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Cataluña celebra un “paro de país” en protesta por la actuación de la policía durante el referéndum

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La tensión entre las autoridades catalanas y el gobierno de Madrid vive este martes un nuevo capítulo con la realización en Cataluña de un “paro general” en protesta por la actuación policial durante el referéndum de independencia del domingo.

Efectivos de la policía española y la Guardia Civil cargaron contra ciudadanos que querían participar en la votación, que había sido declarada ilegal por el Tribunal Constitucional de España, dejando un saldo de más de 800 heridos.

La huelga de este martes cuenta con el respaldo de los sindicatos regionales, así como con el de los partidos y entidades independentistas.

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Escuelas y comercios cerrados

La jornada inició con retenciones y cortes en varias carreteras por manifestaciones.

Prácticamente todas las escuelascatalanas están cerradas este martes ante la falta de alumnos, después de que el Govern de la Generalitat -el gobierno regional catalán- autorizara a los centros docentes a cerrar si no se presentaban los estudiantes.

El paro también implica el cierre de otros servicios públicos como la sanidad, salvo para las urgencias. Para el servicio de transportes se establecieron unos servicios mínimos.

El seguimiento de la huelga se hizo especialmente evidente en las persianas bajadas de los locales comerciales de Barcelona. Grupos de manifestantes se organizaron en los barrios para hablar con los comerciantes que decidieron no cerrar.

En la comercial calle de Sants, una pequeña panadería rompía la tónica dominante de locales cerrados. Su propietario, Jesús Cerdán, de 40 años, trataba de exponer sus razones ante un grupo de manifestantes que le pedían que cerrase “por dignidad”.

“Paralizar nuestra economía -la de Cataluña- es tirar piedras sobre nuestro propio tejado. Hay que parar la suya -la de España- dejando de pagar impuestos”. Jesús regenta el local desde hace más de siete años.

Votó el domingo y afirma con contundencia: “a mí, a independentista no me gana nadie, pero esta no es la forma”. Finalmente, le convencen para que baje un poco la persiana, pese a seguir abierto.

Manifestaciones y concentraciones

En el centro de la ciudad, miles de personas se concentraron para expresar su rechazo a la actuación de la policía durante el referéndum.

Los cánticos reivindicativos a favor de la independencia se intercalaron con otros más festivos y hasta bailes, azuzados por las melodías de alguien que acudió a la cita con una gralla, un instrumento de viento tradicional catalán.

Muchos de los asistentes a la concentración tuvieron que venir desde fuera de la ciudad. Eli Claus, de 25 años, y su grupo de amigas, vinieron desde Mataró, a 28 kilómetros de Barcelona.

“Las carreteras estaban cortadas por la huelga, y venimos en tren a primera hora antes de que también dejase de funcionar”.

Y añade: “Pasaremos el día aquí, pensamos asistir a las concentraciones de la tarde”.

Las entidades soberanistas convocaron también para este martes una serie de actos bajo el lema “En defensa de los derechos y libertades”.

Se trata de actos frente a los colegios en los que se produjeron las operaciones policiales que dejaron escenas de violencia que dieron la vuelta al mundo y fueron condenadas tanto dentro como fuera de Cataluña.

Según las autoridades catalanas, unos 2,3 millones de personas (cerca del 40% de la población con derecho al voto) participaron en la consulta del domingo.

Del total de participantes, el 90% se inclinó por la independencia de Cataluña.

Declaración de independencia

El presidente de la Generalitat (gobierno regional), Carles Puigdemont, pidió el lunes establecer una “mediación internacional” para abordar el conflicto catalán y exigió la “retirada de todos los efectivos policiales” destinados estos días a Cataluña por el Estado para impedir la celebración del referéndum.

El domingo Puigdemont aseguró que “el gobierno español escribió hoy una página vergonzosa de su relación con Cataluña”.

De acuerdo con las denominadas “leyes de desconexión”, aprobadas por la mayoría independentista en el legislativo regional, el Parlament, y suspendidas después por el Tribunal Constitucional español, tras el referéndum, la cámara catalana deberá proclamar la independencia de Cataluña en un plazo de 48 horas.

La pregunta ahora es si se producirá la declaración unilateral de independencia, una posibilidad respecto a la que el propio Puigdemont no se ha mostrado concluyente.

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