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‘Él será el rostro del país, pero nosotros somos el país’: estudiantes y profesores reaccionan ante el triunfo de Trump

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Alonzo Hernández es un latino transexual de 17 años de edad que vive en el sur de Los Ángeles.

La noche del martes, cuando comprendió que Donald Trump se convertiría en presidente “No quería hablar, no quería decir nada”, relata. Pero, al igual que cientos de miles de otros estudiantes en la muy liberal ciudad de Los Ángeles, la mañana siguiente debió ir a la escuela y enfrentarse a la realidad.

Un estudiante comentó que era como cuando Scar se convierte en rey de Pride Rock [en una alusión al film ‘El rey león’]. Y todos dijeron: ‘Queremos a Mufasa nuevamente’”.

— Jonathan Vickburg, terapeuta que trabaja en escuelas del sur de Los Ángeles.

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Así también lo hicieron sus profesores, quienes no sólo tuvieron que ver cómo hacer frente a sus propios sentimientos, sino a los jóvenes que pudieran sentirse especialmente vulnerables.

“Les recordé que nuestro país ha pasado por tiempos oscuros”, afirmó Randall Bustamante, profesor de estudios étnicos y liderazgo en Santee Education Complex, donde Alonzo es estudiante del último año. La escuela es 92% latina, y en su clase de estudios étnicos durante el primer periodo, Bustamante contestó preguntas como: “¿Realmente va a deportar a todo el mundo?”.

Bustamante le mostró a su clase la entrevista que realizó el comentarista político de CNN Van Jones con una familia de partidarios de Trump, para que pudieran entender en un nivel más personal la razón por la cual muchas personas habían apoyado al presidente electo, y habló acerca de la acción organizada.

El docente podría haber tomado la vía conciliatoria que muchos opositores de Trump habían tomado el miércoles por la mañana pero, dijo, quería que sus alumnos expresaran sus sentimientos y comprendieran que tenían un papel que desempeñar en la democracia de la nación.

Tales mensajes le ofrecieron a Alonzo cierta esperanza. Ahora está organizando una huelga para este lunes, en protesta contra la victoria de Trump. “Él será el rostro del país, pero nosotros somos el país”, aseveró Alonzo. “Nosotros somos el pueblo”.

En Downtown Magnets High School, la profesora de historia Stephanie Jacob relató que, en 19 años de docencia -incluyendo su estancia en una ciudad militar en Virginia, después del 11 de Septiembre- nunca había visto una reacción tan grande por parte de los estudiantes.

“Mis niños vienen buscando un abrazo, consuelo y todo lo demás”, afirmó Jacob, quien no puede saber qué deparará el futuro. “No ser capaz de responder a sus preguntas y darles seguridad es muy difícil”. Por ello, Jacob quiso asegurarse de que sus alumnos comprendieran el proceso democrático. “Les dije que uno encuentra una causa y lucha por ella”.

Del otro lado de la ciudad, en la Van Nuys Middle School, la profesora de historia de octavo grado, Noemí Morales, les contó a sus estudiantes sobre sus propias inquietudes durante la Guerra Fría, cuando ella tenía su edad. “Mi trabajo es asegurarme de que ustedes estén bien”, dijo. “Estoy de su lado. Yo soy su defensora”.

“Realmente no estoy asustado de su racismo”, afirmó un estudiante en la clase de Morales. “Como latinos, sólo estamos asustados de que se lleven a personas de nuestras familias que no tengan documentos o visas… que se puedan llevar a tu tía, tu tío o tu hermano”.

Jonathan Vickburg, un terapeuta que aconseja a estudiantes en escuelas del sur de Los Ángeles a través del Cedars-Sinai Psychological Trauma Center, habló el miércoles con alumnos de secundaria. La charla incluyó temas como el cuidado individual, la democracia y hasta “El rey león”. “Un estudiante comentó que era como cuando Scar se convierte en rey de Pride Rock”, narró Vickburg. “Y todos dijeron: ‘Queremos a Mufasa nuevamente’”.

En el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD), donde tres cuartas partes de los alumnos son latinos pero un tercio de los profesores son blancos, hablar de forma franca con un maestro o consejero blanco puede ser difícil, afirmó Vickburg. “Todo lo que puedo hacer es escuchar, estar presente, no ponerme a la defensiva y tratar de ser otra persona con la que puedan entablar una conversación abierta”, aseguró Vickburg, quien además remarcó que los profesores deberían preguntar a los estudiantes qué necesitan.

Para los alumnos más pequeños, las necesidades pueden ser más difíciles de determinar. Marcia Reed, directora de la escuela primaria 186th Street Elementary School, en el sur de Los Ángeles, relató que algunos de sus estudiantes llegaron a clases expresando mucha tristeza. Después de todo, en la elección simulada realizada en la escuela, Hillary Clinton había ganado fácilmente.

“Vamos a seguir adelante y a seguir siendo respetuosos”, sostuvo Reed. “El mensaje que les estamos dando a nuestros hijos es que estamos agradecidos de que todos hayamos tenido opciones”.

Si deseas leer la nota en inglés, haga clic aquí.

Traducción: Diana Cervantes

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