógeno de la policía golpeaban ruidosamente en un estacionamiento adyacente, a menudo arrojadas hacia el parque por los intrépidos izquierdistas”.

Unicorn Riot: “La policía expulsó a los supremacistas blancos de Emancipation Park y cerró el parque… No pudieron seguir congregándose allí, entonces tomaron las calles, donde rápidamente fueron seguidos y enfrentados por los antirracistas. Varias peleas más violentas se sucedieron; la policía miraba todo desde su subestación más cercana”.

Blake Montgomery, de BuzzFeed News: “La oposición mayormente improvisaba, prefería establecer sus bases en otros parques con agua, café, comida, primeros auxilios y más confort. El conflicto comenzó de la misma manera que en otros mitines de la extrema derecha: dos personas, una de cada fracción, se provocaron mutuamente y dieron el primer golpe”.

Redneck Revolt, brazo armado izquierdista que llevó rifles a Justice Park, uno de los sitios donde se habían reunido los grupos antirracistas: “En muchos momentos del día, grupos de supremacistas blancos se acercaron a Justice Park, pero en cada instancia, miembros de Redneck Revolt formaron una línea unificada contra ellos, y los supremacistas blancos retrocedieron. La mayoría de los grupos no fueron fácilmente identificables, pero como puntos separados se reconocía a los contingentes de Identity Evropa y Proud Boys. Los grupos que amenazaban la zona del parque gritaban insultos raciales y homofóbicos”.

Isabella Ciambotti, de la Universidad de Virginia: “Estaba en Market Street cerca de las 11:30 a.m. cuando una contraprotesta derribó un puesto de periódicos y lo arrojó contra los manifestantes de derecha. Vi a otro hombre, supremacista blanco, ser perseguido y golpeado. La gente lo golpeaba con sus letreros. Un hombre mucho más mayor, también del grupo de derecha alternativa, fue derribado al suelo en la conmoción. Alguien puso un palo sobre su cabeza y lo golpeó con éste. Allí grité y corrí con varios otros extraños, para ayudarlo”.

Organizadores de izquierda y antifascistas, de Washington, D.C.: “Antes del ataque, perseguimos a los nazis por su parque hasta sacarlos de su plataforma. Ellos avanzaban hacia una comunidad con muchas personas de color. Nos movilizamos para interceptarlos. Estábamos en nuestro momento más poderoso, cantando juntos con entusiasta apoyo de la gente de Charlottesville. Allí fue cuando nos atacaron”.

Relato del ataque del automóvil por parte del corresponsal especial Robert Armengol, de Los Angeles Times, en Charlottesville: A comienzos de la mañana, cientos de contraprotestantes habían tomado dos cuadras al sur de Emancipation Park, en el centro de Charlottesville. Comenzaron a marchar por el centro de Water Street, cerca del centro comercial peatonal de la ciudad. Los nacionalistas blancos, en ese momento, parecían estar dispersos. Algunos de los miembros de milicias armadas se acababan de marchar en camionetas y furgonetas.
La multitud era jubilosa. Los manifestantes agitaban banderas que pedían solidaridad y cantaban consignas antirracistas, declarando: “¿Cuáles calles? ¡Las nuestras!” y “Black Lives Matter” (Las vidas negras importan). Gritaban, tocaban tambores y trompetas. Un hombre, vestido como un payaso, con tirantes color arco iris, llevaba un cartel que decía simplemente “SHAME” (vergüenza).

Un helicóptero de la policía sobrevolaba el cielo despejado. Eran alrededor de las 2 p.m. En East Fourth Street, la multitud se dirigía hacia la izquierda y nuevamente hacia el centro comercial de Main Street, por una ligera pendiente en un estrecho camino de un carril, flanqueado a ambos lados por edificios comerciales. El frente de la marcha había avanzado menos de media cuadra antes de la aparición de un coche deportivo gris, que se dirigía hacia el sur y directo hacia los manifestantes.
El conductor, escondido detrás de las ventanas tintadas, avanzó lentamente al principio [la policía identificó al hombre como James A. Fields, de 20 años, de Ohio, quien anteriormente había marchado con Vanguard America, un grupo fascista].

Luego, a pocos metros de los manifestantes, el vehículo se aceleró repentinamente y arrastró por lo menos a una docena de personas en un accidente que lanzó cuerpos, zapatos y objetos personales por el aire.
Las víctimas gritaban de dolor mientras los espectadores aullaban en estado de shock y salían corriendo de la escena mientras pedían ayuda médica. “Oh, Dios mío”, aulló alguien. “Atropelló a todo el mundo”.

En cuestión de segundos, el coche deportivo, con la parte delantera destrozada, cambió de rumbo y chilló hacia atrás por la calle, para desaparecer en la esquina mientras un espectador advertía: -¡Salgan de la calle! ¡Salgan de la calle!

Fotógrafo Ryan Kelly, del Charlottesville Daily Progress: “Si ese auto hubiera llegado 20 segundos antes, yo habría estado en mitad del camino, de espaldas a él. No lo hubiese visto acercarse. Honestamente, todavía estoy procesando todo eso. Han sido unas locas 24 horas; no he podido sentarme a absorber todo aún. Fue lo primero que pasó por mi cabeza, un par de horas después de terminar de procesar mis fotografías. Yo estaba justo donde el coche pasó; soy muy afortunado”.

Si desea leer la nota en inglés, haga clic aquí.

Traducción: Valeria Agis

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