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Cada vez más gente elimina el servicio de cable, aunque no siempre es más barato

(Gwen Keraval / Los Angeles Times)
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Tahlia Hein se mudó a la ciudad de Nueva York con un presupuesto ajustado y sin TV. Cuando finalmente, junto con sus compañeros de apartamento, compraron una, sumar el gasto extra del cable a un estimado de $50 dólares cada uno para cubrir las utilidades simplemente no resultaba factible. Así, optaron por suscribirse a los servicios de streaming de TV, como Netflix y Sling TV. Cortar el cable, aseguró Hein, “fue muy liberador”.

Dejar de lado la TV por cable y por satélite es una decisión cada vez más común: uno de cada siete estadounidenses lo ha hecho, y un 9% adicional jamás ha contado con ese servicio, según Pew Research Center. En los primeros tres meses del año, los servicios de cable y satélite perdieron alrededor de 762,000 suscriptores, aproximadamente cinco veces más que el mismo período del año pasado, según la firma de investigación MoffetNathanson.

Con el precio mensual promedio de la TV por cable o satélite ubicado en los $100 dólares promedio en los EE.UU., cortar el cable puede ahorrar a los consumidores cientos de dólares cada año. Al menos hasta que comienzan a suscribirse a los servicios alternativos de transmisión.

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El corte de la TV por cable se considera una revolución favorable del consumidor, que permite a la audiencia pagar sólo por el contenido que disfruta. Pero, a medida que el mercado se satura y se vuelve más competitivo, es incierto si los servicios exclusivamente digitales resultarán necesariamente menos costosos que el cable y el satélite a los que están suplantando rápidamente.

Eso ya está claro para los consumidores que dependen de múltiples servicios de streaming, como Hein, que terminó suscribiéndose a Sling TV, Netflix, CBS All Access y Amazon Prime. “Sling es como he visto cable en el último año”, afirmó. “Pero es también una suscripción pesada para mantener”.

Su situación no es única, según Ian Olgeirson, analista de la división Kagan de S&P Global Market Intelligence. “Hemos visto a los consumidores quejarse de los gastos al mismo tiempo que los aumentan”, señaló.

Con más de 130 servicios de streaming (también señalados como excesivos), una mezcolanza de cajas y palancas -como Roku y el Google Chromecast para ver en televisores, y DVR en la nube- los productos adaptados abundan.

Las plataformas de video a demanda, como Netflix y Amazon Prime Video, cuentan con miles de películas y programas de TV disponibles en cualquier momento, así como programas originales. Con sólo unos pocos dólares al mes, ayudan a impulsar muchas de las alternativas digitales y continúan atrayendo tanto a los cortadores del cable como a los suscriptores de la TV paga por igual.

Ofrecimientos más costosos, como Sling TV, PlayStation Vue, DirecTV Now y la recientemente anunciada Hulu With Live TV crecen en popularidad. Con tarifas básicas cercanas a los $20 y $40 por mes, estos pretenden replicar la experiencia de la TV en vivo con decenas de canales en tiempo real.

Hasta hace poco, la programación deportiva en vivo era casi imposible de ver sin una suscripción de TV por cable. Pero ahora, los aficionados pueden obtener paquetes adicionales a través de Sling TV, por $45 al mes, y fuboTV, que comienza en $14.99 al mes.

Adicionalmente, hay numerosos servicios de nicho, como Crunchyroll, un servicio de streaming de animé, por $6.95 al mes; Acorn TV, dedicado a contenidos británicos, por $4.99 mensuales, y Curiosity Stream, una plataforma de documentales, por $2.99 al mes.

Individualmente, estos servicios son mucho menos costosos que los paquetes de TV por cable. Pero para aquellos espectadores cuyos programas preferidos no están cubiertos por un sólo proveedor, los precios pueden escalar rápidamente. “Algunos consumidores comprenden que esos paquetes más pequeños no les proporcionarán todos los contenidos que desean”, afirmó Olgeirson. “Estamos entrando en una fase de mayores opciones, pero en ella los consumidores no tienen la máxima ventaja”.

La ‘máxima ventaja’ permitiría a los usuarios pagar por sólo los programas que desean, por ejemplo el fútbol de la NFL, “House of Cards”, programación de noticias locales y Nickelodeon. Pero, por ahora, eso podría requerir la compra de una antena y de suscripciones a DirecTV Now, Netflix y PlayStation Vue.

Ello se debe a lo que el analista de telecomunicaciones Craig Moffett llama ‘la cadena de valor’. Los estudios realizan programas que están vinculados con canales, que a su vez están atados a conglomerados de medios, que se incluyen en un amplio paquete de un proveedor de cable o satélite. “Cuando la gente habla de ‘disociar’ significa disociar canales individuales entre sí”, afirmó Moffett. “Los clientes encuentran muy frustrante que seleccionar canales individuales no sea una opción posible”.

Sumado a ello, además de los costos de suscripción, está esa molesta cuenta de internet. Según el analista Bruce Leichtman, de Leichtman Research Group, en 2016 el costo promedio del servicio de TV paga en todo el país, incluidos los planes conjuntos con banda ancha e individuales, era de $103 por mes. Conforme Kagan, el precio del acceso a internet únicamente -sin TV paga- fue de $52.29 por mes en el primer trimestre de 2017.

Por lo tanto, hipotéticamente, si alguien que prescinde del cable paga la tarifa promedio por un paquete únicamente de internet y se suscribe al servicio de TV en vivo de Hulu ($39.99 por mes) y a YouTube Red ($9.99 por mes), terminará pagando $102.27 -un ahorro de $0,73 centavos al mes comparado con el típico paquete de TV e internet-. Si se le suma Amazon Prime Video ($8.99 al mes) o cualquier otro servicio de deportes, el corte del cable se convierte en la opción más costosa.

No es difícil hallar una combinación de streaming que coincida o supere los costos promedios del cable. Y los precios de estos servicios podrían aumentar en el futuro. Aunque las tarifas de banda ancha no parecen subir sustancialmente en general, existe la posibilidad de que el corte del cable algún día lleve a los proveedores a aumentar sus facturas mensuales de internet, para mitigar la pérdida de los clientes del cable, estimó un informe de MoffettNathanson.

Con una fuerte correlación entre la cantidad de video consumido y la velocidad de internet que los consumidores creen que precisan, los proveedores podrían posiblemente venderle a sus clientes paquetes de banda ancha más costosos. También podrían incrementar el precio del servicio individual de internet, o simplemente aumentar las tarifas para todos.

Los esfuerzos del gobierno de Trump para desalentar las reglas de neutralidad de la red -posibilitando potencialmente a los proveedores de internet que ofrezcan un tratamiento privilegiado a ciertos sitios web y servicios- podría también aumentar los costos de los productos de streaming.

“Sin esas reglas, las compañías de cable serán libres de degradar la calidad de video de cualquier servicio de transmisión que busquen perjudicar”, afirmó Joshua Stager, abogado de políticas del Open Technology Institute, perteneciente a la New America Foundation. Todo ello podría redundar en servicios más costosos para los clientes.

Los proveedores de internet, resaltó Stager, “también podrían forzar a los servicios de streaming a pagar tarifas de acceso onerosas, cuotas que seguramente serían traspasadas a los consumidores”. El presidente ejecutivo de Sling TV, Roger Lynch, afirmó al respecto: “Es un riesgo para todos los servicios”.

Otro riesgo: los aumentos de precios debido a la escasez de los contenidos específicos que hacen de estos servicios algo tan popular en primer lugar. Netflix, Hulu y Amazon han ayudado a inaugurar otra época de oro de la TV gracias a sus ambiciosos programas, como “Orange Is the New Black” “The Handmaid’s Tale” y “Transparent”. Así, han provocado una demanda de alta calidad e imaginación en la narrativa, que los estudios están dispuestos a satisfacer. Estos programas, sin embargo, no son baratos o sencillos de hacer. A pesar de los esfuerzos de los estudios para acelerar la producción, existe la posibilidad de que la demanda de esta programación en servicios de streaming y canales de TV supere la oferta, lo cual podría aumentar los costos.

Aunque la competencia entre los servicios de transmisión podría frenar algunos incrementos de precio, si los costos aumentan en toda la industria es de esperar que sean los consumidores quienes deban pagar la factura.

Cuestiones de costos al margen, es muy posible que se acelere la tendencia del corte de cable. Emarketer estima que los cortadores de cable y aquellos que jamás han estado suscritos a la TV paga crecerán de 51 millones en 2017 a más de 66 millones en 2020.

Hein no estará entre ellos. Después de ver que su factura combinada por internet y servicios de streaming escalaba a alrededor de $112 al mes, la mujer de 31 años de edad, quien trabaja en medios digitales, llamó a una compañía que le ofreció un paquete de internet y cable a sólo $20 más de lo que pagaba anteriormente. El costo es mayor, pero también la conveniencia: ya no tendrá que perder el tiempo con diferentes aplicaciones para hallar sus programas favoritos.

Así, el pasado viernes comenzó su transición de vuelta al cable, aunque no descarta totalmente la suscripción a los servicios de streaming. Hein estaría encantada de pagar por un canal enteramente dedicado a la saga “Law & Order”. “No puedo creer que aún no exista”, afirmó. “Pagaría mucho dinero para suscribirme a ello”.

Si desea leer la nota en inglés, haga clic aquí.

Traducción: Valeria Agis

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