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Mesero despedido por pedir ‘prueba de residencia’ a latinas en un restaurante exclusivo de Huntington Beach

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Brenda Carrillo no estaba segura de haber oído bien al mesero. Ella y su amiga acababan de sentarse y estaban esperando por otras dos personas en el patio exterior de Saint Marc, un restaurante exclusivo en Huntington Beach, cuando escucharon la pregunta. “¿Puedo ver su prueba de residencia?”, les preguntó el mesero.

Su amiga repitió la pregunta con incredulidad, recuerda Carrillo, y el mesero respondió: “Necesito asegurarme de que ustedes son de aquí antes de poder atenderlas”.

Las dos mujeres permanecieron en silencio. “Fue difícil de procesar, porque jamás habíamos experimentado algo semejante”, dice Carrillo, de 23 años, quien vive en Santa Ana y trabaja para una organización que proporciona servicios sociales a jóvenes y familias.

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Momentos después, Diana, la hermana de Carillo, y otra amiga, llegaron al sitio. A ellas también se les preguntó lo mismo. Las cuatro mujeres hablaron con el gerente, quien se disculpó y se ofreció a sentarlas en otra parte del lugar, pero todas se negaron y abandonaron el restaurante.

Al principio, el grupo de amigas pensó que el mesero estaba bromeando. “Pero no sonreía”, narra Diana Carrillo, de 24 años de edad, quien trabaja en una compañía de corretaje hipotecario. “No había indicación alguna de que estuviera bromeando o incluso coqueteando con nosotras”.

Diana Carrillo afirma que el encuentro las sacudió. “Nunca me había sentido tan juzgada en toda mi vida… Sentí un escalofrío en el cuerpo”.

Horas más tarde, todavía enojada, Diana decidió publicar un comentario acerca del hecho en Facebook y Yelp. En cuestión de horas, más de una docena de personas habían respondido y dejado críticas negativas.

Después de esas publicaciones, la dirección del restaurante intentó disculparse con Diana. A través de declaraciones en Facebook e Instagram -que luego fueron borradas- informaron que el mesero había sido despedido y que “ese tipo de comportamiento no sería tolerado”.

En una declaración separada enviada a The Times, la gerencia del lugar de comidas aseguró que las acciones del trabajador “no son para nada representativas” de los empleados ni la dirección del restaurante. “Siempre hemos celebrado ser parte de la diversa comunidad de Huntington Beach, lo cual significa valorar a todos nuestros clientes y tratar a todos con respeto”, señala el escrito.

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Kent Bearden, director sénior de operaciones de Saint Marc, remarcó que el lugar jamás había experimentado un problema similar con ese mesero, quien “no era un empleado nuevo”.

Diana Carrillo sostiene que, cuando le contó a su madre acerca del incidente, ésta “perdió la cabeza”. “Estaba enojada, triste”, afirmó Guillermina Carrillo por teléfono, este sábado. “Es inaceptable. Es algo que no debería ocurrir, no aquí, ni a nadie”.

Guillermina Carrillo, de 52 años, llegó a los EE.UU. hace más de tres décadas y es ciudadana hace dos. La mujer hizo malabares con dos empleos mientras criaba sola a sus cuatro hijas. Ahora es guardia de seguridad en Segerstrom Center for the Arts, donde ha trabajado por más de 20 años, y tiene un segundo empleo planchando prendas para una marca de moda femenina de lujo. En total, la mujer trabaja más de 12 horas al día, seis días por semana.

“Crié a mis hijas y les enseñé a trabajar, a ser buenas personas… Yo he trabajado duro todos estos años”, afirmó, conmocionada.

Brenda se describe a sí misma y a su hermana como “latinas de piel clara”, y sabe que no sufren tanto racismo como otros en su comunidad. “Esto que ocurrió nos ha abierto los ojos”, manifiesta. “Me ha hecho pensar, cuando voy a una tienda ¿la gente me mira mal?”.

La joven asegura que no está tan preocupada por ella o su hermana porque ambas nacieron en California. Sin embargo, reconoce, “estoy más consternada por otras personas de mi comunidad, los inmigrantes. Si esto les ocurriera a ellos, estoy segura de que tendrían demasiado miedo para hablar”, expone.

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En tanto, Bearden, de Saint Marc, aseveró que el restaurante ofreció recibir a Brenda Carillo y sus amigas como “invitadas VIP” este fin de semana, y donar el 10% de las ventas del fin de semana a una organización de caridad de su preferencia.

Las jóvenes declinaron la oferta de volver al restaurante, pero pidieron que done el diezmo de sus ingresos a Orange County Immigrant Youth United, una entidad con sede en Santa Ana que aboga por los inmigrantes indocumentados.

Bearden confirmó que cumplirán con los deseos de las mujeres y añadió que los comentarios en las redes sociales fueron borrados “porque las circunstancias evolucionaron” y se resolvieron internamente. Sin embargo, Brenda y Diana Carrillo están decepcionadas con ello.

“Para nosotras, significa que no lo han sentido tanto realmente”, expuso Brenda.

Si desea leer la nota en inglés, haga clic aquí.

Traducción: Valeria Agis

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