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‘Mi mamá, mi papá, mi tío, mi familia’: temores por el fin del programa DACA en un salón de clase del LAUSD

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Las noticias pueden enseñarte algunas lecciones, y los profesores pueden apoyarte. Ese fue el mensaje que David Wiltz comunicó a sus estudiantes de ciencias sociales en la escuela Thomas Jefferson High School, al sur del centro de la ciudad de Los Ángeles.

Los alumnos de tercer año, una mezcla de aprendices de inglés y estudiantes con necesidades especiales, se inquietaron, escucharon y apoyaron la cabeza sobre sus escritorios mientras Wiltz los involucraba en una conversación sobre la decisión del presidente Trump de eliminar gradualmente el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés).

“Pregunta rápida: ¿escucharon lo que sucedió esta mañana?”, consultó el docente, apuntando una larga regla a los estudiantes. “¿Qué hizo Trump esta mañana?”.

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“DACA se suspende”, respondió un estudiante. Wiltz pidió más detalles. Los chicos empezaron a hablar, mayormente de a uno por uno.

“Creó un programa para proteger a los inmigrantes, algo llamado ‘Dreamers’”, dijo un adolescente en la parte delantera del salón, con los brazos y la cabeza apoyados en la mochila de camuflaje gris que tenía sobre su escritorio.

“¿No lo creó Obama?”, preguntó otro chico.

Wiltz elogió a los estudiantes por ayudarse unos a otros a contestar, explicó los detalles del anuncio del martes y luego les dio cinco minutos para que buscaran la notica por internet en sus teléfonos.

El docente remarcó que Trump le había dejado el trabajo al Congreso para que tomara medidas dentro de seis meses, cuando finalice el programa DACA. “Si en marzo no se ha resuelto nada, DACA será rescindido y 800,000 personas podrían ser deportadas”, precisó Wiltz. “Por eso es muy importante conocer lo que ocurre en la actualidad. Lo que necesitamos entender es lo que esto es, versus los motivos por los cuales muchas personas están muy asustadas”.

El maestro hizo hincapié en la importancia de la investigación: “La idea [de ponerle fin al DACA] es absolutamente terrible, no lo tergiversemos. Pero necesitamos saber de qué se trata el tema, para poder combatirlo”.

Desde el aula se puede ver el patio de Jefferson, un espacio verde con mesas de picnic y grandes árboles frondosos. Hacía calor, porque el aire acondicionado no había funcionado durante la mitad del período.

Mientras los estudiantes investigaban sobre el DACA en sus teléfonos, hablaron en inglés y español. “¿Has visto las noticias?”, le preguntó un alumno a otro.

Wiltz pidió orden en la clase y compartió un ejemplo personal de cómo el programa DACA puede afectar a las personas. Él tiene una amiga, relató, que se mudó a los Estados Unidos cuanto tenía cinco años de edad, asistió a Cal State Los Ángeles y ahora trabaja como oficinista. Ella lo había llamado esa mañana con mucha preocupación de ser deportada.

Wiltz les preguntó entonces a los estudiantes si conocían a alguien en una situación similar. “Mi mamá, mi papá, mi tío, mi familia”, manifestó un chico en la primera fila.

“Por eso es importante estar al tanto de lo que está sucediendo”, destacó Wiltz.

“Voy a ser adoptado y deportarán a mi mamá”, dijo el chico.

“No, no lo harán”, respondió el maestro, quien buscó tranquilizar a la clase. “Nadie va a revelar tu información personal. Nadie dirá nunca si eres o no indocumentado. Iré a la cárcel antes de revelar tu información”, aseguró.

En caso de que los chicos no hubieran comprendido muy bien el mensaje, el docente continuó. “Pueden estar absolutamente seguros de que los protegeremos a todos, incluso si nos llevan a la cárcel”, dijo. “¿Todos ustedes comprenden eso?”.

Traducción: Diana Cervantes

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí

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