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Apoyan a jóvenes en su regreso a México

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Una empresa de tecnología en México ofrece una nueva oportunidad a los jóvenes que han decidido cruzar hacia el sur de la frontera ante los temores a ser deportados de Estados Unidos.

La empresa Hola Code luce como cualquier otra academia de programación, con más de 20 jóvenes sentados frente a las computadoras ansiosos por aprender desarrollo de software y conseguir un buen trabajo, de acuerdo con un reportaje del periódico The Wall Street Journal.

Pero los estudiantes beneficiados por la empresa sin fines de lucro tienen historias de vida inusuales: la mayoría son ciudadanos mexicanos que crecieron en Estados Unidos, tras ser llevados por sus padres cuando eran niños de manera ilegal, por lo que decidieron partir para evitar la deportación.

Sin embargo, ahora tienen una segunda oportunidad para el sueño americano en México.

Bajo las mismas políticas estadounidenses que los impulsaron a México, en combinación con una creciente necesidad global de programadores y salarios que representan alrededor de una cuarta parte de lo percibido en Silicon Valley, Hola Code busca impulsar una creciente industria de programación al sur de la frontera de Estados Unidos.

“Hasta hace poco, México no había sido una opción tan atractiva para las empresas estadounidenses debido a la falta de ingenieros de software y personas que hablaran inglés. Nosotros podemos ofrecer ambos “, afirmó Marcela Torres, fundadora de Hola Code con 30 años de edad, al diario estadounidense.

En esta empresa, los estudiantes se parecen a los de las escuelas de programación de San Francisco y Austin.

La mayoría son millennials, hablan inglés y usan sus teléfonos celulares durante los descansos.

En Estados Unidos existe un número cada vez mayor de compañías de software como Oracle Corp., Amazon.com Inc. y una gran cantidad de nuevas empresas, las cuales impulsan contrataciones ahora también en México.

Las firmas tecnológicas estadounidenses actualmente sufren una escasez de ingenieros de software, lo que lleva a una batalla por el talento y los costosos salarios.

Una solución a largo plazo para este problema es la contratación de inmigrantes en Estados Unidos, la cual se ha vuelto más complicada con las medidas migratorias cada vez más duras, la cual ha alcanzado la capacidad de obtener visas estadounidenses especializadas para trabajadores calificados, conocidas como H-1B.

“Las restricciones a la migración a Estados Unidos nos ofrecen una oportunidad. Si hay un ingeniero inteligente del Medio Oriente o Asia que no puede obtener una visa, eso deja más talento para nosotros”, señaló Errette Dunn, Director de Rever, una pequeña empresa de software que cuenta con ocho empleados en Guadalajara y México, y la cual espera duplicar sus cifras para finales de 2018.

Los funcionarios mexicanos consideran la ciudad de Guadalajara, Jalisco, con sus 115 mil trabajadores en el sector tecnológico, como un centro tecnológico en crecimiento que está mucho más cerca a Estados Unidos que otros centros de tecnología como la India.

De acuerdo con un sitio de internet del Gobierno del estado define a la capital, Guadalajara, como el Silicon Valley de México como parte del plan para atraer inversionistas extranjeros.

Empresas como Wizeline, una firma de tecnología de San Francisco que planea contratar a algunos de los graduados de Hola Code en su oficina de Guadalajara, ha más que duplicado su número de empleados en dicha ciudad a aproximadamente 330 respecto al año anterior, según el director, Bismarck Lepe.

En Wizeline se desarrolla software para clientes como Nike o NewsCorp, la compañía propietaria del periódico The Wall Street Journal.

La compañía también atrae talento del extranjero como Ziad Mohamed, uno de los ocho ingenieros de software egipcios que llegaron a Guadalajara para vivir su sueño de Silicon Valley que manifestó su preocupación por el creciente sentimiento antiinmigrante y antimusulmán en Estados Unidos.

“Es difícil para los egipcios obtener visas, y uno se pregunta cómo será bienvenido”, señaló Mohamed, quien llegó a México en 2017, cuando convenció a su mejor amigo, Mohamed Issa, para que se uniera a él, para representar juntos una de las 16 nacionalidades de la compañía.

En su labor específica con los dreamers mexicanos, Wizeline ofrece oportunidades de trabajo a jóvenes que podrían enfrentar el proceso de deportación por su estadía ilegal en territorio estadounidense tras el fin anunciado de DACA, el programa que les permitía trabajar y estudiar.

“Quiero que lleguen más inmigrantes (a México)”, afirmó el director de la empresa.

“Les digo ‘entiendes la cultura de Estados Unidos, hablas inglés, y todas estas multinacionales te quieren’”, subrayó.

En un inició Marcela Torres, fundadora de Hola Code, se encargó del reclutamiento de los jóvenes desde las afueras de los centro de llamadas, donde muchos dreamers llegados a México han encontrado una alternativa de trabajo.

Ella ofreció a los futuros estudiantes pizza y cerveza, mientras les explicó las reglas: estudio de seis días a la semana, 12 horas al día y recibir enseñanza gratuita y un paga de 250 dólares al mes para ser reembolsado una vez que encuentran empleo en las empresas de software.

“Yo pensé que era algún tipo de estafa o demasiado bueno para ser verdad”, comentó César Tapia, de 29 años y quien creció en Los Ángeles para después regresar a México en 2012 debido a su falta de estatus legal en Estados Unidos.

“Pero ahora siento que he encontrado una familia completamente nueva”, subrayó.

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