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Acusan complicidades por Ayotzinapa

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Al entregar el premio Amalia Solórzano al director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, Abel Barrera advirtió que en el Caso Ayotzinapa hay complicidades de funcionarios del Estado.

En una ceremonia realizada en el Palacio de Minería, Cuauhtémoc Cárdenas destacó que en muchas ocasiones Abel Barrera y su equipo han sido los únicos en defender casos de violaciones a derechos humanos como ejecuciones extrajudiciales y desaparición de personas.

El fundador del PRD resaltó que desde hace más de tres años Barrera lucha por la verdad y la justicia en la desaparición forzada de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa.

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Al respecto, Cárdenas advirtió que, a pesar de haber detenidos, existen otros autores intelectuales que gozan de la impunidad.

“Se tiene conciencia, por lo tanto, que existen otros responsables, autores materiales o intelectuales a quienes de diferentes maneras autoridades del Estado han venido protegiendo con impunidad, evitando así que se enfrenten a la justicia”, advirtió Cárdenas.

“Al proceder así, se autoinculpan los integrantes de las distintas cadenas de mando, autoridades municipales, estatales y federales, policías judiciales, y procuradurías estatales y de la República, Secretaría de la Defensa Nacional, hasta llegar al titular del Poder Ejecutivo de la Federación”.

Para Cuauhtémoc Cárdenas, los primeros interesados en “no mantenerse como delincuentes” deberían ser las ms altas autoridades de las diferentes instituciones involucradas, directa e indirectamente, en el caso.

“De no hacerlo así seguirán compartiendo la culpabilidad de las, hasta ahora, 43 desapariciones forzadas y tarde o temprano conocer· lo sucedido la opinión pública”, advirtió.

Al recibir el reconocimiento que otorga el Centro Lázaro Cárdenas y Amalia Solórzano, Abel Barrera advirtió que llega en un momento devastador por la violencia y la impunidad que impera en México.

El galardonado recordó que el ex Presidente recorrió la zona de la montaña y lamentó que ahora no se pueda hablar de una erosión del Estado, sino más bien de su ausencia total.

“Los derechos humanos llegaron tarde a la agenda progresista de México y fueron incorporados en la gramática de las luchas sociales con desconfianza”, reflexionó Barrera.

“La transición política que vivimos en México, con la alternancia en el Ejecutivo, refrendó esa desconfianza. Los magnos avances alcanzados con la adopción de reformas legales pensadas en el plano en derechos humanos y la adhesión a múltiples tratados internacionales no repercutieron en una mejor garantía de los derechos civiles, políticos, sociales y culturales”.

Aunque, advirtió, que los saldos de la violencia no permiten ningún tipo de optimismo, ya que enlistó chumo las comunidades indígenas, sin usar el término de derechos humanos, se han organizado y ganado luchas que refrendan sus derechos.

“Las madres y los padres de los 43 estudiantes desaparecidos han irrumpido en la escena nacional para desenmascarar el pacto de impunidad que coexiste ente las altas esferas del poder y las organizaciones criminales”, dijo.

“Las madres y los padres, a más de tres años, son el reservorio moral de un país de muertos y desaparecidos, un país que nos duele”.

Al término de su discurso, Barrera hizo suyo el grito “°Porque vivos se los llevaron!”, que fue respondido al unísono por los asistentes, entre ellos el Rector de la UNAM y el director del IPN: “°Vivos los queremos!”.

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