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Nuevas tradiciones para celebrar la Semana Santa

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EFE

DENVER.- Los hispanos en Estados Unidos se aprestan a celebrar la tradicional Semana Santa en medio de los cambios culturales que se reflejan en esta comunidad, cuyo marcado arraigo católico se empieza a difuminar entre un sector de esta población que prefiere nuevas celebraciones sin conexiones religiosas.

“La Semana Santa y especialmente el Domingo de Resurrección constituyen el elemento fundamental de la fe cristiana y como tales deben ser celebrados. No se trata ni de una fiesta de primavera ni de una reunión familiar”, comentó el guatemalteco Tito Cabrera, pastor a cargo de una congregación de la Iglesia Wesleyana en Commerce City al norte de Denver, Colorado.

“Nos reunimos para celebrar el milagro de la resurrección. Ese es el mensaje que nos trae esperanza para nuestras vidas”, agregó.

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Este domingo, Cabrera y su congregación, compuesta por varias docenas de familias de inmigrantes mexicanos y centroamericanos, tendrán su primer servicio de Semana Santa en su propio “templo” (estrictamente, un salón de reuniones de un restaurante local), en vez de reunirse en casas, como lo hacían anteriormente.

“Cantaremos himnos, leeremos pasajes bíblicos, oraremos y predicaremos el mensaje del evangelio. Así lo hemos hecho siempre”, indicó el religioso.

Pero no todos prefieren una celebración tan tradicional, sino que se inclinan por una presentación más actualizada del mensaje cristiano.

Por ejemplo, en el inicio de la Semana Santa, la Iglesia Cristiana del Suroeste en Parker (Colorado) presentó La Espina, una obra de teatro traducida del inglés al español que recrea la historia de la muerte y resurrección de Jesucristo en forma de “un espectáculo acrobático y musical al estilo de Broadway”.

Antes de pasar por la zona de Denver, La Espina se presentó en Fort Worth (Texas), Kansas City (Kansas) y luego en Colorado Springs (Colorado) y en Sacramento (California). Y este fin de semana se verá en Nashville (Tennessee). Se anticipa que más de 10.000 personas asistirán en total a ver esta representación.

La Espina dura dos horas, según la información provista por sus organizadores, tiene un elenco de cientos de personas e incluye música en vivo, danza, efectos especiales, gimnasia acrobática, artes marciales, escenarios virtuales y pirotecnia.

De hecho, la obra es presentada como “la mayor producción teatral religiosa del mundo” que “cuenta la historia de lo que sucedió en la primera Pascua como nunca antes”, incluyendo “el enfrentamiento de ángeles y demonios” en el aire sobre el escenario.

Para María Barraza, una inmigrante mexicana que llegó a Colorado hace dos décadas en su adolescencia, ese tipo de presentaciones en las que se enfatiza “el espectáculo por sobre el mensaje” se alejan demasiado “de la fe católica que me enseñó mi abuela”.

Pero eso no significa que Barraza celebrará la Semana Santa como lo hacía de niña con su abuela en México, ya que su esposo no es católico (pertenece a otro grupo cristiano), como tampoco lo son sus padres que dejaron el catolicismo al llegar a Estados Unidos para convertirse a otra religión no cristiana.

“He encontrado que la mejor forma de celebrar la Semana Santa es llevar a mis tres hijas a un parque para buscar los huevos de Pascua pintados junto con otros niños”, dijo Barraza.

“Así pasamos un buen tiempo en familia y además no hay debates sobre cuál es la religión verdadera”, agregó.

Barraza no es la única que prefiere evitar los servicios religiosos, sin por eso comprometer ni su fe ni su devoción. De hecho, esa parece ser una creciente tendencia entre los adultos hispanos en Estados Unidos.

Según un reporte difundido esta semana por LifeWay Research, una organización nacional dedicada a encuestas de opinión sobre religión, los hispanos, más que cualquier otro grupo de adultos consultado, consideran “inútil” asistir a la iglesia, aunque no por eso desmerecen el mensaje de la iglesia.

El sondeo encontró que la mayoría (55 por ciento) de los hispanos adultos en Estados Unidos sostiene que es apropiado ir a la iglesia, pero a la vez uno de cada cinco de esos hispanos (20 por ciento) considera que esa actividad es “inútil”.

Como comparación, sólo uno de cada diez (11 por ciento) de los adultos no hispanos comparte esa opinión. De hecho, el 92 por ciento de los blancos y el 74 por ciento de los afroamericanos encuestados se expresó a favor de los beneficios de ir a la iglesia.

Sin importar el origen étnico, el 66 por ciento de los estadounidenses considera “admirable” ir a la iglesia y casi el 90 por ciento dice que es “aceptable”.

Una posible razón para explicar la creciente renuencia de los hispanos para asistir a la iglesia, incluso en Semana Santa, es que los latinos tienen “expectativas culturales distintas” que los otros grupos como motivación para asistir a servicios religiosos, aseveró Scott McConnell, vicepresidente de LifeWay, al presentar los resultados de la encuesta.

Y muchas congregaciones, especialmente aquellas que carecen de diversidad étnica, no cumplirían con esas expectativas.

“Vengan a celebrar la esperanza con música y una buena comida comunitaria y todos esos cuestionamientos desaparecerán”, sostuvo el pastor Cabrera.

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