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La angustia de los miles de venezolanos que temen ser deportados tras solicitar asilo en Estados Unidos

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Cuando Amaru Coronado volvió a casa el miércoles después de trabajar, lo primero que hizo fue llamar a una amiga que vive en Chile para pedirle cobijo en ese país en caso de que la deporten de Estados Unidos.

“No puedo regresar a Venezuela, ni siquiera puedo llegar a mi casa allá”, le dice a BBC Mundo.

Coronado pidió asilo en Miami hace tres meses y pensó que pasarían al menos tres años antes de que las autoridades migratorias la entrevistasen para decidir sobre su estatus.

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Pensaba que sería así porque, de media, los venezolanos que han solicitado esa protección en EE.UU. desde 2014 han esperado entre tres y cinco años para exponer su caso a un funcionario de inmigración.

Durante ese tiempo, pueden obtener permisos de trabajo renovables y residirlegalmente en Estados Unidos.

Pero el gobierno de Donald Trump puso en marcha esta semana un cambio que altera los planes de Coronado y de otros miles de venezolanos que se encuentran en EE.UU.

El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS, por sus siglas en inglés) comunicó el miércoles en su portal web que, a partir del 29 de enero de este año, fijaría entrevistas primero para los solicitantes de asilo que llegaron recientemente al país en lugar de los más antiguos.

“El fin es disuadir a las personas de utilizar los retrasos en el procesamiento de casos de asilo con el único fin de obtener autorización de empleo”, decía el escrito.

Esos retrasos se deben a un desbordamiento de casos por revisar que se han ido acumulando desde 2013 en las oficinas de asilo.

Coronado cuenta que le atemorizaba vivir en Venezuela desde que unos “adeptos al gobierno” le lanzaron piedras y la agredieron mientras repartía unas raciones de comida en una plaza de una ciudad del estado Aragua, en el centro del país.

Cree que su historia la hace merecedora del asilo, pero teme que las pruebas que ha recolectado no sean suficientes para las autoridades.

“Me preocupa porque contaba con unos años más para prepararme para la entrevista”, dice.

La medida del USCIS abarca a todos los solicitantes de asilo en el país, pero impacta a los venezolanos especialmente al ser los que más piden esta protección.

Su efecto principal es que, al adelantar las entrevistas para solicitudes pendientes por 21 días o menos, no sea posible solicitar una autorización de trabajo, que se otorga a los cinco meses de haber pedido la protección.

Una ola de migrantes que no para de crecer

Los venezolanos superaron a los chinos en 2016 como los extranjeros que más pidieron asilarse en Estados Unidos, y siguieron siendo los primeros el año pasado.

Es la primera vez en la historia que Venezuela encabeza este listado.

Entre octubre de 2016 y septiembre de 2017, casi 28.000 venezolanos se acogieron al beneficio migratorio, un 392% más que en 2015, cuando lo hicieron 5.600 personas.

Para calificar para este estatus, hay que demostrar haber sido víctima de persecución o temer serlo por razones de raza, religión, nacionalidad, membresía en un grupo social particular u opinión política, estipula el USCIS.

Venezuela entró en la lista de las diez nacionalidades que más piden asilo en EE.UU. a partir de febrero de 2014, en medio de las protestas opositoras que dejaron 43 muertos y que llevaron al encarcelamiento del líder político Leopoldo López.

Desde entonces, y mientras se agudizaba la crisis socioeconómica en Venezuela, el número de nacionales de ese país volando a EE.UU. para quedarse no ha hecho más que aumentar.

Sobre todo en el sur de Florida, donde muchos ya tenían familiares o contactos para conseguir empleo.

El flujo cada vez mayor de venezolanos que piden asilo es una de las razones por las que las oficinas del USCIS que revisan los casos no dan abasto, le explicó a BBC Mundo Marilu Cabrera, portavoz de la agencia de migración.

Aunque señaló que “también han aumentado las solicitudes de centroamericanos y niños migrantes sin acompañantes”.

Es por ello que los peticionarios esperan al menos tres años para exponer sus casos. Para el 21 de enero, el USCIS tenía 311.000 casos pendientes de revisión, comparados con 16.000 que tenía en julio de 2012.

De las diez oficinas de asilo que operan en el país, la de Miami es la que tiene más carga de trabajo, con más de 60.000 solicitudes por examinar.

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Las nuevas medidas del USCIS para procesar las solicitudes de asilo:

  • Primera prioridad: solicitudes que fueron programadas para una entrevista, pero la entrevista fue reprogramada a solicitud del peticionario o por necesidad del USCIS
  • Segunda prioridad: solicitudes que han estado pendientes por 21 días o menos a partir de que fueran presentadas
  • Tercera prioridad: todas las solicitudes de asilo afirmativo restantes serán programadas para entrevistas comenzando con aquellas presentadas más recientemente, y trabajando en orden retrospectivo hacia solicitudes más antiguas

Fuente: USCIS

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“Frívolas y fraudulentas”

La agencia migratoria resaltó en el comunicado del miércoles que la medida llegaba también por “la presentación de solicitudes de asilo frívolas, fraudulentas y que no son meritorias de ninguna otra manera”.

Abogados de inmigración han advertido de casos de venezolanos que, sin suficientes pruebas o sin siquiera tener un caso válido, igual piden asilo.

“Piensan que con llegar y hablar de que la situación está caótica en Venezuela, ya califican”, le dijo a BBC Mundo Andrea Martini, abogada y expresidenta de la sede del sur de Florida de la Asociación Estadounidense de Abogados de Inmigración (AILA, por sus siglas en inglés).

“Pero para solicitar asilo hace falta reunir pruebas, testimonios... es un asunto muy complejo que no debe tomarse a la ligera”.

Martini señaló también que muchos no se asesoran con profesionales calificados, sino con notarios o asociaciones sin experiencia.

Los altos niveles de criminalidad en Venezuela suelen ser el motivo que empuja a muchos a abandonar el país, pero haber sido víctima de un secuestro o de un robo, advierte Martini, no necesariamente constituyen una prueba para que te den asilo.

Es el caso de José, quien pidió omitir su apellido de este reportaje por seguridad.

No tengo pruebas, de eso estoy claro. Me vine porque me habían robado varias veces mi negocio y hacías la denuncia, la policía hacía un espectáculo y al final no resolvía nada. El seguro no nos pagaba. Llegó un momento en que pensé: ‘O cierro este negocio o busco qué hacer’”, dijo.

El comerciante de 26 años entró en Estados Unidos con su pasaporte portugués y pidió asilo en noviembre del año pasado. Hace unos días le llegó por correo el aviso de su entrevista con inmigración para la semana entrante.

“Me sorprendió porque los venezolanos pasan años aquí antes de esa entrevista. Yo realmente no tengo un plan b; si me dicen que no, tendré que ver si lo intento en otro lado”.

Como José ingresó a Estados Unidos como ciudadano portugués, tendrá que demostrar que también es perseguido o tiene temor de serlo en el país europeo.

Si llegasen a negarle el asilo, su caso pasaría a una corte de inmigración donde un juez decidiría sobre su deportación.

De los 133 casos de venezolanos que llegaron a las cortes en 2016, solo 27 fueron aprobados.

“Si te deportan, las chances de regresar a EE.UU. con cualquier visado son casi nulas”, advirtió la abogada Andrea Martini.

“Quisiera tener mi situación clara”

Ese es el temor más grande de Rociris Toro, quien lleva tres años esperando la entrevista con el USCIS.

La medida de priorizar las entrevistas para las solicitudes más recientes le preocupa.

“Yo quisiera tener mi situación clara. Es una incertidumbre cada día no saber qué puede pasar con mi familia”, le dice a BBC Mundo.

Toro cuenta que salió de su país tras las protestas de 2014, luego de que los “colectivos” -agrupaciones sociales adheridas al gobierno que han sido calificadas de violentas- “me amedrentaron y amenazaron por ejercer mi derecho a la libre expresión”.

En ese tiempo, Toro tuvo una hija y teme que una posible deportación la separe de ella.

Reclama también que, pese a gozar del beneficio de una autorización de trabajo, a su hijo de 12 años le han negado protección médica por su situación migratoria irresuelta.

Cree, además, que como la crisis en Venezuela se ha recrudecido, esto “podría influenciar a los agentes a que consideren más el contexto de los casos nuevos que de los otros”.

“No tiene mucha lógica”

Martini argumentó que el cambio en la programación de entrevistas “no tiene mucha lógica”.

“Que empieces por los casos más recientes y luego revises los más antiguos es asumir que las solicitudes de los últimos meses son mayormente frívolas o fraudulentas, cuando en realidad eso es muy variable y depende del caso”, dijo.

Puso como ejemplo la llegada de colombianos a EE.UU. a principios de los 90. “Mientras más empeoraba la situación allá, más gente pedía asilo aquí”.

Según Martini, la nueva estrategia no necesariamente resuelve el tema de la sobrecarga de solicitudes, sino que es más bien “una forma del gobierno para crear miedo, de decir que no van a ser tan flexibles ya”, dice.

El USCIS expuso, sin embargo, que la medida no fue ideada por el gobierno de Trump.

“Ese enfoque de programación de entrevistas estuvo vigente entre 1995 y 2014. Ahora volvemos a él para evitar que se sigan aprovechando de la sobrecarga de solicitudes”, dijo Marilu Cabrera, vocera de la agencia.

Líderes políticos estadounidenses, como el senador republicano Marco Rubio, han llamado al gobierno federal a que otorgue a los venezolanos el Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) considerando la crisis venezolana.

Pero hay quienes creen que, en el contexto de la administración Trump, esta posibilidad luce lejana.

“Este gobierno eliminó el TPS para Haití, Nicaragua y El Salvador, así que dudo mucho que dar ese beneficio a los venezolanos sea una prioridad en la política migratoria de Trump”, dijo Martini.

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