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Un acuerdo allana el camino para que el LAUSD apruebe los permisos de la mayoría de las escuelas charter

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Los líderes de las escuelas charter dieron muestra de su poder con el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD) este martes y ganaron algunas concesiones del distrito en ciertas normas operativas.

Pero no llegaron a cumplir todas sus exigencias, lo cual podría haber provocado el cierre de escuelas y una pelea pública vergonzosa.

Dieciséis charter corrían riesgo de cierre cuando se negaron a seguir las reglas del distrito. Pero el acuerdo, anunciado en la reunión del martes por la superintendente interina, Vivian Ekchian, derivó en la recomendación de aprobación para la mayoría de estas escuelas.

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Una victoria clave, de acuerdo con las charter, es que ya no se verán obligadas a elegir al LAUSD como la agencia que supervise o proporcione servicios a los estudiantes discapacitados. También debería resultarles más fácil alcanzar acuerdos de largo plazo para espacios en los campus propiedad del distrito.

Lo más significativo, tal vez, es que los administradores del segundo sistema escolar más grande del país se comprometieron a revisar las políticas del distrito y recomendar cuáles deberían aplicarse a las charter, y cuáles no. Esas recomendaciones luego serán votadas por la Junta de Educación, que por primera vez tiene una mayoría elegida con fondos de patrocinadores de escuelas charter.

El LAUSD cuenta con más charter que cualquier otro sistema escolar. Estas escuelas inscriben a más de 110,000 estudiantes, alrededor del 19% del total del distrito.

La pelea entre las charter y el LAUSD fue por el lenguaje con el cual el distrito exigía que las charter acuerden en sus peticiones, que funcionan como acuerdos operativos de cinco años. Las charter que no cumplan con las cláusulas pueden sufrir la revocación de su permiso. Con el tiempo, el lenguaje se ha ampliado en longitud y complejidad, e incluso incluye una disposición general para seguir las políticas del distrito. Lo que esto significaba en términos prácticos no está claro, porque la ley estatal exime a las charter de las disposiciones generales del código de educación. Estas escuelas operan de forma independiente bajo sus propios consejos de administración.

“Las charter acordaron políticas que nunca supieron que existían, y que eran un objetivo en movimiento”, afirmó Nick Melvoin, un miembro de la junta recientemente electo y perteneciente a la nueva mayoría. Melvoin trabajó con su personal detrás de la escena para llegar a un acuerdo. “Este fue un grupo de adultos que se unieron para poner a los niños primero”.

Pero no todos lo vieron de esa forma. En una conferencia de prensa antes de la reunión, un grupo de padres de familia y profesores organizados por el sindicato de maestros pidió el fin del “ambiente no regulado que los operadores de charter y sus cabilderos protegen a toda costa”, afirmó el sindicato Maestros Unidos de Los Ángeles en un comunicado de prensa.

Sus oradores también pidieron a Ref Rodríguez que se recuse de votar porque enfrenta cargos políticos por lavado de dinero y acusaciones separadas por conflictos de intereses durante su mandato y al frente de la red de escuelas charter que él cofundó. Rodríguez no respondió el martes, aunque negó haber actuado de forma indebida.

Finalmente, Rodríguez no se abstuvo, pero felizmente para los patrocinadores de escuelas charter, el acuerdo que elaboraron no dependió de su voto.

Ekchian presentó el compromiso con una breve declaración, en la cual afirmó que la responsabilidad y los requisitos de supervisión del distrito no habían disminuido, entre ellos la autoridad del inspector general para investigar a las charter. Los líderes de estas escuelas querían circunscribir ese rol.

“No se hicieron cambios en el lenguaje del distrito con respecto a la responsabilidad pública o la seguridad de los estudiantes y el personal; tampoco en lo referente a la competencia de la Oficina del Inspector General”, detalló Ekchian.

Con ello, la recomendación del distrito sobre 11 charter cambió de “no” a “sí”, lo cual allanó el camino para una votación de la junta de 7-0 a favor de las recomendaciones del personal. Los grupos charter que se beneficiaron fueron Alliance College-Ready Public Schools, KIPP LA Schools, STEM Preparatory Schools y Equitas Academy Charter Schools.

En total, 30 de 33 charter obtuvieron sus aprobaciones. Algunas de ellas nunca fueron polémicas. Dada la disposición del distrito para hacer algunas concesiones, la mayoría de la junta no optó por ir en contra de las recomendaciones del personal. De todas maneras, tres escuelas no fueron aprobadas.

Una charter de inmersión al lenguaje fue rechazada, en parte porque el distrito se opuso a un requisito de que los alumnos lleguen a ella sabiendo más de un idioma. El permiso de North Valley Military Institute fue denegado debido a problemas financieros y un bajo rendimiento académico, aunque sus líderes argumentaron que merecía crédito como una escuela de segunda oportunidad para estudiantes con problemas.

La junta renovó un campus administrado por Magnolia Public Schools, pero rechazó otro, Magnolia Science Academy 5 Lobos, debido a los puntajes bajos en los exámenes. La directora ejecutiva de Magnolia, Caprice Young, argumentó que el desempeño sufrió dos años después del acuerdo operativo anterior, cuando el distrito dijo que ya no podía brindar espacio de clases en Hollywood. La mejor opción disponible era entonces un campus en Reseda, pero ningún estudiante del antiguo campus realizó el cambio al oeste del Valle de San Fernando cuando ello ocurrió, hace tres años.

Con más tiempo, Magnolia Lobos podría haberse recuperado de la interrupción, con un rendimiento comparable al de otros campus de la red, sostuvo Young, exmiembro de la junta escolar de Los Ángeles.
Rodríguez defendió brevemente a Magnolia, pero votó con sus colegas para aprobar todas las recomendaciones del personal.
Young apelará la decisión ante la Junta de Educación del Condado de Los Ángeles, que ya supervisa dos escuelas de Magnolia y puede optar por convertirse en el autorizador de este campus.

Los miembros de la junta que no forman parte de la nueva mayoría no estaban muy contentos con el acuerdo de último minuto. George McKenna expresó su preocupación sobre la posibilidad de responsabilizar a las charter, ahora que tienen nuevos acuerdos por cinco años. Él y Scott Schmerelson consideraron que fueron excluidos del verdadero proceso de toma de decisiones, que afirmaron sólo involucró a los miembros del bloque mayoritario. “La participación de los miembros de la junta se limitó a un cierto grupo, y eso no debería ser así”, aseveró Schmerelson.

Traducción: Diana Cervantes

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí

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