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Leo Santa Cruz perdió el invicto, pero su padre recuperó la salud en 2016

(Showtime / Handout)
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No ha sido el mejor de los años para el excampeón del mundo Leo Santa Cruz, quien sufrió su primera derrota como profesional ante Carl Frampton en julio pasado.

Pero hay algo en esta época del año para Santa Cruz que le ha quitado el dolor y lo ha hecho estar agradecido con lo que la vida le ha dado.

Su agradecimiento comienza con su papá y entrenador, José, quien se recuperó de una seria batalla de cáncer de huesos en la espina dorsal, la cual lo dejó en una silla de ruedas a principios de año. Requirió quimioterapia y minimizó el tiempo que estuvo con su hijo en los entrenamientos.

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Santa Cruz (32-1-1, 18 KOs) no pudo con el poderoso supergallo Frampton (23-0), quien lo venció por decisión mayoritaria en Brooklyn.

“No tuvimos el mejor plan de pelea para ganar la pelea”, dijo Santa Cruz después de que su papá se perdió las primeras cinco semanas de entrenamiento y su voz se debilitó durante la pelea.

“Mis hermanos y yo practicamos de la misma manera que cuando mi papá me entrenaba, pero cuando llegó la pelea, era claro que mi papá quería que peleara de otra forma. Nos confundimos, y nos distrajimos tratando de ponernos de acuerdo en un plan”, dijo el ‘Terremoto’.

Pero en este campamento José Santa Cruz ya está saludable y Leo está adelantado por dos semanas en el entrenamiento. Actualmente tiene sesiones de sparring de 10 rounds y sus golpes son más precisos y poderosos, dos cosas que podrían ser vitales para vencer a Frampton el 28 de enero en la revancha en el MGM Grand de Las Vegas.

“Mi papa está aquí, empujándome, gritándome, diciéndome qué hacer”, dijo Leo. “Si hago algo mal, me grita. Es lo que necesito. Lo necesito aquí, gritándome, haciéndome que escuche”.

La Navidad de los Santa Cruz será en casa de Leo en La Habra, donde estarán sus padres y cuatro de sus hermanos boxeadores, junto a los nietos de José.

Leo le ha dicho a su papá que está agradecido de tenerlo con él, vivo y jugando con su hija, de 4 años. “Cuando estoy descansando y pensando, las cosas de las que realmente estoy agradecido es que mi familia tiene salud y el lugar en donde estoy en mi vida. He alcanzado todo lo que realmente soñé: tres casas y autos”, dijo.

“Tengo más de lo que siempre quise. No lo puedo creer. [Valió la pena] todo lo que sufrí cuando estaba creciendo, porque ahora le puedo dar a mis niños todo lo que ellos quieran”, indicó. “Esa primera derrota fue difícil, pero mis aficionados me han hecho creer que no es tan importante. Aún me apoyan, me empujan y me dan esperanzas. Nadie es invencible”.

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