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Detienen a sospechosos de tráfico de armas y droga en el Valle de San Fernando

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Agentes federales armados con cascos y chalecos antibalas llevaron a cabo una redada cercada por la oscuridad en la madrugada del miércoles, en San Fernando, como parte de una operación mayor contra sospechosos de tráfico de armas y estupefacientes.

Momentos después de que la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés) diera la orden de abrir la puerta, los agentes ingresaron a la propiedad, ubicada al 1400 de Coronel Street, cuyos residentes vivían en una situación que luego se describió como ‘de hacinamiento y abandono’.

Los agentes llevaron a un hombre esposado y a una mujer al exterior de la casa y, poco después de las 4 a.m., recuperaron cuatro armas, alrededor de $10,000 en efectivo y metanfetamina.

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Los sospechosos, identificados como Anival Álvarez, de 41 años, y Maribel López-Reyes, de 30, fueron acusados de conspiración para distribuir metanfetamina y dos cargos de distribución de un cuarto de libra de droga, señalaron las autoridades.

La vivienda de la pareja fue una de las varias en el Valle de San Fernando que este miércoles fueron requisadas por la policía de L.A. y los agentes federales como parte de una investigación conjunta que, durante seis meses, realizaron las dos agencias. Diecisiete personas fueron arrestadas por cargos federales y estatales por armas de fuego y drogas, incluyendo ocho de ellas durante este miércoles. Otras tres están fugitivas.

Los funcionarios señalaron que los sospechosos, con apodos como “Dragón” y “Trippy”, son parte de un mundo secreto de corredores de armas y criminales violentos en todo el Valle de San Fernando, y partes de Palmdale y Lancaster. También se cree que están involucrados en tiroteos.

“Al trabajar con el LAPD fuimos tras los responsables de estos delitos violentos en el Valle de San Fernando… Ellos proveían las armas o las usaban”, señaló el agente especial de la ATF a cargo, Eric Harden, quien supervisa la división de campo de L.A.

Como una triste posdata de la operación, el Departamento de Servicios a Niños y Familias tomó en custodia a 14 menores y los colocó en el sistema de cuidados de protección.

La investigación conjunta, denominada Crime Area Gun Enforcement (CAGE), se concentró en personas involucradas en tiroteos de pandillas tales como Blythe, Langdon, Pacoima y San Fer. Durante la investigación, los agentes recuperaron una escopeta de cañón corto, pistolas y silenciadores. Al menos 10 armas más fueron recuperadas el miércoles por la mañana.

En un vecindario de Granada Hills, agentes de ATF SWAT montaron en un vehículo blindado y allanaron una casa donde encontraron más de una docena de personas. Las autoridades explicaron que algunos estaban bajo la influencia de drogas. Momentos antes, un agente encubierto había atestiguado un acuerdo por drogas llevado a cabo en la acera de la vivienda.

Los funcionarios federales relataron que, como parte de la investigación, un agente encubierto se instaló en el Valle de San Fernando y gastó miles de dólares para comprar un arsenal de armas ilegales a traficantes, entre ellas rifles de asalto sin número de serie. El agente le decía a los vendedores que podría deshacerse de las armas que habían “realizado su trabajo” -lenguaje callejero que significa ‘participado en tiroteos’-. Este miércoles, cuando fueron arrestados, los traficantes descubrieron que el hombre que compraba sus armas era un agente de la ATF.

Además de las armas incautadas, las autoridades han recuperado 18 libras de metanfetamina. Los investigadores también descubrieron dos lugares donde se fabricaban y vendían en secreto rifles de asalto. Durante la investigación, las autoridades también compraron 400 cartuchos de munición y narcóticos, entre ellos marihuana y cocaína.

En una casa, un sospechoso acusado de venta de droga y cargos federales de conspiración, fue trasladado esposado, mientras otros de los habitantes de la vivienda se estremecían en la acera con el frío de la madrugada.

El jefe del LAPD, Charlie Beck, quien asignó a 11 oficiales a la investigación, señaló que eliminar las armas de las calles es una prioridad del departamento. “Eliminar incluso una pistola significa que habrá un angelino menos atacado o asesinado”, expresó.

Si desea leer la nota en inglés, haga clic aquí.

Traducción: Valeria Agis

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